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Los acusados de violar a una menor en Gran Canaria achacan la denuncia a “rencor” por haberle robado el móvil

EFE

Las Palmas de Gran Canaria —

Dos jóvenes acusados de violar a una menor de 16 años en un búnker militar abandonado de Gran Canaria al que la chica les acompañó tras quedar con ellos han asegurado este miércoles que practicaron sexo consentido y han achacado su denuncia a “rencor” y “resentimiento” porque le robaron el móvil.

Enfrentados a una posible condena de 14 años de cárcel por un delito de agresión sexual, los acusados han rechazado este miércoles en la Audiencia de Las Palmas la versión de la denunciante sobre lo ocurrido el 9 de agosto de 2013 en el búnker de la playa del Cabrón, en el municipio de Agüimes.

La chica ha relatado que quedó ese días con uno de sus presuntos violadores, a los que había conocido por medio de un amigo suyo tras entablar contacto por internet a través de las redes sociales y luego mediante mensajes de teléfono móvil, y que aceptó ir con él al lugar pese a que apareció con un acompañante y le propuso dirigirse a un sitio apartado de las viviendas más cercanas.

Algo que hizo, según ha relatado, influida por el hecho de que justo el día anterior, cuando había quedado por primera vez con él para conocerlo, ambos jóvenes habían estado en Arinaga, donde ella reside, y habían visitado ya las grutas de la zona junto a amigos de ella.

Sin embargo, la chica, que había quedado con el primero de sus supuestos agresores, Francisco Miguel Q.H., “solo para ir a dar una vuelta”, conforme a su testimonio, se vio sorprendida por el proceder de este y de su acompañante, Shariff S.O., que, conforme a su versión, la sujetaron y penetraron por vía vaginal por turnos pese a que se resistió a ello.

Frente a sus palabras, ambos acusados han sostenido que la menor accedió a participar con ellos en un trío sexual, no solo el día de los hechos denunciados sino también el anterior, y Shariff S.O, ha asegurado incluso que ya él antes había hecho el amor con ella a principios de la misma semana, después de que un tiempo atrás lo hiciera también un conocido suyo llamado Kevin que se la presentó.

Un dato este último que ha negado el propio Kevin, citado como testigo en la vista, donde ha respondido tajante, al preguntarle si había tenido relaciones sexuales con la chica: “No, qué va, eso es incierto”.

Este testigo ha rebatido, además, otras afirmaciones de los acusados, como que desconocían si era o no menor de edad, al declarar que él les había confirmado que lo era.

Por otra parte, la versión de la chica fue respaldada por una psicóloga que la entrevistó y que ha declarado este miércoles que al analizar su estado llegó a la conclusión de que su sintomatología “se corresponde con una vivencia traumática como la que ello denunció en su momento”.

Además, ha opinado que “era una niña” y “tenía una visión ingenua de las relaciones”, por lo que pudo apreciar de ella.

Tanto Francisco Miguel Q.H. como Shariff S.O. han insistido, sin embargo, en que accedió a yacer con ambos y que prueba de ello eran una foto que se hicieron el primero y la denunciante besándose para colgarla luego en internet y mensajes de móvil en los que hablaron de que ella llevara preservativos al que iba a ser su segundo encuentro.

La denunciante ha admitido esos mensajes, si bien asegurando que fue “en plan de broma” y que la foto se la hizo porque se lo pidieron “para darle celos a su novia”.

Por el contrario, los acusados han reiterado que ella consintió y que su denuncia se debió, en palabras de Shariff S.O., a “resentimiento por el móvil”, que le robaron para luego venderlo en una tienda de artículos de segunda mano, sentenciando: “Eso es lo que no me cabe en la cabeza”.