LAS PALMAS DE GRAN CANARIA, 28 (EUROPA PRESS)
Seis sindicalistas del Frente Sindical Obrero de Canarias (FSOC) e Intersindical Canaria (IC) simularon este viernes su “ahorcamiento” en un árbol del Parque de San Telmo en la capital grancanaria en contra de la reforma de las pensiones.
Así lo informó a los medios el portavoz de IC, Antonio Sardá, que acusó al Gobierno central y al regional de “estrangular a la clase trabajadora”. En su opinión, el acuerdo d las pensiones supone “un auténtico estrangulamiento para la mayoría social y, sobre todo, el ahorcamiento a derechos fundamentales a los canarios”,
Durante dicho “acto simbólico”, que duró en torno a 45 minutos, una decena de representantes de ambos sindicatos portaron también una pancarta reclamando que “la crisis la paguen los ricos”, al tiempo que gritaban “Para las pensiones nos falta dinero, sobran ladrones” y “CCOO Y UGT, sindicatos del poder”, entre otras exclamaciones.
Sardá incidió en que “los acuerdos que se han ido alcanzando en materia de la Seguridad Social en materia de pensiones constituyen un auténtico atentado a derechos fundamentales de la mayoría social de España”.
“Se necesitará trabajar 38,5 años para poderse retirar con el cien por cien de la pensión a los 65 años. Para poderse retirar a los 67 ñaos habrá que tener 37 años cotizados y la orquilla sobre la que se establece el cálculo de la pensión se amplía a los últimos 25 años del trabajador”, añadió.
“MÁS LESIVO” EN CANARIAS
A su juicio, “esto es absolutamente monstruoso y afecta al derecho de los trabajadores de tener una vejez garantizada”.
El portavoz de IC estima que dicha situación es “muchísimo más lesiva” en el archipiélago, que “es reinado del empleo precario, el mayor nivel del desempleo cercano al 30 por ciento y con los salarios más bajos, con lo que las pensiones son las más bajas del conjunto del Estado”.
De ahí que considera que “lograr alcanzar la cifra de 37 años cotizados va a ser muy imposible para la mayoría de los trabajadores de las islas”.
Finalmente, hizo también un llamamiento a las bases sindicales de UGT y CCOO, a las que acusó de haber firmado “sin ningún tipo de rubor” y de avanzar en pactos sobre pensiones en “una línea nefasta”.