Los científicos analizan si la última reactivación del volcán es puntual

Efe

13 de diciembre de 2021 17:23 h

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Los científicos que monitorizan la actividad volcánica en La Palma evalúan si el repunte en la emisión de lava y cenizas que se registró en la tarde del domingo, antes de recuperarse de nuevo este lunes la estabilidad de días pasados, es un episodio puntual o una reactivación de las erupciones.

“Es difícil dar una única respuesta”, ha declarado María José Blanco, portavoz científica del Plan Especial de Protección ante Riesgo Volcánico de Canarias (Pevolca), quien ha precisado que el tremor en el volcán submarino de El Hierro, el Tagoro, también tuvo pulsos de intensificación poco antes de extinguirse la erupción.

Más allá de las incidencias eruptivas, el mayor problema que ha producido este lunes el volcán de La Palma, que cumple el octagésimo quinto día de erupción, ha sido el deterioro en la calidad del aire por presencia de dióxido de azufre en el Valle de Aridane, lo cual ha llevado al confinamiento de todos los vecinos de tres municipios en sus casas desde las 08.45 hasta las 13.00 horas, cuando los niveles han mejorado.

“Cuando se ha decretado el confinamiento es porque las personas dentro de su viviendas, con puertas y ventanas cerradas, no corren ningún riesgo; si hubiera habido peligro para la salud de las personas se habría tomado otra decisión, no la del confinamiento”, ha subrayado el portavoz del comité técnico del Pevolca, Miguel Ángel Morcuende.

El portavoz ha señalado que, mientras la calidad del aire se mantenga aceptable, proseguirá la actividad normal en esos tres municipios (Los Llanos de Aridane, El Paso y Tazacorte), donde altos los niveles de dióxido de azufre de las últimas horas tienen que ver con la inversión térmica.

Los confinamientos de este lunes en los tres municipios, cuya población ronda los 33.000 habitantes, han sido los primeros generales en todo el valle y coinciden con el máximo nivel de dióxido de azufre medido hasta ahora, 2.593 microgramos por metro cúbico a las 09.00 horas en El Paso.

Para este martes, se espera que el viento gire al oeste, lo cual desviará el penacho de gases y cenizas, que actualmente alcanza 4.200 metros de altura, hacia el este de la isla, lo cual podría perjudicar al aeropuerto y a la navegación aérea, ha advertido María José Blanco.

La portavoz científica ha explicado que los pulsos eruptivos del domingo entre las 12.00 y las 17.30 horas llevaron a que la columna eruptiva alcanzara los 6.000 metros de altura y, entre las emisiones de piroclastos, hubo bombas que llegaban a 500 metros de distancia desde el centro emisor, algunas, las más cercanas, de varios metros de diámetro.

Se han producido nuevos derrumbes en el edificio principal del volcán que han agrandado el cráter superior y el cono secundario, situado en el flanco oriental.

Las coladas más activas circulan por la zona central con bastante caudal y se ha producido un desborde por la zona de Las Norias sobre terreno no ocupado por la lava anteriormente.

Este avance de la lava en Las Norias está destruyendo algunas edificaciones que estaban aisladas entre las coladas 9 y 11, ha informado Morcuende.

Las últimas mediciones del sistema de satélites europeo Copernicus indican que las construcciones o edificaciones afectadas son 3.063, de las cuales 2.910 están destruidas.

Las coladas ocupan 1.193 hectáreas, con una anchura máxima de 3.350 metros en su avance hacia el mar, en donde la lava sigue alimentando el delta más al sur, el más grande de los dos.

Este delta lávico ocupa 43,5 hectáreas, según los últimos cálculos, a la espera de que se puedan actualizar las mediciones si se dispersan los gases en la zona. El delta más al norte ocupa 5 hectáreas.

La sismicidad sigue baja, tanto a niveles intermedios como profundos.