“Toda persona que quiera puede dar un giro a su vida”

El escritor Rayko Lorenzo, natural de San Andrés y Sauces y residente en Andalucía, está cosechando éxitos con su libro ‘Nos seas el mejor…lucha por ser diferente’ (editorial Círculo Rojo). Licenciado en Documentación, diplomado en Biblioteconomía y Documentación y máster en Creación y Administración de Empresa por la Escuela de Organización Industrial (EOI), en la actualidad es director de Comunicación y Marketing Empresarial para España y África. “Solo se puede ser diferente si se quiere y se intenta”, subraya Rayko, que presentó su obra recientemente en el Teatrino de su municipio natal, donde fue arropado por numeroso público.

-¿Se encuadra su nuevo libro en la temática de la ‘autoayuda’?

-Me gusta decir que se trata más de ‘superación personal’; la autoayuda es un término menos amplio. De todas maneras, dependiendo de qué proveedor o lugar se venda, lo han catalogado de una forma u otra. Por ejemplo, el Corte Inglés y La Casa del Libro lo tienen en la categoría de autoayuda, Amazon en desarrollo personal...

-Propone que no hay que ser el mejor, pero sí diferente.

-Exacto. Estoy convencido de que las personas diferentes serán más recordadas. Es más, siempre habrá en algún lugar del mundo alguien mejor que tú, aunque solo sea por un instante, por una milésima. Sin embargo, diferentes somos de por sí, pero tenemos que hacerlo ver al entorno y utilizarlo como un ‘arma’ hacia la consecución de objetivos.

-¿Ayuda a alcanzar el éxito ser diferente?

-El éxito mío no tiene por qué ser equiparable al de otra persona; partiendo de esta base, si conseguimos ser diferentes por convicción, estaremos ahorrando muchos pasos del camino. Al fin y al cabo, como decía Antonio Banderas: “El éxito es solo un murmullo a cinco metros”. Nuestro éxito tiene que ir más lejos, que en vez de metros sean kilómetros, pero en lo personal, en la valoración y actuación que hacemos de nosotros mismos.

 

-¿Pueden dar un giro a su vida todas las personas? 

-Todas las personas que quieran y trabajen para ello, pueden dar un giro a su vida. La mayoría de las veces, no logran ese cambio de rumbo porque tiran la toalla demasiado pronto, porque carecen de un nivel de autoestima apropiado, porque tienden a resignarse y/o acomodarse en su zona de confort. Si a esto le unimos el tremendo miedo que existe al cambio, blanco y en botella. Las personas que necesitan un cambio primero tienen que darse cuenta de ello, tienen que marcarse objetivos (ambiciosos pero realistas); tienen que apoyarse en su entorno más verdadero, y por supuesto, tienen que perseverar.

 -¿Y cómo se puede ser diferente? ¿qué claves da su obra?

-Solo se puede ser diferente si se quiere y se intenta. Como suelo comentar a todo aquel que me pregunta, yo no tengo una varita mágica con la que toco a mis clientes y les hago diferentes. La diferenciación la tiene que buscar cada cual. Bien es cierto que hay unas competencias transversales que se deberán trabajar, tales como la motivación, la toma de decisiones, la ilusión... ¡No puedo contar mucho más porque si no todo se sabe sin leerlo! 

-En esta sociedad tan competitiva no es fácil lograr el éxito.

-La competitividad nos hace mejores, más fuertes, incluso más diferentes. Y nos hace más diferentes porque si eres exactamente igual que el resto, solo podrás competir en cosas ‘básicas’, por ejemplo, en precio. Hay que innovar en lo personal para aplicarlo en lo laboral. Si eres diferente en calidad de servicio, trato humano o en estrategias postventa, seguramente tendrás más éxito profesional. 

 -¿Se aprende también con los fracasos?

-Yo diría incluso que se aprende más que con los éxitos. El fracaso es una universidad sin título. Pero de poco nos servirá fracasar si no tenemos claro que hay que aprender del mismo. Y lo más importante, cuando uno fracasa, ‘impepinablemente’ tiene que volver a intentarlo, una y otra vez, hasta que se consiga. En las universidades americanas, no llaman a dar conferencias a los empresarios de éxito, llaman a los que han fracasado varias veces ya que su sapiencia es mayor y tienen el fuerte de la perseverancia. El fracaso hay que verlo como un amor de verano fallido, ese que fue bonito durante un tiempo pero que tuvo que acabar, pero que hay que volver a intentar tener; ¿no nos vamos a volver a enamorar solo porque nos ha salido mal una vez? El mundo es de un dios y se lo alquila a los valientes, ahora es cuando cada uno tiene que decidir si quiere luchar por sus sueños despierto, o seguir soñando dormido con ese amor de verano que pudo pero no fue.