El probable lugar de la inmolación de Bentejuí el 29 de abril de 1483

Pablo Guedes González

28 de abril de 2023 11:51 h

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Este 29 de abril se cumple el 540 aniversario de la Rendición de Ansite y de la finalización de la Guerra de Canaria (invasión o conquista según qué punto de vista), aunque algunos alzados permanecieron todavía un tiempo luchando en riscos inaccesibles como los de Amurga. Queremos en este día señalado dar a conocer nuestros últimos hallazgos con referencia a este episodio y a la inmolación o deriscamiento de Bentejuí y otros personajes destacados.                          

El 29 de abril de 1483 se produjo en Ansite la rendición de los alzados que pertenecían al faicanato o bando de Telde, tras intermediación de Tenesor Semidán, el guanarteme que se entregó o fue capturado por los castellanos casi un año antes, conocido después como Fernando Guanarteme. Debido a ello y disconforme con la rendición de los suyos, se despeñó en un lugar cercano Bentejuí, guanarteme en esos momentos, acompañado de otro personaje que algunas fuentes señalan como el guanarteme de Telde, Guariragua, llamado el Tuerto de Tara. Para testigos de la llamada Información Guanartémica y para el cronista Valera, no fue este personaje el deriscado, pues, según ellos, Guariragua se entregó con su bando. Algunos meses atrás, en el llamado episodio de Fataga, tuvo lugar otra rendición idéntica, donde se entrega el bando de Gáldar con su faicán, Guanache Semidán (tío de Fernando Guanarteme) y donde se inmola el guaire Tasarte, quien ostentaba las funciones de guanarteme después de Tenesor Semidán.  Tenemos previsto realizar una publicación sobre estos hechos y la llamada “Guerra de Canaria” próximamente.

Recientemente, hemos podido realizar una visita a una de las partes mas inaccesibles y remotas de Amurga, el Risco del Drago, que es la cumbre del macizo con 1.125 metros de altura, situado en los lugares donde en 2019 se descubrió la probable ubicación de Umiaga por parte de Marco Moreno y Suso Álvarez. También por aquí es donde muchos investigadores, entre los que nos encontramos (2010), creemos que se situaba Ansite, en la llamada modernamente Fortaleza de Amurga y de antiguo el Morro de Los Solapones, entre el Risco del Drago y el Almogarén de Amurga, lugares dados a conocer por la Comisión de Arqueología del Museo Canario en 1979.

Marín de Cubas nos decía que Ansite se situaba en un lugar que en su tiempo (1687) ya se denominaba El Sitio, que según Maximiano Trapero se debía al fenómeno lingüístico llamado etimología popular de evolución de las voces de otros idiomas al nuestro, con el siguiente proceso: Ansite → Ansitio (en testamento de 1575) → El Sitio (1687).  Y junto al Risco del Drago tenemos los topónimos Andenes y Laderas de El Sitio, que nos indican que por aquí se encontraba esta fortaleza de los canarios.

La mayoría de investigadores que han escrito sobre el tema no conocen estos parajes y lo han hecho por referencias sobre el mismo. Nosotros hemos visto superadas nuestras expectativas en cuanto a lo escarpado y abrupto de estos riscos, pues el acceso a este lugar  por el llamado Paso de Los Solapones es extremadamente difícil y peligroso, un camino de cabras, pues era el paso natural de los ganados desde la Cumbre a Amurga desde tiempos ancestrales. El sendero transcurre a menudo al borde de grandes precipicios y por pasos en los que tienes que realizar técnicas de escalada, por tanto solo apto para personas expertas con buena condición física. De ello se deduce lo remoto, aislado y poco explorado de estos sitios. 

Damos las gracias a Ico Melián por llevarnos durante todo el recorrido por la senda adecuada y a Ferino Guedes y a Jorge Caraballo por aceptar el reto de este trayecto, así como al pastor y descendiente de pastores Santiago Ortega,  “Sosa”, perfecto conocedor de estos parajes, por informarnos sobre este territorio.

Finalmente, hemos podido acceder al Risco del Drago, donde hemos confirmado nuestra hipótesis de que en este lugar debía encontrarse una torreta que señalizaba el extremo norte del Santuario de Amurga. Así, pudimos ver esta torreta o mojón de piedras destruido (no derrumbado de forma natural) y diversos amontonamientos de piedras, así como una gran cazoleta excavada en la roca y pinos centenarios creciendo en el risco escarpado, reliquias del desaparecido pinar que ocupaba todo Amurga.

