'Conectadogs', el primer centro de recuperación para perros 'condenados'

Dagor. (CA).

Nidia García Hernández

Santa Cruz de Tenerife —

Cuando me acerqué al mundo del voluntariado, lo hice desde el más absoluto desconocimiento, ajena a la dureza de las protectoras de animales. Como la mayoría, no era consciente del trabajo y las necesidades de este tipo de centros. Mi propósito era ayudar y fui allí sin más pretensión que esa: echar una mano en lo que hiciera falta. Afortunadamente, cada vez son más las personas dispuestas a implicarse y a aportar su pequeño granito arena a estas causas. Sin embargo, el abandono de animales en España mantiene unas cifras preocupantes: sólo en 2015 las sociedades protectoras atendieron 137.000 casos. Por eso, aunque trabajadores y voluntarios dan lo mejor de sí, no es suficiente.

El flujo de animales es tan masivo que resulta imposible llevar a cabo un seguimiento individualizado. En general pueden más las prisas de contener lo incontenible, lo que desencadena que se anteponga la adopción a toda costa. El problema de esta solución es que su efectividad sólo sirve a corto plazo. Un perro sale del centro, sí, pero la ausencia de valoración previa no prevé las incompatibilidades que puedan surgir. ¿El resultado? El animal se devuelve a la protectora y empieza a ser tachado de “difícil”, el primero de muchos adjetivos que se volverán menos amables con el tiempo y la falta de oportunidades.

Una máxima a tener en cuenta a la hora de adoptar es que no todos los perros son iguales. Afinidades aparte, cada uno tiene sus rasgos: los hay más nerviosos o más tranquilos, más obedientes o indisciplinados, sociables o asustadizos… pero más importante aún, provienen de entornos distintos. Y la mayoría con un pasado que les pesa. Lo cual va unido a problemas de conducta si no son tratados correctamente. Por eso, conocer cada caso proporciona unos datos valiosísimos a la hora de encontrar un dueño adecuado. Porque la información −en ambas direcciones− es el único seguro para una adopción feliz.

En mi caso, no cambio la experiencia de haber sido voluntaria. Gracias a ello me crucé con Ronda, una perra que se convirtió en la mejor compañía. Pero al mismo tiempo, la vivencia me dejó un regusto amargo, esa sensación de que aún quedan muchas cosas por hacer. De un sentimiento parecido surge Conectadogs, un grupo de personas que, conscientes de estos vacíos, han querido actuar y atender los problemas que quedan al margen por falta de recursos, tiempo o formación. El proyecto quiere ofrecer un trato individualizado a los perros con necesidades especiales. Su fin es rehabilitarlos y romper así con el ciclo de devolución y aislamiento.

En palabras de uno de sus impulsores, Javier Ruiz, “es el primer centro de recuperación canina de España, donde trabajaremos por el bienestar de todos aquellos perros que han agotado sus oportunidades y a los que una legislación antigua o mal planteada ha condenado a vivir por siempre en la soledad de un chenil”. Pero no sólo se caracterizan por ser un salvavidas para aquellos casos más extremos, sino que su objetivo va más allá y propone aunar terapias. Una apuesta totalmente pionera en España donde los perros servirán de apoyo, ejerciendo como co-terapeutas a niños y jóvenes que viven en centros de acción educativa o para luchar contra el acoso escolar.

Actualmente, el equipo de Conectadogs se encuentra inmerso en una campaña en redes sociales bajo el hashtag #DejaHuella, y ha puesto en marcha un crowdfunding como primer paso para su financiación. Una suma de esfuerzos para dar luz verde a este maravilloso proyecto en el que convergen psicólogos y adiestradores, pero sobre todo, personas comprometidas. De aquellas que todavía se atreven a perseguir ideales y a luchar por hacer de este mundo un lugar mejor.

Beneficios de la terapia con perros

Cualquiera que haya convivido con un perro conocerá lo que es el cariño desinteresado y la más leal de las compañías. Su sola presencia reconforta, de ahí que cada vez más se apueste por su inclusión en distintas terapias. Los perros acuden indistintamente a centros de ancianos, de niños autistas o de víctimas de violencia de género con una ausencia total de prejuicios. El clima de confianza que generan facilita la labor del terapeuta, lo que se traduce en terapias más efectivas.

