La Audiencia de Las Palmas ha condenado a 29 años de cárcel por dos delitos de asesinato, uno consumado y otro en grado de tentativa, a un joven de Puerto del Rosario (Fuerteventura) que mató a puñaladas en 2011 a un amigo suyo y dejó malherida a la novia de este último.
Los hechos ocurrieron el 13 de julio de 2011, cuando el procesado, David Egoy L.J., que entonces tenía 19 años, se presentó en casa de su amigo Christian Santana, de 21, quien ese momento estaba acompañado por su novia, Maddison Wrixon, de 18.
La sentencia relata que, mientras la chica se arreglaba para salir, los dos jóvenes se fueron a una habitación, donde el procesado convenció a su amigo que se dejara maniatar con cinta aislante, con el pretexto de que se trataba de un juego.
Con su amigo en esas circunstancias, David Egoy L.J. cerró las cortinas de la casa, cogió un cuchillo que Christian tenía en la habitación y arremetió por sorpresa contra Maddison Wrixon, a la que apuñaló en la espalda, el pecho, el vientre y los brazos.
Cuando Christian Santana intentó ayudar a su novia, impedido porque tenía las manos atadas, el acusado se revolvió contra él y le asestó 30 cuchilladas, cuatro de ellas mortales por sí solas.
Luego volvió a atacar a Maddison, hasta que la joven cayó al suelo y se hizo la muerta con la esperanza de que David Egoy L.J. se marchara de casa y ella pudiera pedir ayuda, como así ocurrió.
La sentencia condenatoria se basa en el relato de Maddison Wrixon, que la Audiencia considera suficiente para declarar culpable al acusado, por los detalles que contiene y lo persistente que ha sido esta testigo en su versión durante la instrucción del caso.
El tribunal recuerda, además, que el propio procesado reconoció durante el juicio que los hechos sucedieron de esa manera, si bien alegó que se le había “ido la pinza”, porque había estado bebiendo cerveza y tomando pastillas de tranquimazín.
Sin embargo, la sentencia subraya cómo los médicos forenses precisaron en sus informes que esa combinación de alcohol benzodiacepinas provoca en el individuo una depresión del sistema nervioso, con movimientos torpes y tambaleantes y somnolencia.
“Comportamiento que en nada se compadece con la virulencia, ímpetu, intensidad y fuerza con la que el acusado perpetró la agresión contra ambas víctimas, agresión que, por lo demás, ejecutó tras tomar ciertas precauciones reveladoras de su previa ideación y premeditación, incompatible con un estado de intoxicación etílica o tóxica por sustancias estupefacientes”, razonan los magistrados.
La Audiencia niega por ello a David Egoy L.J. el beneficio de cualquier circunstancia atenuante y le impone 18 años de cárcel por la muerte de Christian Santana y otros 11 años por el intento de asesinado de Maddison Wrixon.
Además, lo condena a indemnizar al padre del fallecido con 137.830 euros y a Maddison Wrixon, con 61.057.