Una nueva cirugía de cataratas con ultrasonidos gana en seguridad y eficiencia y evita daños en la córnea y en la cápsula posterior del ojo, afecciones que pueden provocar una disminución en la visión.
El jefe del servicio de Oftalmología del Hospital Universitario de Orense, Ramón Lorente, ha asistido al congreso de la Sociedad Española de Oftalmología que se celebra en Tenerife, donde ha presentado por primera vez un aparato capaz de mantener la presión ocular en la misma medida mediante ultrasonidos.
Después de haber realizado estudios clínicos en el Hospital Universitario de Orense y en el Hospital de Utah, en Estados Unidos, el especialista ha comprobado que este aparato, que a partir de octubre podrán adquirir los centros españoles, supone una evolución en la utilización de los ultrasonidos para operar las cataratas.
Según el doctor Lorente, este equipo facoemusificador mejora la seguridad y eficiencia de la cirugía controlando en todo momento la presión intraocular del ojo del paciente.
La operación de cataratas, que es la cirugía más practicada en el mundo, se realiza a una media de 450.000 pacientes al año en España, ha detallado el doctor en una entrevista a Efe, en la que ha hablado de las últimas innovaciones para solucionar la pérdida de transparencia del cristalino.
Según el doctor Lorente, la operación de cataratas ha evolucionado “muchísimo” en los últimos años, pues se ha pasado de abrir el ojo y tener que sacar la catarata entera a utilizar láser para ablandar la catarata y ultrasonido para romperla y aspirarla.
La nueva técnica consiste en abrir por microincisión el ojo del enfermo, al que se le extrae el cristalino que ha perdido translucidez mediante ultrasonidos que se dosifican con movimientos de una pequeña punta de titanio a mucha velocidad.
Esta punta rompe la catarata y a su vez aspira e inyecta fluido para proporcionar espacio suficiente para que los especialistas puedan trabajar.
Todo ello, recalca, en una cirugía segura que no causa dolor al paciente y sólo necesita de anestesia en gotas.
Aunque el ultrasonido se utiliza desde el año 1975, recuerda el doctor, el nuevo aparato supone un avance a la hora de dosificar los ultrasonidos y es más eficaz al no permitir subidas y bajadas en la presión dentro del ojo y conseguir que entre el mismo líquido que sale para pode operar con seguridad.
De esta manera, no se daña la córnea ni la cápsula posterior, complicaciones que de forma más frecuente se suelen dar en las cirugías, si bien sólo se producen en un cinco por ciento de los casos, ha agregado.