El turismo en Canarias ya solo tiene agostos
El turismo canario prosigue con su peculiar luna de miel, una etapa de bonanza y mejoría sobre mejoría que se inició a partir del año 2011, cuando se superó en el capítulo de llegada de extranjeros el total del ejercicio en que estalló la crisis (2008). A día de hoy, parece que ese estado de mar en calma no tiene fin, aunque algo se ha agitado en las últimas semanas por la aún leve incertidumbre que ha generado el brexit, sobre todo debido a que el 35% de los visitantes de fuera de España que recibe Canarias procede del Reino Unido (principal mercado emisor de las Islas).
La trayectoria de verdadero lujo en el sector turístico isleño, de manera especial en la actividad relacionada con el alojamiento hotelero, queda muy bien reflejada en las estadísticas oficiales más recientes sobre variables que miden la principal vía de ingreso de las empresas hoteleras, también de las radicadas en Canarias. Se trata del análisis de los precios medios cobrados por habitación, del rendimiento habitual por cama disponible y del grado de ocupación de los recintos en los últimos doce meses.
En la fijación de esos registros, que ya adelantamos que vuelven a ser buenos, tiene mucho que ver el fortísimo crecimiento en la llegada de visitantes procedentes de mercados exteriores, de fuera de España, con un alza en el primer trimestre del año de 740.000 personas. Con este ritmo de aumento en las visitas de extranjeros y con los problemas de seguridad que siguen acumulando los espacios competidores de la cuenca mediterránea, Canarias está llamada a conseguir un nuevo récord en recepción de viajeros en 2016, con opciones de superar o aproximarse bastante al umbral de los 14 millones de turistas por año (la suma de extranjeros y nacionales. Éstos también han ido mejorando algo).
Con las velas a la eficiencia bien desplegadas
En el mes de mayo pasado, según los datos del informe de coyuntura turística hotelera servidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la Comunidad Autónoma de Canarias mantuvo su tendencia de seguir batiendo marcas. Las Islas consiguieron en mayo del año en curso una de las tarifas medias diarias para establecimientos hoteleros de las más elevadas de toda España, por encima del promedio nacional y con 79,9 euros, lo que supuso un alza del 4,5% respecto al mismo periodo de 2015 (en los 12 últimos meses). Además, ese umbral absoluto se distanció varios puntos del promedio de España, en 74,2 euros y con una subida algo menor, del 3,8% interanual, esto es, de mayo del año anterior a mayo de este año.
Lo ya descrito guarda relación con el comportamiento de la variable tarifa media diaria, en cuya clasificación por comunidades autónomas Canarias logró el cuarto lugar en mayo pasado, solo por debajo de Madrid (85,8 euros), la primera, y con Cataluña y el País Vasco en el segundo y el tercer lugar.
Pero no es lo único que fue bien o muy bien en el archipiélago y sus hoteles. Respecto al registro ingreso por habitación disponible (calculado sobre todas las que se pueden ocupar), siempre según las variables provisionales publicadas por el INE, las Islas alcanzaron el promedio de 64,3 euros, con un aumento de mayo de 2015 al mismo mes de 2016 de nada menos que el 17,6%. El valor medio de España se situó muy por debajo del detectado en Canarias, con 48,2 euros y una mejoría del 13%.
A esas micromagnitudes económicas, siempre con comportamientos en la mejor línea para consolidar el futuro del turismo isleño, hay que añadir otra variable que evolucionó de manera muy satisfactoria. Se trata del índice de precios hoteleros. Este indicador, calculado según la base 2008 y con el promedio español en 100,5, se situó en las Islas en el límite 110, o sea, casi diez puntos por encima del valor medio en el país, con una subida interanual, en los últimos 12 meses, del 7,4%, frente al aumento del 5,4% para el registro de toda España. Justo por detrás de la comunidad autónoma de Baleares, con un índice en el 117,6 y un incremento interanual del 7,5%, se colocó el Archipiélago, la segunda región con mejor marcha en toda España.
Aparte de esos tres capítulos, no está de más referirse en este momento a que en mayo pasado las zonas turísticas con mayor nivel de ocupación, las tres primeras de España, se encontraban en Canarias, con el liderazgo de Lanzarote (78%); el sur de Tenerife, en el segundo puesto (75,7%), y el sur de Gran Canaria, en el tercer cajón (75,1%).
Hoy se puede decir que las Islas, al menos como destino turístico y en el ámbito de la actividad hotelera (la principal dentro del sector), avanzan hacia una especie de estado de empacho, sensación que se tiene al sumar comportamientos tan ventajosos en la llegada de turistas (lo que da más ocupación) y el mejor rendimiento o eficiencia logrado por los recintos hoteleros, sobre todo por el alza de la demanda y la consiguiente subida de tarifas o precios. La cosa va muy bien, cierto, pero por ahora esto solo se puede afirmar para el lado de las empresas. Lo que ocurre con la parte trabajadora es otro cantar, y ello pese a que el sector turístico es, hoy en día, casi el único generador de empleo neto en Canarias, con unos 50.000 puestos de trabajo generados en 2015.
Mas empleo, sí, pero... ¿y los sueldos?
En los aspectos ahora señalados, hay que decir que Canarias sigue sin levantar cabeza, pues los trabajadores por cuenta ajena existentes en las Islas siguen siendo de los más mal pagados en toda España (en las Islas son amplísima mayoría los del sector servicios). Al cierre de 2014, los datos oficiales servidos por el INE dan pocas alegrías y ponen a Canarias en el penúltimo lugar en la clasificación de esa variable según comunidades autónomas, solo por encima de Extremadura, la región que cierra la tabla.
En el archipiélago, el salario bruto medio fue de 19.436,48 euros al año, el dato de 2014, con una subida del 1,4% respecto al mismo registro de 2013 y a 3.421,5 euros del promedio nacional, en los 22.858,17. En ese valor absoluto, tiene mucho que ver el enorme peso de las contrataciones en hostelería en Canarias, sector productivo que paga el peor sueldo medio y bruto en toda España, el 40% inferior al nivel promedio del país; sí, el 40% menos. Ésta es, sin duda, una de las claves de lo que está pasando con el empleo en la actividad hotelera de las Islas.
La realidad de Canarias es de las más agónicas en ese componente, con un nivel 85 si se fija como base 100 el umbral medio para toda España. La lejanía respecto al promedio del país se sitúa en los 15 puntos. En las Islas, la diferencia entre salarios brutos según el género también es notable: la mujer cobra 18.200 euros brutos por año (se debe recordar que es muy contratada en los hoteles, sobre todo como camareras de piso), mientras que el hombre llega a los 20.641, con una distancia de 2.441 euros respecto a la mujer. Esta distinción se muestra con mucho más dramatismo al analizar los registros medios de España, con un recorrido a favor del hombre de más de 5.000 euros por año.
A lo que se paga de menos y a la cantidad menor de líquido que llega a las cuentas bancarias de esos trabajadores, es preciso unir otros factores desestabilizadores, o sea, negativos para el empleado, entre ellos, sin lugar a dudas, la escasa duración de las contrataciones (mucha temporalidad) y el uso masivo de fórmulas de vinculación a tiempo parcial.
La suma de todo esto es lo que conduce a definir la situación de los trabajadores del sector de la hostelería en Canarias como muy mejorable, máxime cuando el rendimiento de los recintos para alojamiento evoluciona a muy buena velocidad. Parece que ya se impone que los mayores beneficios empresariales también lleguen al colectivo de los trabajadores en forma de subidas salariales.