La vida eterna de Olga Cerpa y Mestisay
No hay fin previsible para la carrera artística de Olga Cerpa y Mestisay. Tomando la música como una auténtica pasión, o como “la mejor de las drogas posibles” -como así mismo afirma el propio Manuel González- no otro hay camino posible que el de seguir haciendo camino. Su próximo paso público será la presentación en directo de su último trabajo discográfico en el Teatro Leal de La Laguna.
Hacía allí apuntan, para la fecha del 21 de abril, con el importante reto de llenar su sala principal en una doble función. La primera, a las 19:00 horas, y la segunda, a las 21:30 h., con el precio de la entrada a 20 euros. Olga Cerpa y su inseparable sustento sonoro de Mestisay han diseñado un concierto que puede ser inolvidable para su importante y fiel legión de seguidores en la ciudad de La Laguna y en la isla de Tenerife: “Nuestra intención es hacer un concierto largo, de más de veinte canciones. En una primera parte presentaremos todos los temas incluidos en ‘Jallos’; en general, después de sacar un nuevo disco, algunas de las canciones se van quedando por el camino a lo largo de los meses y, por inercia o comodidad, las dejas de interpretar. Así que es un gusto tocarlas por un tiempo, bautizarlas en vivo. En la segunda parte miraremos a nuestro repertorio histórico”, afirma Manuel González.
Allí, en el centenario recinto lagunero, Mestisay y Olga Cerpa han ofrecido ya grandes conciertos con una aceptación máxima. De allí emanan grandes recuerdos: “El Leal es de esos espacios donde uno puede ver la cara a quien vino a verte, sentir su respiración. Así que uno espera que los duendes que viven en estos edificios históricos que tanto han escuchado el sonido de los aplausos a lo largo de sus longevas vidas, convoquen esa energía que, de vez en cuando, fluye de uno a otro lado: del escenario al patio de butacas”.
“Lo que ocurre entre una actuación y otra es un estado de dependencia emocional que sólo se cura actuando”
Olga Cerpa también incide en la condición de talismán del Leal: “Hasta ahora así ha sido. Allí hemos vivido algunas noches inolvidables, con conciertos de presentación que guardaremos en nuestra memoria de recuerdos para toda la vida. Además, todo sucede en una ciudad que amamos especialmente, sus gentes, sus calles…”
A La Laguna llegan esta vez con los sonidos de ‘Jallos’, su último trabajo discográfico, una obra de 12 canciones que transita por un espacio lleno de luz, buena energía, sonidos de raíz y colores atlánticos. Esta obra es el resultado de una nueva y singular aventura musical de largo recorrido que llevó a Olga Cerpa y Mestisay durante varios años a colaborar con artistas de diversos países. Así, el resultado es un repertorio plural y diverso que tiene orígenes en América y África, mixturados en el puente que ha sido siempre el Archipiélago canario.
Esas frecuentes colaboraciones y posterior amistad mantenida a lo largo de casi toda su carrera con ambientes musicales e intérpretes de diversos países cristalizan en un disco producido en plena madurez creativa del combo canario. Así lo presente el mismo Manuel González: “Creo que es un disco de madurez, cocinado a fuego lento, con muchos ingredientes, con estribillos pegadizos, muy orgánico. Hecho por una excelente banda de músicos que comparten un mismo tempo creativo. A fuerza de parecer inmodesto, me sorprende que después de tantas ediciones discográficas aún podamos ser capaces de hacer un disco tan energético”.
Un cuidado y detallado trabajo discográfico en la etapa en la que los hábitos de consumo han cambiado y en lo que lo digital tiene una presencia mayoritaria y expansiva. En medio de este panorama, ¿cuál es la motivación para seguir editando música?: “¿Para qué hacer un disco sino para estar vivo? -afirma González-. La música es la mejor de las drogas, pero es una amante muy celosa. Así que cuando la música te atrapa, te quedas enredado en ella para toda la vida. Por eso lo que ocurre entre una actuación y otra es un estado de dependencia emocional que sólo se cura actuando”.
Y la música junto a una compañera de escenario que se ha convertido en elemento inseparable: “Suena raro hablar en términos de excelencia, por pudor, de alguien que es como de tu familia. Pero es que Olga es un torrente de luz encima del escenario. He conocido y trabajado con muchos artistas de fuera y dentro de Canarias y he visto muy pocas veces esa pasión, esa verdad con la que Olga canta. Cantando de esa manera es imposible ser mala persona”.
Y resuena admiración mutua cuando es Olga Cerpa la que se pronuncia: “Sobre mis compañeros de escenario sólo tengo palabras de respeto, de admiración, y de cariño. Tenemos la suerte de habernos rodeado en estos momentos de un puñado de los mejores músicos de la tierra, con una preparación sobresaliente. Pero además se da la feliz circunstancia de que tenemos una excelente relación personal, cosa no menor, porque se pasa mucho tiempo juntos, mucho viaje, mucha comida, mucho trabajo. Lo hemos pasado muy bien grabando este disco. Y esa otra parte cómplice también es importante, aunque la parte medular sea su talento, que es el indispensable”.
“Diría que ‘Jallos’ es un disco de madurez, cocinado a fuego lento, con muchos ingredientes, con estribillos pegadizos, muy orgánico”
La maquinaria creativa y de gestión de proyectos no para en este binomio que ha escrito algunos de los capítulos más importantes y reconocidos de la escena musical canaria: “Para el futuro, como filosofía general, vamos seguir haciendo artesanía en un mundo lleno de idiotización musical en los medios de difusión masivos. En lo concreto, presentaremos en los próximos meses el disco fuera y dentro del país y seguimos en paralelo con un proyecto de cocción lenta, con banda de metales y madera y titulado ‘Vereda tropical’, que nos ha llevado a grabar en México y, dentro de unos meses, a Cuba”.
“Alguien decía -añade- que la vida es bastante simple. Tú haces algo; la mayoría de las veces fracasas. Alguna cosa funciona. Si funciona bien, los demás te la copian rápido. Entonces tú haces otra cosa. Así que el truco, el reto, está en hacer otra cosa”. Después del tiempo transcurrido desde sus inicios como artista, hasta ahora, ¿En qué ha avanzado la estructura cultural en Canarias? ¿Se ha logrado una base sólida sobre la que trabajar?: “Tenemos, en general, unas infraestructuras culturales importantes, impensables hace treinta años para un territorio tan fragmentado. Falta lo más difícil: hacer país. Hacer país es, por ejemplo, que los circuitos internos de creación y difusión cultural de lo hecho en Canarias no se encuentre – para su adecuado funcionamiento- con tanto reino de taifas, muchas veces compromiso no solo de los políticos responsables del sector sino de gestores culturales que actúan con tics de niños caprichosos”.
De su experiencia en el exterior, en países como Estados Unidos, recogen frescura, inmediatez, viento fresco que les reafirma en la validez de su carrera artística: “Las experiencias fuera de Canarias y de España son buenas. La mayor cura de humildad para alguien que se dedica a esto con cierto éxito en su lugar de origen es enfrentarte a públicos que sólo te juzgan por lo que escuchan en un concierto en directo. Esos aplausos, cuando se producen, son como los besos del primer amor