El País
En la entrevista de cinco páginas publicada este domingo por El País y que fue adelantada en su edición digital, el presidente del Gobierno explica que en la lucha antiterrorista hay una determinación y una realidad: la determinación es que ETA, habiendo optado por la violencia, nuevamente se va a enfrentar a un Gobierno con toda la firmeza, con toda la autoridad del Estado de Derecho“. La realidad -según Rodríguez Zapatero- es que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado ”vienen realizando una extraordinaria labor“.
Considera que “la unidad de los demócratas y el aislamiento absoluto -social, político e internacional- de quienes quieren mantener la violencia nos llevará a estar en disposición de ver el final del terrorismo”. No obstante, el presidente se muestra convencido de que “la democracia ha ganado ya la partida a los violentos” y garantiza que “con la misma firmeza que he defendido la posibilidad de un diálogo, voy a prevenir y a perseguir a aquellos que intentan con las bombas hacernos daño”.
“Puedo asegurar que no estamos peor” ahora que hace cuatro años en esta materia. “Ni la democracia, ni el Estado”. “Simplemente, no estamos peor”, señala.
“Valió la pena aunque uno se deje jirones”
Para Zapatero, lo más interesante de la experiencia del proceso de paz ha sido “lo que no se debe hacer desde un partido democrático en la lucha contra el terrorismo. Es decir, lo que ha hecho el Partido Popular”.
“Que nadie vuelva a hacer eso desde un partido democrático: utilizar, crispar el intento de acabar con la violencia”, pide el presidente del Ejecutivo, quien se muestra convencido de que esto “pesará durante tiempo”. Rodríguez Zapatero califica su intento frustrado de lograr el fin de la violencia como un “intento de salvar vidas” que “valió la pena aunque uno se deje jirones. De no haberlo intentado sería un presidente sin entrañas, sin alma”.
“Un modelo neoconservador que no ha cuajado”
Además de la lucha contra el terrorismo, en la entrevista el presidente del Gobierno explica que busca “una mayoría suficiente que permita gobernar para desarrollar la segunda etapa de un proyecto de modernización definitiva de España”, y se lamenta de que Aznar “intentó situar a España en un modelo que ha sido un fracaso, un modelo neoconservador que no ha cuajado”. Zapatero mantiene que, como aseguró en la anterior campaña electoral, no gobernará si no logra “un voto más” que su adversario, Mariano Rajoy.
El líder socialista, que confía en una alta participación en los próximos comicios, reconoce el varapalo sufrido por el PSOE en las elecciones municipales en Madrid, pero que cree que su partido ha asumido la responsabilidad del descalabro. Se lamenta, no obstante, de que el PP no haya sido capaz de hacer lo mismo en Andalucía, donde la derecha “lleva perdiendo 25 años”, asegura.
“Es el primer partido en el que hay más codazos por ir de número dos que por ir de número uno. Es insólito”, subraya Zapatero sobre el debate suscitado entorno a la eventual sucesión de Rajoy.
En cuanto a la reciente crisis en Navarra, Rodríguez Zapatero defiende su postura en la Comunidad Foral asegurando que entiende a los compañeros navarros, aunque explica que, “a veces, en política, por el bien común hay que saber aguantar esos ataques”. Sostiene que el apoyo del PSOE a UPN era una decisión que había tenido siempre ya que consideraba que “una etapa de colaboración razonable sería muy positiva” y se muestra convencido de que será bueno para la convivencia.
Sobre la salida del Gobierno de las ministras de Cultura y Vivienda, Zapatero dice que respondió “a una necesidad de dar un nuevo perfil a dos áreas concretas”. También expresa su respaldo a la decisión del ministro de Cultura de relevar a Rosa Regás al frente de la Biblioteca Nacional, a quien muestra su “cariño y aprecio”.
A la pregunta de qué idea le gustaría que resumiese su mandato respecto a los ocho años anteriores del PP, Rodríguez Zapatero asegura que quiere que “España pase a la historia por tener un protagonismo importante en la cooperación, el diálogo y la paz.