Los efectos del cambio climático en las Islas: 17 centímetros de aumento del nivel del mar y más calima
El panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático presentó en octubre de 2018 su último informe sobre los efectos del calentamiento global, en caso de que la temperatura del Planeta aumente sólo 1,5 grados centígrados de media. Ese sería uno de los escenarios menos alarmantes, pero llegar a él tampoco será sencillo, ya que se necesitarían transiciones rápidas y de gran alcance en la tierra, la energía, la industria, los edificios, el transporte y las ciudades. En 2030, tan sólo dentro de once años, deberían haber disminuido hasta un 45% las emisiones.
Con ese escenario, la subida del nivel del mar en 2100 sería de diez centímetros menos que si se elevara la temperatura más de dos grados. En Canarias, según los investigadores del Instituto de Oceanografía y Cambio Global (IOCAG) de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, entre 1927 y 2017 el nivel del mar se ha incrementado en 17 centímetros mientras que desde 1983 hasta 2017 la temperatura media del océano en las islas ha subido un grado centígrado.
Los diez años más cálidos de la historia, desde que hay registros, pertenecen al Siglo XXI. Los efectos más claros en Canarias serán precipitaciones extremas, inundaciones, ciclones tropicales, sequías y olas de calor, además el aumento de la frecuencia de calimas y polvo atmosférico. Esos factores impactarán en el sector primario, tanto en la pesca como en la agricultura o la ganadería, en la conservación de la biodiversidad, en el incremento de especies invasoras, en el sector turístico, en la salud pública o en una mayor erosión.
Frente a esta situación, el porcentaje de energías renovables en Canarias ronda el 20% y no se han desarrollado otras energías, además de la eólica, como la geotermia o la undimotriz. El reciclaje, que es otro de los elementos esenciales, en España es de un tercio de la basura, mientras que en Canarias el porcentaje es de aproximadamente la mitad.
Refugiados
Uno de los posibles efectos será la llegada de refugiados climáticos que huyan de las escasas cosechas y de la hambruna. Un informe del Banco Mundial calcula que antes de la mitad de siglo emigrarán por esta causa más de 140 millones de personas desde África, Asia y América Latina. De estos, 86 millones serán del África subsahariana y muchos de ellos podrían optar por hacerlo a través de Canarias.