Aún queda por delante la Víspera de Reyes y su Noche larga. Eso será el 5 de enero, pero este 24 de diciembre, el corazón del barrio histórico comercial de Las Palmas de Gran Canaria, Triana, vivió un simulacro de lo que los Reyes Magos habrán de traer.
Bajo un sol radiante y 24 grados de temperatura, los comercios de uno de los distritos fundacionales de LPGC deben de estar de enhorabuena. Al menos los bares. Porque cientos de grancanarios se daban cita desde mediodía hasta bien entrada las primeras horas de la tarde para celebrar, copa en mano, la Nochebuena que viene. Y la que va.
Es el caso del denominado triángulo de Las Lagunetas. Un recoveco de los de antes, perdido para muchos entre la peatonal Calle Mayor y la rodada Viera y Clavijo. En las últimas semanas, donde sólo habitaba la trasera del histórico bar que da nombre al área, ahora han proliferado nuevos establecimientos.
Y ahí se concentró durante unas horas buena parte de una ciudadanía que, más allá de la crisis, no quiso dar visos de ella en un mediodía espléndido para hacer de todo menos trabajar. Otra cosa es cómo le fueran a los comercios de Triana. “Una ronda más y vamos ya a comprar”, se escuchó en alguna barra de bar...
Era sólo el “aperitivo” para una noche que se suele vivir en familia, pero que desde hace años, como el mediodía del 31 o ya la misma Víspera de Reyes, se empieza a celebrar con el sol en lo más alto. Hasta que el cuerpo y las obligaciones aguanten. Felices fiestas.