Hemos confirmado también una de las motivaciones por las que subimos a este lugar: desde el mismo tenemos una visión del Teide, apareciendo por la Degollada de la Cerca. Aunque solo se ve el extremo superior del pico, además de forma difusa en el momento en el que fuimos, al haber calima. El Teide sobresale en forma triangular, formando una figura de las más importantes en la cosmogonía de los antiguos canarios.

El doctor Grau-Bassas (1886) estableció una hipótesis muy interesante que fue recogida también por Tejera Gaspar y Jiménez González (2008), y es la de que al no encontrar vestigios destacados en la montaña de Tirma para considerarla la montaña sagrada, la intenta localizar en otros lugares y propone que pudiera ser que el juramento Atis Tirma se realizara con motivo de la visión del Teide. Nosotros sospechábamos que la inmolación de Bentejuí y otros personajes gritando este juramento podría haberse realizado en un punto con visión del Teide en Amurga. Y pudimos confirmar la vista del Teide, desde el Risco del Drago por medio de cartografía digital en 3D de Google Earth, en el punto más alto de Amurga, donde había un gran precipicio, cercano al probable Ansite. Miguel Angel Martín González también nos lo confirmó por medio de programas informáticos, lo cual queremos agradecerle, pero faltaba la comprobación in situ, que finalmente ha confirmado nuestra hipótesis.

La Crónica Ovetense nos habla del deriscamiento de Bentejuí en Tirma, lo cual es imposible en la montaña que conocemos hoy con ese nombre, por lo que pudiera ser que Tirma nombrara los riscos donde se realizaba esta práctica, que debían tener una vista directa sobre el Teide. El Risco del Drago es el único lugar de Amurga, desde donde se tiene esta visión, además en un área de solo unos pocos metros, donde se encuentran los restos comentados. Por ello deducimos que este es el lugar mítico en las cercanías de Ansite, con mayores probabilidades de ser el lugar de la inmolación.    

A su vez el topónimo Amurga lo hemos vinculado (2010) con el nombre de las peregrinaciones religiosas y las tumbas de los morabitos en el norte de África, llamadas almuggar (plural ilmugarem). Esta relación con Amurga ya había sido establecida (sin nosotros conocer su trabajo) por el profesor de la Universidad de Agadir Ahmed Sabir (2001) y posteriormente por Abraham Loutf y Maximiano Trapero (2018). A su vez, estas voces fueron relacionadas por vez primera con el término “almogarén” por el profesor Wölfel (1965).

Nos basamos también en los restos arqueológicos de Montaña de Las Tabaibas, que consideramos la montaña sagrada a la que se realizaban las peregrinaciones, donde encontramos el cerco de piedras, y estructuras compatibles con el ara de sacrificios y lo que pudiera ser los restos de una pequeña casa que describe Marín de Cubas para Umiaga. Y también en los  mojones o torretas que bordean Amurga, en unos once kilómetros, las dos leguas a la redonda que medía el santuario, según las crónicas, y que, según declaración de testigos, en un pleito entre el Concejo de la Isla y la Iglesia (c. 1502-1515), por los límites del señorío episcopal de Agüimes (que creemos se pretendía hacer llegar hasta aquí), se utilizaban por los antiguos canarios para delimitar los santuarios.

Estos mojones o torretas sagrados tienen una función en el Norte de África de asientos para la fijación de las almas de los fallecidos por muerte violenta en su cercanía, como pudiera ser en nuestro caso por deriscamiento. En la tradición norteafricana las almas tienden a fijarse principalmente en árboles y rocas en caso de muerte natural. Pero si la muerte ocurre de forma violenta, las almas permanecen sin fijación, causando apariciones, sustos o enfermedades al fijarse en los vivientes. También en el sur de Marruecos, en algunos morabitos, un montón de piedras indica el carácter sagrado del sitio y sustituye al santón en su ausencia para gozar de su baraca, la bendición, protección o favor divino, pues se aprecia el mismo poder milagroso como si estuviera el santo auténtico.

Es por ello que planteamos la hipótesis de que estas torretas, importantes también para los cultos astrolátricos, servían de fijación de las almas de los inmolados que realizaban el suicidio ritual en sus cercanías y que el grito de Atis Tirma se realizaba con las inmolaciones a la vista del Teide y el de Atis Mago o Atis Majo con las vistas hacia el macizo de Jandía, visible desde el yacimiento de El Coronadero, junto a Montaña de Las Tabaibas, en los días claros, donde tenemos unas 37 torretas agrupadas junto a unos grandes precipicios. También estos mojones podrían haber servido de sustitutos o representantes del Teide y de Jandía,  para los ritos, en los momentos de no visibilidad de estos. 

MÁS INFORMACIÓN: 

https://www.academia.edu/49473966/Amurga_el_santuario_perdido_de_Tirajana