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Los forenses descartan que Miguel sufriera trastorno y lo ven “manipulador”

SEVILLA, 22 (EUROPA PRESS)

El autor confeso del crimen de Marta del Castillo la noche del 24 al 25 de enero de 2009 en León XIII no padecía ningún trastorno mental ni de la personalidad en el momento de los hechos, según han ratificado este martes los médicos forenses Julio Guija y Jesús Parejo, del Instituto de Medicina Legal de Sevilla, y la profesora universitaria de Psicología Rosario Antequera.

Durante la décimosexta sesión del juicio por la desaparición y el presunto asesinato de la joven que se sigue estos días en la Audiencia Provincial de Sevilla, los forenses han subrayado que Miguel Carcaño no ha padecido en el pasado ni sufría a la hora del estudio un trastorno psicopatológico ni tampoco en la orientación, la memoria, la afectividad, la inteligencia o el pensamiento. “Presenta rasgos de personalidad antisocial, pero no llegan a ser un trastorno”, han apostillado.

Asimismo, han dicho que se trata de una persona “egocéntrica y manipuladora”, ya que “sólo piensa en sí mismo” y en las relaciones personales “busca su propio beneficio; primero él y luego el resto de personas”, mientras que su nivel de inteligencia se sitúa en un nivel “medio-bajo”, lo cual “le dificulta prever conductas a largo plazo”. Así, únicamente piensa “en el presente y en el futuro cercano, pero no hay planificación”, han añadido.

“COLABORADOR A SU MANERA”

De igual modo, han descartado que se trate de una persona agresiva salvo episodios “concretos” --“no presenta elevados rasgos de agresividad”-- y han dicho que “no tiene dificultad para relacionarse”, punto en el que han señalado que la relación con la pareja de su madre --no con su padre biológico-- era de una afectividad “superficial”, por lo que su hermano Francisco Javier Delgado se sitúa como su persona de referencia y es la que “le pone los límites”.

Además, han explicado que “mentía” durante las entrevistas que mantuvo con ellos, ya que “daba distintas versiones, incluso dentro de la misma entrevista”, punto en el que han puesto como ejemplo que al ser preguntado sobre si consumía drogas o alcohol, “unas veces dijo que algo de hachís y alcohol, y otras decía que nada”, por lo que “colaboró” con los médicos forenses “pero a su manera”.

En relación al intento de suicidio que protagonizó en la cárcel de Morón de la Frontera (Sevilla), han puesto de manifiesto que “contaba con la posibilidad de ser salvado”, como finalmente ocurrió al estar incluido dentro del Protocolo de Prevención de Suicidios (PPS), y lo llevó a cabo “para llamar la atención” y como “gesto de autoprotección” al conocer que podía ser trasladado al módulo común con el resto de presos, lo que “le generó malestar” y le llevó a “temer por su vida”.

“DUELO PATOLÓGICO”

De su lado, tanto Guija como Parejo, acompañados por el psicólogo clínico Felipe Vallejo, han dado cuenta del estado de salud mental de los padres de la joven Marta del Castillo, y han ratificado que las distintas versiones ofrecidas por Miguel Carcaño sobre el posible paradero del cuerpo han “acrecentado” el dolor y la frustración de los padres de la víctima, aseverando que, en caso de que el cadáver no aparezca finalmente, “puede llevar a un duelo patológico”.

Estos médicos forenses han explicado que la madre de la víctima, Eva Casanueva, ha estado sometida a tratamiento psicoterapéutico y farmacológico a consecuencia de un trastorno depresivo “por la situación de duelo no elaborado”, llamando la atención la “intensa ansiedad” con la que vivía la situación, mientras que el padre también sufría un cuadro depresivo pero no ha recibido tratamiento a pesar de que hubiera sido “necesario”.

