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La cuestión del Sáhara irrumpe en el Parlamento de Canarias en pleno debate sobre el estado de la Nacionalidad

Efe / Canarias Ahora

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El cambio de postura de España al favorecer para el Sáhara una solución autonómica bajo soberanía marroquí pasará esta semana por el filtro del Parlamento de Canarias, una comunidad históricamente ligada a la causa del pueblo saharaui y donde se celebra desde este martes el debate sobre el estado de la Nacionalidad, con sus correspondientes resoluciones.

La nueva posición del Gobierno español ha irrumpido en el debate político canario poco antes del debate anual de política general y en el Parlamento canario no tiene visos de recibir muchos apoyos, pero sí de abrir fisuras entre el PSOE y sus socios en el ejecutivo (Nueva Canarias, Podemos y la Agrupación Socialista Gomera).

Aunque el presidente canario, Ángel Víctor Torres, del PSOE, consideró “una buena noticia” la normalización de las relaciones entre España y Marruecos, subrayó al conocer el anuncio que cualquier propuesta debe ser “aceptada por las dos partes” y siempre en el seno de Naciones Unidas.

Algunos de sus socios en el Gobierno de Canarias no han ahorrado críticas al cambio de posición de Pedro Sánchez y han anunciado que en el debate de la Nacionalidad presentarán propuestas de resolución en contra de la nueva posición española.

Es el caso de Nueva Canarias, liderada por Román Rodríguez, que es vicepresidente del Gobierno de Canarias. El partido ha descalificado por completo el giro en la política exterior española, propia de “un Estado sin principios”, además de considerarla “miserable y cobarde”, en palabras de su portavoz parlamentario, Luis Campos. El único diputado de la formación en Madrid, Pedro Quevedo, ha afirmado este lunes que el Gobierno español ha “claudicado” ante Marruecos y que esta postura “explica” algunas de las resoluciones unilaterales adoptadas por el reino alauí en los últimos años, como la ampliación de sus aguas territoriales hacia Canarias o la reclamación sobre la explotación de minas submarinas situadas al sur del archipiélago.

Mientras, Sí Podemos Canarias, también socio del Gobierno de Canarias, considera una “indecencia histórica” que Sánchez apoye las tesis marroquíes sobre el Sáhara.

También el cuarto partido de la coalición gubernamental, la Agrupación Socialista Gomera (ASG), se ha desmarcado de la decisión del Gobierno de promover “un cambio radical de última hora” en relación al Sáhara, según ha dicho su líder, Casimiro Curbelo.

Rechazo también en la oposición

En la oposición, el respaldo a la propuesta marroquí sobre el Sáhara ha sido también mal recibida y además han generado preocupación en Coalición Canaria las posibles implicaciones para las islas de las negociaciones con Marruecos, país con el que además están en disputa las aguas territoriales.

El líder de CC, el senador Fernando Clavijo, que no participará directamente en el debate al no ser diputado regional, ha denunciado que la decisión unilateral del Gobierno vulnera “todos los tratados y acuerdos internacionales” y ha exigido conocer el contenido de la carta íntegra que envió Sánchez al rey de Marruecos, después de que algunos ministros hayan aludido al archipiélago como parte de las negociaciones.

El PP de Canarias ha mostrado su preocupación por el cambio de posición del Gobierno de España, sin consenso, de manera unilateral, sin contar con el principal partido de la oposición ni con las islas, que son la región española más sensible ante cualquier conflicto en la zona por su cercanía y por los lazos históricos.

El debate sobre el estado de Nacionalidad comenzará este martes y continuará el miércoles, y será el jueves cuando se voten las propuestas de resolución y cuando se verá el pronunciamiento final del Parlamento de Canarias.

Los ricos montes submarinos, pieza clave en un conflicto en ciernes

“Ya entendemos por qué las agresiones de Marruecos no eran contestadas adecuadamente”. Así se expresó este lunes el diputado nacional de Nueva Canarias, Pedro Quevedo, en referencia a los numerosos pasos que en los últimos años ha ido dando Marruecos siempre en una misma dirección: lograr la apropiación de las aguas circundantes a Canarias, concretamente al suroeste del archipiélago, donde hace apenas cinco años se descubrieron los montes submarinos conocidos como “las abuelas de Canarias”. Y no son unos montes cualquiera, sino que poseen abundantes tierras raras, materiales escasos y muy valiosos para la industria tecnológica; en concreto, el monte Tropic es una enorme montaña de telurio, un de los materiales más codiciados del planeta y que se usa para la fabricación de paneles solares. Según los primeros cálculos de los científicos británicos que lo encontraron en 2017, Tropic tiene unas 2.670 toneladas de ese metal, o lo que es lo mismo, el equivalente a la duodécima parte de todo su consumo mundial.

El interés de Marruecos por esas aguas, o mejor dicho, por lo que hay bajo ellas, es lo que ha impulsado que el país haya aprobado distintas leyes para ir ampliando progresivamente su demarcación marítima hacia Canarias hasta llegar a solapar sus aguas con las circundantes al archipiélago, siempre considerando como suyas tanto las aguas como la tierra del Sáhara Occidental, territorio ocupado y que, legalmente, no puede explotar, aunque lo hace.

Aún así, el reino alauí ha seguido avanzando con ese propósito, siendo uno de los últimos pasos el haber concedido a una empresa israelí, hace apenas unos meses, el permiso para realizar prospecciones petrolíferas al sur de las islas.

La demarcación del límite de las aguas territoriales debe resolverse con acuerdo entre los dos países, y nunca de forma unilateral, según recogen las Naciones Unidas. La primera en pedir la ampliación de sus aguas fue España, en 2009. Ya en 2014 lo hizo Marruecos, incluyendo en su petición parte de las 200 millas náuticas que forman parte de la Zona Económica de Exclusión (ZEE) y que quiso ampliar hasta las 350 millas. Hasta que la ONU no resuelva esta solicitud, ningún país puede reclamar el uso de los fondos marinos de esa área, pero Marruecos ya se ha permitido dar permisos para realizar exploraciones de cara a una futura explotación.