Marcos J.R.C., de 37 años, presunto secuestrador de la menor Sandra D.P, estuvo presente este viernes en el registro que duró tres horas, de un local de su propiedad situado entre las calles Castrillo y Ángel Guimerá, de Las Palmas de Gran Canaria. Se trata de una nueva intervención de la Policía Nacional, en concreto de la Policía Científica, que busca pruebas antes de que el juez del Juzgado de instrucción número 2 de Telde, interrogue al sospechoso a las 16:30 horas y decida si debe ingresar en prisión o no. Suman ya más de 150 horas de contrarreloj por parte del cuerpo de seguridad para atar cabos sueltos.
El detenido cumple esta tarde las 72 horas legales que cómo máximo puede estar retenido, sin que se le impute ningún delito. La Policía Nacional durante estas horas ha centrado sus investigaciones en las propiedades de Marcos R., como la furgoneta blanca Citroën Berlingo, un nave industrial situada en el Puerto de La Luz y de las Palmas, un local y el crematorio de animales domésticos del Polígono Industrial de Salinetas, en el municipio de Telde, donde este jueves se recogieron pruebas durante diez horas, ya que el lugar, abandonado desde hace cuatro años, mide 400 metros cuadrados divididos en dos plantas y se encontraba “especialmente sucio”, según fuentes de la Policía Nacional.
Pese a que el juez debe tomar una decisión esta tarde, el resultado de las pruebas “no verá la luz hasta dentro de mucho tiempo”, explicó la Policía, que se muestra necesariamente cautelosa con la información que canaliza. Esta prudencia no aplaca la alarma social generada por la detención del supuesto agresor, conductor de la furgoneta blanca, que este jueves salió con cara descubierta frente a los medios de comunicación, a pesar de que todavía sólo es un sospechoso.
Ante el prudente silencio policial la calle grita y opina sobre Marcos J.R., pidiendo incluso su muerte. Mientras la Policía Nacional sigue investigando sin confirmar ni desmentir las pistas aparecidas en diversos medios de comunicación, como la supuesta sangre encontrada en una furgoneta azul, que de ser verdad, bien puede tratarse de sangre animal atendiendo a la profesión de Marcos R.. También el cuerpo de seguridad ha esquivado confirmar si se sigue una línea de investigación que relacione al presunto secuestrador con la desaparición de Yéremi Vargas en 2007 y Sara Morales en 2006, dos casos con “pocas similitudes”, según declararon las mismas fuentes.
Los ciudadanos se mantienen expectantes con este caso, adornado por los detalles “escabrosos”, valorados así por los vecinos, que recuerdan la denuncia que pusieron en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria, por el mal olor que salía del local de Marcos R., situado en la calle de Ángel Guimerá y por lo que se le abrió un expediente, ya que el servicio de Salud Pública encontró animales muertos. Otro aspecto que no pasa desapercibido es la propiedad del propio crematorio, un lugar descrito por los que tuvieron ocasión de acercarse como “tétrico”, utilizado para incinerar animales muertos y que según afirma fuentes cercanas a la investigación, fue utilizado por última vez hace dos meses, cuando realmente las labores profesionales como crematorio finalizaron hace cuatro años.
Marcos J.R.C. ya contaba con antecedentes policiales, no penales, por abusos sexuales, antes de ser detenido por el presunto secuestro de Sandra D.P., la niña de nueve años, que el pasado cuatro de enero logró zafarse de su agresor, al que ha reconocido en tres ocasiones, a través de fotografías, en la Supercomisaría de la capital grancanaria y por lo que pudo ser detenido la noche de este martes, sobre las 22:00 horas.