En este sentido, y cuestionados por el hecho de que el cuerpo de Marta no haya aparecido, han asegurado que “poder ir al cementerio influye mucho en la elaboración del duelo”, ya que la falta del cuerpo “dilata en el tiempo ese duelo”, todo ello al tiempo que han subrayado que las distintas versiones ofrecidas por el autor confeso del crimen “han producido un importante acrecentamiento del dolor, también psíquico, en el sentido de que genera esperanzas de poder encontrar el cuerpo para poder darle enterramiento”.

“FRUSTRACIÓN TRAS FRUSTRACIÓN”

“Esas esperanzas se han ido frustrando, ha sido una frustración tras otra”, han indicado, añadiendo que estas versiones han provocado “un intenso malestar y un estado de inquietud, de ansiedad y angustia”, en definitiva, “un gran sentimiento de frustración” y “un aumento de la irritabilidad” respecto a las personas implicadas en los hechos. Han opinado que el hallazgo de los restos de la víctima “permitiría mejorar la situación” de los padres, aunque han dicho que “no se puede saber si las secuelas psíquicas desaparecerán completamente”.

En concreto, el psicólogo clínico y responsable del equipo de salud mental del Hospital Virgen Macarena, Felipe Vallejo, ha precisado que su equipo trató a los padres de la víctima nada más producirse la desaparición, y ha descrito que inicialmente tuvieron que realizar las sesiones en el propio dormitorio de los padres, porque estaban “en una situación de shock” y la madre de Marta, Eva Casanueva, “no podía ni levantarse de la cama”.

Los padres de Marta “se agarraron a la esperanza de que apareciera el cuerpo, pero seguía sin aparecer y la esperanza se iba diluyendo; como no hay respuesta, la respuesta me la tengo que dar yo, y ahí entra en juego la fantasía, que es muy dañina”. Las preguntas sobre “dónde está y que pasó marcan todo el proceso”, ha añadido, diciendo que a todo ello se han unido factores “estresantes” como el gran seguimiento mediático del caso o el hecho de que el proceso judicial no se haya cerrado aún, todo lo cual “remueve unos hechos que son traumáticos”.

DAÑO “IRREPARABLE”

Como conclusión, este psicólogo clínico ha asegurado que el daño causado a los padres de Marta ha sido “irreparable”.

En la décimosexta sesión del juicio han declarado también dos peritos del Cuerpo Nacional de Policía, expertos en telecomunicaciones, que han analizado el funcionamiento de las antenas repetidoras de telefonía móvil, y han explicado que si el móvil está apagado o fuera de cobertura --hay que recordar que los cuatro acusados estuvieron sin posicionar durante varias horas la madrugada del crimen-- es imposible posicionarlo.

Asimismo, y preguntados por la llamada recibida por el teléfono móvil de Miguel Carcaño a las 1,37 horas del día 25 de enero de 2009, que lo posiciona en la localidad de Camas --donde el acusado ha defendido que se encontraba a esa hora, concretamente en la vivienda de su entonces novia--, han explicado que la antena repetidora de esa zona “tiene una amplia cobertura, de más de dos kilómetros”.

LAS MANCHAS HALLADAS EN LEÓN XIII PODRÍAN SER SANGRE

También han declarado este martes, como testigos-peritos, los agentes del Cuerpo Nacional de Policía que intervinieron en la vivienda de León XIII la silla de ruedas que supuestamente se empleó para trasladar el cuerpo, donde se encontraron manchas que dieron positivo a los reactivos químicos aplicados, por lo que los peritos han opinado que las manchas “podrían ser restos de sangre, aunque no lo podemos afirmar rotundamente”.

De su lado, los agentes que participaron en las distintas inspecciones oculares realizadas en León XIII han detallado que cogieron distintas muestras con restos biológicos en la habitación que ocupaba Carcaño en León XIII, concretamente de la colcha, de debajo de una silla y de debajo de la mesa del ordenador.

Estas manchas también reaccionaron a los dos reactivos aplicados --luminol y bencidina--, los cuales “se usan precisamente para recoger sangre”, por lo que “es probable que fuera sangre”, tras lo que han dicho que ésta podría haber sido eliminada a través de un proceso profundo de limpieza.