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Memoria histórica en Canarias
La búsqueda de víctimas del franquismo continúa en Gran Canaria: el camino hacia el jornalero Tomás Velázquez

Sima de Jinámar. (Foto: Cabildo de Gran Canaria)

Jennifer Jiménez

11 de junio de 2022 06:00 h

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A Yguarina Brito se le ponen “los pelos de punta” mientras habla emocionada de la historia de su familia materna, una parte de su pasado que conoció hace apenas unos años. Su abuela, María Dolores, siempre mencionaba que a su tío lo habían desaparecido desde muy jovencito en el municipio de Arucas, en Gran Canaria, de donde proceden. Se llamaba Tomás Velázquez Morales y según el registro de personas represaliadas publicado por la asociación para la recuperación de la memoria histórica de este municipio (la primera constituida en Canarias) es una de las más de 60 personas de las que existe constancia con nombre y apellidos que se encuentran desaparecidas desde el golpe de estado franquista. Se trata de hombres que fueron sacados de sus casas y de sus trabajos por la fuerza y de los que sus familiares nunca volvieron a saber nada hasta que, años después, las exhumaciones y la lucha de las familias han sacado a la luz sus historias. 

De Tomás Velázquez se conoce muy poca información. Su familia lo perdió cuando apenas tenía unos 20 años, pero la abuela de Yguarina solía recordar de él que era jornalero de Arucas (aunque no especificó para qué terratenientes trabajaba) y que un día “se lo llevaron y nunca más apareció”. Con el paso de los años, de él solo tenían una fotografía, una corbata y una tarjeta sindical. Su paradero sigue siendo desconocido como el de otros tantos hombres y, aunque su abuela siempre decía que creía que él estaba en la Sima de Jinámar (tubo volcánico por el que fueron arrojadas víctimas del franquismo tras ser fusiladas y donde se pretende llevar a cabo la exhumación de los restos mortales que allí se encuentran), también existen otros puntos en Arucas pendientes de ser exhumados como el pozo del Barranco de Arucas o el de la Vuelta del Francés. 

Yguarina Brito Castellano señala que después de un tiempo buscando información y tratando de realizarse las pruebas de ADN para poder cotejarlas con otros restos mortales que se han localizado ya en los pozos de Arucas y Tenoya se encuentra muy esperanzada después de que ya haya logrado dar ese paso y se haya realizado las pruebas en el Instituto de Medicina Legal. En el último pozo exhumado en 2019 fue localizado el padre de la fundadora de la asociación para la recuperación de la memoria histórica de Arucas, Pino Sosa, el latonero del barrio de Las Chorreras José Sosa. No obstante, se localizaron los restos mortales de 14 personas y fueron identificadas un total de siete, por lo que quedan varios sin identificar. 

Para Yguarina Brito “es muy importante que se conozca la realidad de lo que ocurrió en esos años”. Recuerda que rescatar al olvido a estas personas es muy importante para que se avance hacia la justicia, verdad y reparación. “Lo que me queda de vida seguiré en la búsqueda”, dice esta joven de 38 años, decidida a encontrar a su tío bisabuelo. Desde que se enteró de que esta historia había sucedido en su familia se ha documentado y se ha puesto en contacto con distintas asociaciones de memoria histórica, como la de Arucas o la plataforma de familiares de los Fusilados de San Lorenzo, donde ha encontrado un gran apoyo en Francisco González, cuyo abuelo, sindicalista que lleva su mismo nombre, fue fusilado junto al alcalde del entonces municipio de San Lorenzo y enterrado en la fosa común de Vegueta. 

La sobrina nieta de Tomás Velázquez explica que hace unos años su madre asistió a un homenaje que se estaba celebrando a los represaliados y que un hombre de unos 80 años se acercó y dijo que era el hijo de Velázquez. La familia no sabía hasta ese momento que el tío desaparecido había tenido un hijo y afirma que le gustaría contactar con él, ya que desde entonces no han vuelto a saber nada, asegura Yguarina Brito. “Él tendría sólo uno o dos años cuando desapareció su padre”, destaca. Además, añade que recientemente ha grabado su testimonio y el de su madre en vídeo para que la asociación de la memoria histórica lo guarde para la posteridad y no se pierda la historia de su familia. 

Hacia el banco de ADN y la exhumación de más puntos

Desde la consejería de Administraciones Públicas y Justicia del Gobierno de Canarias recuerdan que uno de sus objetivos en materia de Memoria Histórica es la regulación del banco de ADN, que está pendiente de realizarse. Actualmente, sí que se cuenta con una base de datos en el Instituto de Medicina Legal (IML) en la que se puede solicitar el cotejo de muestras si existen indicios suficientes, aunque aún no de forma aleatoria hasta que esté regulada la orden y coordinada con la Ley de Memoria Democrática que aún está en tramitación en el Congreso. De momento, sí que se cuenta ya con un protocolo de exhumaciones y se pretende avanzar hacia la regularización de dicho banco de ADN y en el Plan Estratégico de Memoria Histórica de Canarias, en el que se puede participar aún hasta el próximo 17 de junio

Familiares de víctimas de la represión también han mostrado su interés en que se realicen exhumaciones en otros puntos como Fuencaliente, en La Palma o dos pozos más en Arucas. La próxima semana se reunirá también la comisión técnica de Memoria Histórica para analizar el catálogo de vestigios franquistas de Santa Cruz de Tenerife y se ha firmado recientemente un convenio con la ULL para finalizar el estudio de todo el Archipiélago. 

En esta semana, además, el Cabildo de Gran Canaria anunciaba el hallazgo de un punto donde podrían encontrarse los restos mortales de los represaliados del franquismo arrojados a la Sima de Jinámar, después de que un grupo de arqueólogos descendiera por el tubo para estudiar una posible intervención futura. Sobre estas intervenciones, Yguarina Brito considera que si se localizan estos restos mortales y finalmente son exhumados sería una gran noticia para las familias que se encuentran esperando desde hace muchos años por localizar a sus seres queridos, pero se mantiene con cautela ya que en otras ocasiones, como en el caso de la fosa común de Vegueta, finalmente no se exhumó porque el informe técnico concluyó que no era viable. Una conclusión que fue rechazada por los familiares, como es el caso de Paco González. Además, ambos consideran que todas las familias deberían haber sido invitadas al último descenso. 

Los arqueólogos que descendieron recientemente este tubo volcánico expresaron que es “muy probable” que la mayor parte de esos restos humanos esté acumulada en el último derribo antes de llegar al fondo, donde se concentra la basura y los restos de animales que se han ido arrojando a la sima. Según informó el Cabildo, es posible que se encuentren a dos metros o dos metros y medio por debajo de la superficie actual. 

No es la primera vez que alguien desciende por este tubo volcánico. En 2017 se estrenó el documental La Sima del Olvido en el que el profesor José Monzón Gil cuenta su experiencia al descender por este tubo. Un trabajo con el que pretendía además de poner luz a esta etapa de la historia, guiar a los expertos en futuros descensos. En este documental relata que en el agujero también se encuentra mucha basura que ha sido arrojada en los últimos años. Antes de él, también consiguió descender en los años 60 el espeleólogo Jesús Cantero, que narra su experiencia en ese documental. Cuenta cómo en cada bajada (unas 14 que realizó en total) lo hacía con el máximo respeto para evitar distorsionar la realidad del lugar. También se recordaba en ese trabajo el cráneo con herida de bala que se conserva en el Museo Canario y que fue extraído de esta Sima. Estas bajadas permitieron además desterrar el mito de que la Sima conectaba con el mar y que los cadáveres acababan en el agua.

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