Algunos de los objetivos de este tipo de programa son:

  • Mejorar las habilidades motoras
  • Repercutir positivamente en la salud cardiovascular
  • Liberar endorfinas proporcionando un efecto calmante
  • Disminuir la sensación de soledad y aislamiento
  • Mejorar la comunicación y la sociabilización
  • Aumentar la autoestima
  • Desarrollar la comunicación verbal
  • Disminuir la ansiedad
  • Aumentar la disposición a participar en actividades
  • Reducir la depresión
  • Fomentar la integración del grupo

El equipo de Conectadogs ha tenido en cuenta las virtudes de este afecto terapéutico de cara a sus distintos programas sociales, en los que cada perro intervendrá de media unos 3 ó 4 meses. Durante su trabajo como co-terapeutas, éstos permanecerán en el refugio, dejando siempre abierta la vía de la adopción. “Eso sí, la adopción final no podrá darse hasta que el perro termine el programa y/o su recuperación”, matiza Javier. La elección del dueño seguirá un procedimiento minucioso basado en entrevistas y evaluación de perfiles, pues hay que tener en cuenta que al tratarse de perros rehabilitados, éstos deben seguir una rutina más pautada. Tras la adopción, y especialmente durante los dos primero años, Conectadogs llevará a cabo un seguimiento exhaustivo de los casos.

Con esta propuesta que combina terapia y adopción se consigue un beneficio global: los perros son rehabilitados y mejoran sus posibilidades de encontrar una familia, al tiempo que jóvenes en riesgo de exclusión social obtienen un apoyo en sus terapias. “En ningún caso los perros quedarán para una segunda terapia con niños”, aclara Javier. “Algunos miembros —como yo mismo— no creemos en las terapias asistidas por animales tradicionales donde el perro es una herramienta, y como antiespecista, no participaría en un programa que usase perros únicamente para mejorar la vida de personas; por esto hemos creado algo que beneficia a los dos colectivos por igual”.

Pitbullying: Pitbulls contra el acoso escolar

Uno de los temas más novedosos de Conectadogs es su programa contra el acoso escolar, bautizado como Pitbullying por incluir pitbulls y otras razas consideradas potencialmente peligrosas. La elección es premeditada, ya que se busca incentivar la tenencia responsable de este tipo de perros y acabar así con su inmerecida mala fama.

La iniciativa es definida por su equipo como “el primer programa en España en el que perros maltratados combaten el bullying en centros escolares. En él intervienen como co-terapeutas perros que han sido víctimas de violencia, que se convierten en un ”testimonio“ real de las consecuencias que tiene la violencia para quien la sufre, y en un ejemplo de superación”.

Pitbullying está a disposición de colegios e institutos mediante un plan de diez semanas. En él, el pitbull que ha sido rescatado, ejemplificará el sufrimiento pero también la recuperación. La experiencia del animal servirá de nexo y contribuirá a mejorar la participación de los menores en el proceso. A lo largo de las distintas sesiones, se irán abordando cuestiones relacionadas con el bullying, desde sus consecuencias hasta las medidas que podemos tomar para erradicarlo.

Paralelamente a su apoyo contra el acoso escolar, Conectadogs plantea un programa de psicoterapia asistida con animales en los CRAE (Centros Residenciales de Acción Educativa) donde conviven niños y jóvenes que han sido separados de sus familias por distintos motivos (negligencia, maltrato, abandono…). Actualmente se encuentran en situación de desamparo, por ello, el objetivo principal del equipo será trabajar en la adaptación psicosocial y la superación de dificultades psicológicas que se producen al ser apartado del núcleo familiar.

Así, “los menores se encargarán de reeducar a los perros, junto con los adiestradores y psicólogos de la asociación, enfrentándose a sus propios traumas a través de los del animal”. Lo que permite abordar el mundo emocional de los chicos de manera menos invasiva, sirviendo de soporte adicional a la labor que realizan los educadores en estos centros.

Rescatamos perro, ayudamos personas

Es el lema que abandera Conectadogs. Un centro de recuperación para perros, pero también, un proyecto social que apuesta por terapias e intervenciones asistidas con animales. Una aportación doble donde todos ganan y que responde a una necesidad real: la masificación de las perreras y la falta de recursos.

Queremos ser un apoyo para todos estos centros”, explica su equipo, “demostrar que, trabajando juntos, podemos dar una segunda oportunidad real a estos animales, una oportunidad que se merecen y que no podemos seguir negándoles por más tiempo. Vamos a trabajar con ellos cada día y a corregir sus problemas hasta que, por fin, puedan irse con una familia que les dé todo el amor que necesitan”.

El centro de recuperación estará situado a las afueras de Barcelona pero Conectadogs apuesta por un modelo de trabajo escalable y replicable, de manera que puedan tener cabida los múltiples casos que existen ahora mismo por toda España. Un germen que se convierta en “una respuesta que nos ayude a dar esperanza a esos perros por los que nadie puede ahora ofrecer más tiempo, más recursos, más trabajo”, explica Javier.

La campaña de goteo está en marcha, abierta a donaciones y colaboraciones, al tiempo que se baraja la financiación privada de marcas, así como subvenciones públicas. Todas las propuestas son bienvenidas. Si tú también crees en el proyecto, entra en conectadogs y ayúdalos a hacerlo posible.

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