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Ciudadanos busca volver a ser “un partido de centro” en Canarias tras más de un año sumido en el caos

Primera reunión del Comité Autonómico de Canarias de Ciudadanos, con la presencia del el vicesecretario primero de la formación, Carlos Cuadrado, el coordinador regional, Enrique Arriaga, o la vocal Matilde Zambudio.

Iván Alejandro Hernández

Las Palmas de Gran Canaria —

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Hace algo más de un año, Enrique Arriaga fue expulsado de Ciudadanos (Cs) por acceder a la vicepresidencia del Cabildo de Tenerife tras pactar con el PSOE en lugar de hacerlo con Coalición Canaria (CC). Hoy es el coordinador del Comité Autonómico del partido en las Islas, nombrado por la dirección nacional que lidera Inés Arrimadas. Con la reestructuración acometida, empezando desde la cúspide hasta los órganos municipales que aún están por conformarse, se ha apostado en las Islas por un lavado de cara para “volver a ser un partido de centro”, con la intención de poner fin al caos en el que ha estado inmersa la organización desde las elecciones de 2019.  

Poco después de que la dirección nacional eligiera a los cargos del Comité Autonómico, parte de los miembros de la junta directiva de Ciudadanos de Las Palmas de Gran Canaria –donde la formación tiene el mayor número de afiliados en las Islas– anunciaba que se daba de baja en el partido. Su excoordinador, Alejandro Artiles, aseguraba que el motivo era un desacuerdo con la política seguida en la dirección de Inés Arrimadas en las negociaciones nacionales por los presupuestos del Estado, cuyo apoyo finalmente se ha frustrado. Sin embargo, el partido emitió un comunicado el mismo día asegurando que “todas las juntas directivas del Archipiélago han quedado disueltas y se ha iniciado el proceso de renovación de las mismas”. Fuentes de Cs en las Islas sostienen que esta decisión había sido adoptada con anterioridad, por lo que el anuncio de la dimisión de este grupo, “muy vinculado a Vidina Espino” (portavoz de Cs en el Parlamento regional), solo buscaba “intentar hacer daño” porque “se han visto poco representados por las personas por las que ha apostado” la formación. 

Espino, licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Pontificia de Salamanca y con amplia experiencia televisiva, no ha sido ni siquiera designada para el área de Comunicación de la junta directiva, un cargo que ocupó desde mayo de 2018 a julio de 2019. Ya desde la campaña electoral surgieron las primeras discrepancias en el seno del partido. El primer coordinador de la formación, Mariano Cejas, que se presentaba como candidato al Parlamento, decidió abandonar Ciudadanos por desacuerdos con el liderazgo de la entonces candidata a la Presidencia de Canarias. Y tras las elecciones, la entrada del partido en mesas de negociaciones para conformar gobiernos por primera vez en las instituciones de las Islas agravó las brechas internas, con duras acusaciones que llegaron hasta los tribunales. 

Todo a raíz del acuerdo frustrado con Coalición Canaria (CC) y el Partido Popular (PP) para conformar gobierno que, en el caso concreto de Tenerife, tuvo episodios dantescos en la constitución del Ayuntamiento de la capital. Dos concejales de Santa Cruz de Tenerife, Matilde Zambudio y Juan Ramón Lazcano, decidieron apoyar al PSOE y poner fin a 40 años de gobierno de CC; Vidina Espino tachó esta decisión de 'tamayazo' y fueron expulsados de la formación. Pero estas resoluciones fueron suspendidas por la Justicia y ambos han sido readmitidos. Zambudio es vocal, al igual que Espino, en el actual Comité Autonómico, y Lazcano decidió marcharse por “motivos personales” del partido y del Consistorio. 

Esto propició la caída del pacto entre PSOE-Cs en Santa Cruz de Tenerife debido a la moción de censura que presentaron de forma conjunta el Partido Popular, Coalición Canaria y Evelyn Alonso, concejala que sustituyó a Lazcano y que fue expulsada de la formación por apoyar el retorno del partido nacionalista al poder. La caja de pandora también se abrió en el Cabildo de Tenerife: el partido se vio obligado a readmitir a los consejeros Enrique Arriaga y Concepción Rivero, expulsados por motivos similares a los del Ayuntamiento capitalino.  

