España ha denegado el asilo a los tres nigerianos que sobrevivieron a una travesía de once días como polizones sobre el timón de un petrolero, aunque el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) le ha sugerido abrir la vía de un acogimiento por razones humanitarias al menos para uno de ellos, por su vulnerabilidad y estado de salud.
Según han informado a EFE este lunes las organizaciones sociales que les asisten, el Gobierno español ha decidido no admitir a trámite ninguna de las tres peticiones de asilo en la frontera por considerar que ninguno responde al perfil previsto en la legislación sobre protección internacional, pero la respuesta no es definitiva, sino que el caso está pendiente de reexamen y, además, se ha recibido un ofrecimiento formal de acogida por parte de un Estado europeo.
En los informes que ha presentado sobre las tres demandas de asilo, ACNUR comparte que no se trata de candidatos al asilo en sentido estricto, pero recomienda valorar una acogida humanitaria al único de los tres que hasta ahora ha pedido beneficiarse de esa figura, el que demandó asilo desde el hospital.
La Agencia de la ONU recuerda a España que la jurisprudencia del Tribunal Supremo en supuestos como este le obliga a ser “proactiva” al examinar las circunstancias especiales a las que se refiere el artículo 46.3 de la ley del Derecho de Asilo, el que habilita la excepción humanitaria.
ACNUR subraya que es algo que los letrados de la ONG Caminando Fronteras y el Secretariado de Migraciones del Obispado de Canarias han planteado en nombre del ciudadano nigeriano al que representan, por lo que aconseja al Gobierno español adoptar “incluso de oficio” un trato “diferenciado” a este solicitante, “adecuado a sus circunstancias de especial vulnerabilidad”.
En su alegato sobre la situación de su representado, las dos organizaciones sociales subrayan que aún presenta un “agotamiento emocional extremo” y que tuvo que comparecer ante la Policía para explicar su demanda de asilo apenas día y medio después de haber recibido el alta médica, “sin tiempo para procesar lo vivido”, sin haber recibido atención psicológica y todavía con vómitos, mareos y otras secuelas de la deshidratación y la ingesta de agua de mar.
El Gobierno español tendrá oportunidad de estudiar esta recomendación en el reexamen de la entrevista de este varón nigeriano. El informe de ACNUR menciona su caso concreto porque es el único que ha invocado hasta ahora esa excepción humanitaria.
Fuentes de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), que representan jurídicamente a sus dos compañeros de viaje, han confirmado que también en su caso han planteado lo mismo en el reexamen del caso, porque los dos están en igual situación de vulnerabilidad y han compartido las mismas penurias del viaje.
En el reexamen del procedimiento, Caminando Fronteras y la Iglesia quieren hacer valer además otra cuestión: hay un Estado europeo que formalmente se ha ofrecido a acoger por razones humanitarias a los tres hombres, cuya historia ha dado la vuelva al mundo.
En estos momentos, los tres siguen en dependencias policiales a la espera de que se reexamine su caso. Tanto Caminando Fronteras como CEAR han reiterado a EFE que ninguno de los tres se conocía antes de emprender el viaje, que no hay ningún parentesco entre ellos y que manifiestan que se subieron al petrolero Alithini II en el puerto de Lagos sin saber a dónde iba ni cuántos días duraría la travesía.