El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, presentó este martes ante el Congreso una España “mucho más fuerte que en 2004”, pidió unidad frente a la amenaza del terrorismo y, entre otras medidas, anunció una ayuda de 2.500 euros a las familias por cada hijo que nazca.
En su discurso inicial en el debate del estado de la Nación, de una hora y veinte minutos de duración, Zapatero aseguró haber cumplido sus principales compromisos de investidura y dibujó un panorama optimista del país, que es, dijo, más rico, más digno, más decente y más libre y que tiene ahora “voz propia” en el mundo. A su juicio, “la foto fija de 2007 nos muestra, en muchos aspectos, una España positiva, pero sólo si la superponemos a la foto de la España de 2004 seremos plenamente conscientes de cuánto y cómo hemos cambiado”.
Interrumpido en medio centenar de ocasiones por los aplausos de los diputados socialistas, Zapatero consideró que queda todavía un tramo por recorrer y aseguró que el Gobierno prevé adoptar decisiones “importantes” antes de que concluya la legislatura.
Aportación al Fondo de Reserva de la Seguridad Social
Anunció así que el Ejecutivo aportará el próximo mes 4.300 millones de euros al Fondo de Reserva de la Seguridad Social y que concederá, “a partir de hoy”, una ayuda de 2.500 euros a cada familia con residencia legal en España por cada nuevo niño que nazca o sea adoptado. Zapatero consideró que se trata de una medida de “gran alcance” para seguir progresando, porque “España necesita más familias y con más hijos”.
En su opinión, “a España le han sentado bien estos años y a los españoles también” y, aunque el mérito es de todos, el Gobierno no carece de él. Exhibió así los buenos datos macroeconómicos en “la legislatura del empleo”, que confirman “la robusta salud” de la economía española y un futuro halagüeño en la próxima legislatura, con la consecución del pleno empleo.
Responsabilidad personal en el proceso de paz
Dedicó un capítulo especial a defender la política antiterrorista de su Ejecutivo y aseguró que “no hay vía alguna para el diálogo” con ETA, ni “margen alguno para intentarlo” tras la ruptura de la tregua.
En este contexto garantizó que su respuesta ante la amenaza terrorista será “implacable” y pidió unidad a todas las fuerzas políticas: “No entreguemos a los terroristas, ni ahora ni nunca, el premio de nuestra desunión”, reclamó. Según manifestó, su objetivo siempre ha sido “derrotar” definitivamente el terrorismo con los principios del Estado de Derecho y enmarcó en ese compromiso la decisión de explorar las posibilidades de un final dialogado de la violencia, responsabilidad que asumió personalmente.
En el ámbito judicial hizo valer que el Gobierno haya “aguantado en silencio la deslegitimación intolerable e interesada” de la instrucción y el juicio del 11-M y el tratamiento dado al caso Bono, que finamente ha concluido con el reconocimiento judicial de la inocencia de los policías implicados “que cumplen con su deber”.
“Aún podemos hacer más grande el país”
Tras defender el proceso de regularización de inmigrantes y la lucha contra los flujos irregulares, reivindicó las reformas educativas puestas en marcha y elogió especialmente la política social del Gobierno, con leyes como la de igualdad y la de dependencia. Como ejemplo de sus beneficios señaló que ya son cerca de 50.000 los permisos de paternidad solicitados y que hay 90.000 peticiones de ayudas para familias con personas dependientes.
Junto a esta cuestión destacó el compromiso del Gobierno con la sostenibilidad, su política del agua “más ambiciosa, sostenible y viable” y su apuesta por la cultura. En su opinión, esta “historia de éxito” permite desmentir “muchos de los perjuicios ideológicos conservadores”, pues es posible “crecer y ser más justos”.
Zapatero hizo también referencia a la política exterior y destacó el “papel creciente” de España en Europa, en los foros internacionales, Iberoamérica y África. Consideró además que ha “retrocedido” la manipulación informativa en los medios públicos, destacó la reforma de ocho estatutos de autonomía y culpó al PP de la imposibilidad de acometer las reformas constitucionales previstas.
“Tenemos un gran país y podemos hacerlo aún más grande”, concluyó Zapatero.