Fruto del caos generado, en el verano del año pasado el Comité Ejecutivo decidió sustituir la dirección autonómica de la que formaba parte Espino por una gestora que se desmanteló en marzo de 2020 por la dimisión de tres de sus cuatro miembros. Solo se mantuvo David Rodríguez, quien fuera candidato al Cabildo de Lanzarote. Precisamente, ha sido nombrado secretario de Comunicación por la dirección estatal del partido en la junta directiva del Comité Autonómico. 

En los meses siguientes, dos personas muy vinculadas a Espino decidieron abandonar la formación. El diputado por Las Palmas Saúl Ramírez anunciaba que cuando acabe la presente legislatura se marchará para recalar en Unidos por Gran Canaria, y Teresa Berástegui, que fue asesora en el Parlamento y secretaria de Acción Institucional, ha pasado a ser designada por la Agrupación Socialista Gomera de Casimiro Curbelo para el cargo de viceconsejera de Turismo. 

El actual secretario de Acción Institucional, Ruymán Santana, dice que no hay “por qué dudar de que pudiera estar manteniendo conversaciones con otras formaciones”; que haya sucedido con otros miembros del partido no significa que “con Vidina Espino vaya a ser así”. En este sentido, añade que continúa siendo “un recurso más del partido, es vocal de la organización y además tiene un papel importante como portavoz del grupo parlamentario”. Espino no ha contestado a las preguntas de esta redacción. 

Sin embargo, Beatriz Correas, quien fuera concejala por Ciudadanos en Las Palmas de Gran Canaria, dice que Espino “no tiene ningún apoyo ni de Madrid ni de Canarias” y vaticina que, al igual que sucedió con Berástegui, “su fiel escudera”, la portavoz parlamentaria de Ciudadanos “está esperando su momento para conseguir algo fijo y permanente, quizás en otro partido”. Correas abandonó Ciudadanos en mayo después un conflicto con el concejal José Antonio Guerra, por unas agresiones verbales que este último profirió contra la primera al término de un pleno de la Corporación. Y reclamó un movimiento por parte del partido, advirtiendo de que solo seguiría en él si Guerra era expulsado. “O él, o yo”, avisó. Acabó pasando al grupo de los no adscritos en el Ayuntamiento capitalino.

Correas recuerda que a pesar de que la Comisión de Garantías del partido le dio la razón, no aplicó ninguna sanción a Guerra. A su juicio, esto se explica por “el dinero”; es decir, “los cargos electos que cobran sueldo deben donar un porcentaje al partido”, por lo que la formación “perdía dinero” si apostaba por la concejala ya que no estaba liberada y cobraba su sueldo como profesora de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. En resumen: “Si pagas, puedes incumplir los estatutos”, añade.

El liderazgo en Gran Canaria

A finales de septiembre, el comité ejecutivo de Ciudadanos había designado a Arriaga como coordinador regional, también nombró a cuatro miembros de la junta directiva: además de Arriaga, Santana y Rodríguez, se designó a Virginia Bacallado en Organización, pero al poco tiempo renunció y ha sido sustituida por Isabel Bello. Además, fueron elegido los coordinadores insulares de Tenerife (Ricardo Fernández de la Puente) y Lanzarote (David Rodríguez). Una nota de prensa recogía las designaciones de ocho vocales: en primer lugar aparecía Matilde Zambudio y en el último, Vidina Espino. Pero aún quedaba vacante la dirección de Gran Canaria. 

Después de la visita a las Islas del vicesecretario primero de Ciudadanos, Carlos Cuadrado, el partido hizo pública una nueva lista del comité en la que se integraba David Morales en la dirección insular de Gran Canaria y en la provincial de Las Palmas. El directivo hotelero en la cadena Lopesan Hotels & Resorts fue como número 2 al Congreso de los Diputados, tras Saúl Ramírez, y decidió abandonar el partido en octubre de 2019 al no sentirse identificado con el proyecto. Ahora, con la reestructuración de la formación, ha decidido volver.  

Santana explica que aún queda el nombramiento de un vocal como miembro del Comité Autonómico. Después se procedería a elegir a los vocales de las coordinadoras provinciales y a los cuatro miembros adicionales de la junta directiva: Relaciones Institucionales, Programas, Finanzas y otra “abierta para otro tipo de contenidos sin un cometido específico asignado”. Todos ellos serán elegidos por el comité regional. Y el último paso para cerrar la nueva estructura orgánica del partido en Canarias es el nombramiento de las juntas directivas territoriales. 

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