“La violencia de género es una herida que sigue abierta en la sociedad”

La Casa Salazar de Santa Cruz de La Palma acogió este viernes una mesa redonda sobre Derechos de las mujeres y niñas, organizada por el grupo local de Amnistía Internacional (AI), en la que participaron la periodista Montserrat Domínguez; Ana Vega, profesora de la Universidad de La Laguna, especialista en coeducación, y Miriam Ojeda, del Equipo de Igualdad de Género de AI. Actuó como moderadora la periodista Charo Echevarría. La parte musical del acto corrió a cargo de la soprano Rosina Herrera y de la pianista Margarita Galván.

Montserrat Domínguez defendió “la independencia económica de las mujeres” como vía “fundamental” para lograr “la plena igualdad” y denunció “la desprotección” que padecen “muchísimas mujeres en España” que son víctimas de la violencia de género. “Este no es un asunto cerrado, tenemos que estar vigilantes porque es una herida que sigue abierta en la sociedad; no podemos arriar la bandera ni cantar victoria”, aseguró. Sin embargo, es optimista y considera que “hay un interés en la sociedad por cambiar la situación de las mujeres”.

Miriam Ojeda, del Equipo de Igualdad de Género de Amnistía Internacional, denunció la vulneración sistemática de los derechos de las mujeres en el mundo y su dependencia económica. Subrayó que “los espacios privados tampoco son seguros para la mujer”. Dijo que “la prioridad” de AI es el desarrollo de políticas que “luchen por los derechos de las mujeres y las niñas, por una perspectiva de género real”. Abogó por “romper con las barreras culturales y sociales que impiden a las mujeres acceder a sus derechos”.

La profesora Ana Vega señaló que la educación es “un eje fundamental y esencial” y en ella hay que “trabajar desde la infancia”. Hizo hincapié que “a nivel normativo se recogen derechos que no se cumplen en la realidad”. La función de la escuela, en su opinión, “no es solo instruir sino también educar”. Esta docente resaltó que “el uso del lenguaje es importantísimo, porque hablamos de forma masculinizada y hay que sensibilizar en la utilización de un lenguaje inclusivo”. “El primer sesgo de discriminación es el lenguaje”, apostilló. Habló de un “currículum oculto, subliminal” que se aprende por imitación. Resaltó que “las niñas se adaptan al mundo masculino, pero lo difícil es llevar a los niños al mundo femenino”. Vega cree que la sociedad “ampara modelos antropocéntricos” que enseñan a la mujer “a perder”. “Hay que adoptar un papel activo para erradicar las desigualdades y defender la coeducación, educar sin diferencias, sin discriminación de sexos”, concluyó.