Fallecen dos pacientes vinculados con el brote de COVID-19 en una planta del Hospital Insular de Gran Canaria
La Consejería de Sanidad del Gobierno de Canarias ha confirmado este miércoles la muerte de dos pacientes vinculados al brote de COVID-19 detectado en la planta 4 norte del Hospital Insular de Gran Canaria, que alberga los servicios de Nefrología y Cuidados Paliativos. Tras el cribado realizado a usuarios y personal sanitario de esta área hospitalaria se han detectado un total de 24 positivos por coronavirus, 13 de ellos de pacientes del centro y 11 de trabajadores.
Fuentes sanitarias del complejo han explicado a este periódico que el primer caso se detectó el pasado jueves, con el positivo de un paciente de Nefrología, con grave patología de base, que presentaba síntomas de la enfermedad y que fue trasladado a la planta 8 del Materno Infantil, una de las habilitadas como zona COVID, donde falleció un día después. Desde la Consejería de Sanidad señalan que en ese momento se creía que se trataba de un caso aislado y no de un brote. La segunda muerte se ha registrado en las últimas 24 horas. Se trata de una persona que estaba en la unidad de Cuidados Paliativos y que falleció después de la detección del brote, es decir, después de que las autoridades sanitarias confirmaran que se trataba de una agrupación de al menos tres casos con infección activa y vínculo epidemiológico.
Según las fuentes oficiales, el estudio de contactos comenzó el sábado, después de que un paciente ingresado en esa planta presentara síntomas de la enfermedad. El fin de semana se detectaron diez positivos, siete en pacientes y tres en trabajadores, y el domingo la dirección del centro decidió aislar la planta y cribar a todos los usuarios y trabajadores. Sanidad sostiene que el protocolo se activó en 24 horas y sitúa la procedencia del contagio en el exterior del complejo, ya que los pacientes afectados habían sido hospitalizados con una PCR negativa.
Entre los trabajadores sanitarios de esa área del hospital ha trascendido un malestar por la tardanza con la que, a su juicio, actuaron tanto el servicio de Prevención de Riesgos Laborales como la dirección del hospital a la hora de adoptar la medida de aislar la planta y realizar el cribado. Sostienen que entre el viernes por la noche y el sábado por la mañana ya se conocía la existencia de otros dos positivos en la unidad de Cuidados Paliativos, pero que, a pesar de ello, los responsables del centro no lo consideraron aún como brote, por lo que las decisiones se postergaron hasta el domingo, cuando la cifra ya había ascendido a los siete pacientes y los tres sanitarios. Las fuentes consultadas señalan, además, que fueron los propios profesionales los que adoptaron la iniciativa de pedir las pruebas para detectar la COVID-19 y recuerdan que en esa planta permanecen ingresados pacientes “especialmente vulnerables”, por lo que se deben extremar las precauciones para evitar mayores riesgos.
Sanidad defiende, en cambio, que los casos se relacionan con el brote cuando se hace el estudio de contactos y su seguimiento. La gerencia del Hospital Insular ha prohibido este mismo miércoles las visitas de familiares a pacientes hospitalizados “con el fin de proteger al máximo su salud”.
0