El sentimiento nacionalista canario se debilita

Fernando Clavijo.

Enrique Bethencourt

El nacionalismo canario no solo reduce su presencia en las urnas como pudimos apreciar en las elecciones generales de 2011 o en las recientes autonómicas de mayo: comicios estos últimos donde la subida de NC no compensa las continuas bajadas de CC, que ha perdido más del 45% de su electorado en lo que va de siglo. También retrocede de manera significativa respecto a la presencia del sentimiento nacionalista en el conjunto de la sociedad. Según señalan los estudios sociológicos, se declaran solo canarios o más canarios que españoles casi un tercio menos de los que lo hacían en 2001.

Domingo Garí Hayek, profesor de Historia Social y Política en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad de La Laguna, señala, en su obra Geopolítica, nacionalismo y tricontinentalidad que “la preferencia identitaria canaria ha oscilado entre un tercio y un 40% de la población, según constatan los estudios demoscópicos realizados por distintos institutos de opinión”.

Añadiendo el profesor Garí que el reconocimiento de la identidad en porcentajes tan elevados “no se corresponde con el bajo porcentaje electoral que recogen los partidos abiertamente nacionalistas, y solo una versión un tanto caótica del nacionalismo en cuanto a su formulación ideológica, como es CC, parece sintonizar con las amplias capas sociales que dicen ser preferentemente canarias.”

Pero es que, además, se ha producido un importante retroceso en el período reciente. Un retroceso que no se ha mitigado con la actitud de permanente agresión a Canarias por parte del Gobierno central, aunque sí ha tenido un reflejo electoral de castigo a sus autores, como quedó reflejado en las urnas el pasado mayo, en las que el PP sufrió una auténtica debacle.

Una agresión visible en los Presupuestos Generales del Estado (PGE), en el reiterado incumplimiento del REF o en la imposición de unas prospecciones petrolíferas rechazadas por más del 75% de la población y que generaron multitudinarias movilizaciones en todas las islas en la pasada legislatura autonómica.

Sociobarómetro

En el Sociobarómetro de Canarias correspondiente a 2001, el sentimiento nacionalista agrupaba a casi la mitad de la muestra, un 49,6%; dos años antes, en 1999, CC consiguió su mejor resultado histórico en las autonómicas (y en las europeas que se celebraron conjuntamente aquel 13 de junio), refrendado en el 2000 en las generales.

Entonces, a comienzos de este siglo, se consideraba solo canario un 19,9%, mientras que más canario que español aglutinaba a un 29,7% de los entrevistados.

En el barómetro postelectoral del CIS de las autonómicas del pasado mes de mayo, catorce años después del referido Sociobarómetro, el sentimiento nacionalista alcanza el 34%, casi 16 puntos menos que en 2001. Bajan en seis puntos los que se consideran solo canarios y lo hacen en nueve los que afirman ser más canarios que españoles.

Aún así, en Canarias se duplica la media estatal de los que sienten solo o más de su comunidad autónoma, que se coloca en el último estudio del CIS en un 16%.

Sentimiento identitario

La bajada del sentimiento identitario en las Islas no significa que crezcan espectacularmente los que se sienten más españoles que canarios o solo españoles. En realidad pasan de 5,9% de 2001 al 12,7% actual, dato parecido al de Cataluña (11% en el CIS postelectoral de 2012) y casi la mitad de la media española (22,8%).

La franja que se eleva de forma más significativa es la de los que responden que se sienten tan canarios como españoles, que pasa desde principios de este siglo a hoy del 38,7% al 50,6%, es decir, experimenta un incremento de casi 12 puntos porcentuales. O, expresado de otra forma, un aumento de más del 23%.

Es muy posible que en esas modificaciones en el sentimiento identitario hayan influido los profundos cambios demográficos experimentados desde entonces. De hecho, entre 2001 y 2012 la población de las Islas creció casi un 23%, aumentando en cerca de 400.000 habitantes, casi la mitad procedentes de otros países.

Pero, con toda seguridad, también están interviniendo otros muchos factores, desde la estandarización que producen los medios de comunicación a la decepción que ha podido causar dos décadas de gobiernos nacionalistas que no han servido para superar nuestros seculares atrasos económicos y culturales.

Compatibilidad

O el impulso desde algunos instituciones y medios de comunicación a un nacionalismo folclorizado, ruralizado y ajeno a una realidad mucho más urbana, plural, abierta y moderna, lo que ha conseguido el alejamiento de los sectores más jóvenes de la población de un nacionalismo con el que difícilmente se identifican.

Así como el hecho constatable de un mayor sentimiento de compatibilidad entre el apego a lo canario y el hecho de formar parte del Estado español que en otros nacionalismos.

Conviene recordar, en este sentido, que incluso con los datos al alza del nacionalismo de entonces, el de comienzos de siglo, casi el 80% de los hombres y mujeres de Canarias manifestaba en el Sociobarómetro de 2001 la compatibilidad entre sentirse canario y español.

Por otra parte, respecto a las preferencias en relación al modelo de Estado, las posiciones más centralistas (las que se muestran favorables a un exclusivo Estado central o autonomías con menos competencias) son menores en el Archipiélago (15,8%) que en el conjunto de España (28,4%).

Autogobierno

En el otro lado, las mayores exigencias de un incremento del autogobierno, con un 22,2% Canarias supera en seis puntos la media estatal; mientras que en el derecho a decidir (la posibilidad de acceder a la independencia por parte de las comunidades autónomas) nos encontramos cinco puntos por debajo (3,3% frente a 8,8%).

¿Esa espectacular bajada en menos de dos décadas del sentimiento nacionalista en las Islas continuará produciéndose en el próximo período? ¿Se trata de un fenómeno irreversible? ¿Seguirá castigando en mayor o menor medida a las formaciones políticas que se reclaman de ese espacio?

¿O el nacionalismo, o si prefieren la defensa de los intereses y especificidades de esta tierra, se expresa en Canarias de distinta manera al resto de nacionalismos del Estado español, desde una reivindicación no independentista sino de máximo nivel de autogobierno y, a la vez, con contenidos de transformación social que ayuden a superar nuestros seculares retrasos educativos, culturales y económico-sociales?

Algo de esto plantea Josemi Martín, impulsor del blog Tamaimos, cuando señala que “es preciso que quienes de verdad piensen que el cambio social en nuestro país pasa por la construcción nacional, hagan suyos objetivos como la consecución de una ley electoral inspirada en profundos y sólidos criterios democráticos antes que en equilibrios de dudosa eficacia, la reforma político-administrativa del archipiélago en un sentido federalizante y de eficiencia económica, la participación popular en la vida pública de nuestras islas, en definitiva, la construcción de un nuevo sujeto político: la ciudadanía democrática canaria, organizada y autocentrada”.

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