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Capitanía Marítima niega al barco de los vertidos de hierro el atraque en La Luz

Capitanía Marítima negó este jueves la autorización al barco Weatherbird II, que según Greenpeace pretende verter hierro al mar, para que atracara en el puerto de La Luz y Las Palmas, informaron fuentes portuarias.

El buque tenía hora de amarre prevista desde las ocho de la mañana de este jueves en la parte naciente del muelle de Santa Catalina, pero no llegó a entrar en el puerto. La negativa de Capitanía Marítima, dependiente de la Dirección General de la Marina Mercante, impide que entre en aguas portuarias, por lo que cabe la posibilidad de que esté fondeado en alta mar o en las aguas internacionales que se encuentran entre Gran Canaria y Tenerife, agregaron las mismas fuentes.

Por su parte, el delegado del Gobierno español en Canarias, José Segura, valoró la denuncia realizada por Greenpeace sobre las consecuencias negativas del vertido de hierro al mar. Sin embargo, “en mi despacho no ha entrado ningún documento sobre ese barco” y, por lo tanto, “ no tengo conocimiento ni de la ruta que sigue ese barco, ni si va a atracar en un puerto canario, ni qué carga lleva”, insistió Segura.

Mientras, la responsable de la campaña de tóxicos de Greenpeace, Sara del Río, insistió este jueves en que el barco de la empresa estadounidense Planktos navega rumbo a Gran Canaria con las bodegas vacías y tiene capacidad para transportar mil kilos de hierro, “que podría perfectamente adquirir en las Islas”. Aunque la organización ecologista reconoció no disponer de datos exactos, reiteró sus sospechas al relacionar el objetivo del viaje con un “experimento muy arriesgado” consistente en “realizar vertidos del hierro al mar como prueba para buscar una solución al cambio climático”.

Aunque en estos momentos “se desconocen las consecuencias exactas de este experimento”, reconoció del Río, “cualquier intervención en la biodiversidad de los fondos marinos puede tener consecuencias imprevisibles e irremediables para los ecosistemas y el ser humano”. En este sentido, Greenpeace subrayó que se mantendrá vigilante a través de sus voluntarios en la capital grancanaria e insistirán en los contactos con la administración española, que aún no respondió a las cartas de la organización ecologista

“Esperamos que las autoridades españolas se interesen por este caso, lo investiguen y en caso de que se confirmen nuestras sospechas, actúen impidiéndole la salida de puerto para realizar sus experimentos”, declaró Del Río.