El 1 de enero de este año, las dos ambulancias medicalizadas que la empresa pública Gestión de Servicios para la Salud y Seguridad de Canarias (GSC), dependiente de las consejerías de Sanidad y Economía y Hacienda del Gobierno regional y titular del Servicio Canario de Urgencias (SUC) y del Centro Coordinador de Emergencias y Seguridad (Cecoes) 1-1-2, tiene destinadas para cubrir el sur de Gran Canaria, situadas en Telde y Maspalomas, no contaron con médicos durante sus guardias. Esta situación no es nueva ya que el 31 de diciembre y el 24 de octubre pasados sucedió lo mismo en la base de Telde, y hasta en otras dos ocasiones más durante el año 2017 también faltaron médicos en las guardias. Esto provoca que, en caso de una emergencia en el sur de la isla, el 1-1-2 tenga que mandar una ambulancia desde uno de los hospitales de la capital o contratar a ambulancias privadas.
¿El motivo para quedarse sin médico?: la precariedad laboral en la que están sumidas las dos únicas bases de ambulancias que la sanidad canaria tienen externalizadas en Gran Canaria, donde tanto el personal médico como el enfermero son falsos autónomos, es decir, prestan el servicio y reciben las instrucciones directas del 1-1-2, pero sus remuneraciones se las paga la empresa que tiene contratada GSC para estos dos servicios, Hospitales San Roque, pero sin darles de alta como personal propio.
Para intentar entender los motivos por los que estas dos ambulancias son las dos únicas de Gran Canaria en las que los trabajadores no están contratados por el Servicio Canario de Salud hay que retrotraerse a julio de 1998, momento en el que se licitaron los servicios médicos y de enfermería de las ambulancias medicalizadas (ASVA) del SUC, siendo Manuel Guerra Castellano la empresa adjudicataria de las dos unidades ubicadas en la zona sur de Gran Canaria. En el año 2011 se rescinde el contrato con esa empresa por incumplimientos y se le adjudica, por procedimiento de emergencia, a la empresa que tenía el servicio de transporte sanitario terrestre en esa zona, que era Aeromédica Canarias, que a los pocos días renunció al servicio de médicos y enfermeros, aunque mantuvo el de transporte, por lo que se procedió a contratar el servicio de las ambulancias medicalizadas al grupo Hospitales San Roque.
Según explica personal enfermero que trabaja en las dos bases de la zona sur de Gran Canaria, “nadie es responsable de nosotros, somos autónomos, pero recibimos órdenes de todo el mundo”. Además, cobran la mitad que las personas encargadas de las dos ambulancias medicalizadas situadas en el norte de la isla, una en el Hospital Insular y la otra en el Hospital Doctor Negrín. “Los enfermeros que cobran de Hospitales San Roque reciben 235 euros por guardia con las retenciones y los médicos, 330 euros, mientras que los otros ganan el doble por una guardia porque cobran los extras, los trienios, la nocturnidad, los festivos...los sábados, domingos y festivos en los hospitales las guardias se pagan a 30 euros las horas, nosotros cobramos 11,50 euros sea el día que sea, aunque el año pasado fue la primera vez que se pagó 20 euros por el 24, 25, 31 de diciembre y el 1 de enero, pero el resto de festivos no”, señala una de las personas que se dedica al servicio de enfermería.
Además, indican que están obligados a comprarse los uniformes y también a pagarse de su propio bolsillo los cursos de formación que recibe gratuitamente el personal sanitario de las otras dos bases de la isla, o a pagarse la comida durante las guardias. En total en Telde y Maspalomas hay unos nueve médicos y unos quince enfermeros que se van rotando entre las dos localidades.
Descontrol del personal por parte del SUC
Son estos enfermeros y médicos autónomos los encargados de diseñar cada mes, por simple cuestión de operatividad, los cuadrantes de las guardias, pero han llegado a un punto en el que ya son los encargados incluso de controlar las sustituciones debido a el desentendimiento de Hospitales San Roque. “San Roque es quien da el visto bueno del cuadrante, si le das una guardia descubierta, como la del 1 de enero, ellos son los responsables de dar el servicio, otra cosa es que nosotros organicemos el planning. Desde noviembre sabían que no iba a haber médico para el día 1, tenían que buscar el sustituto ellos porque yo no puedo tener un retén de amigos enfermeros y médicos, se supone que no todo el mundo puede trabajar allí y ni siquiera es mi empresa”, aclara una de las personas que trabajan en estas condiciones.
Según el SUC, cada día realizan un control diario de la operatividad de cada recurso y trimestralmente hacen comisiones de seguimiento donde se ponderan unas variables de calidad, sujetas a un precio estipulado en contrato y en caso de incumplimiento se procede a la sanción estipulada, según las bases de concurrencia. Así, recalcan que los trabajadores de recursos de soporte vital avanzado, por contrato, tienen que tener un perfil de médico de urgencias hospitalarias o cuidados intensivos y que su trabajo precisa estar formado en una serie de códigos, como el Código Ictus, Código Trauma, Código Infarto. Sin embargo, como reconoce una de las personas contactadas, “el SUC todas las mañanas llama para saber quién está de médico y enfermero, quiénes son las personas encargadas del servicio por su nombre de pila, pero no controlan realmente si esa persona tiene la formación que se debería tener para hacer este trabajo, nadie se encarga de corroborar que eso es así, realmente nadie exige la formación porque no hay control de la experiencia. Aquí ya hemos llegado un punto tal que lo que interesa es que el servicio esté cubierto, se han cubierto con cualquiera las guardias”.
Desde el Gobierno enumeran hasta cuatro incidencias durante 2017 por falta de médico y en estos casos sostienen que han asumido la contratación de este profesional “a la mayor brevedad posible para asegurar el mantenimiento del servicio”. Una situación por la que declaran que han penalizado a Hospitales San Roque y que podría incluso “ser motivo de resolución del contrato”. Según el personal enfermero, alguna vez no se llegó a tener en ningún momento médico y en otras ocasiones por la mañana, al ver que finalmente el médico no había aparecido, se ha contratado al médico de la empresa Ambulancias Vecindario. “Contratan al médico y a una ambulancia, a veces venía el médico a nuestra base a hacer las guardias con nosotros. Esperan a que llegue el día a pesar de que saben que no hay médico, dan la mañana de margen a ver si los trabajadores pueden hacer algo y encontrar el sustituto”.
Mientras, sobre los uniformes, la Administración apunta que el personal tiene que llevar “según contrato” la uniformidad corporativa del SUC y que es motivo de sanción económica en las comisiones de seguimiento no llevar dicha imagen corporativa, pero según el personal contratado en precario “nadie lo suministra y hay gente que no lo lleva”.
A todas estas condiciones laborales hay que sumar un ingrediente más: el mal estado de las bases. En Maspalomas se quejan de que las salas de las guardias están pocos ventiladas y la zona de duchas están en la UCI, pero lo más gordo está en la base de Telde, donde el personal tiene que hacer las esperas en la estación de guaguas abandonada de Narea. Allí, la habitación para descansar está en la antigua taquilla, hay chinches y pulgas, el falso techo está en algunas zonas caído, la nevera para guardar el medicamento está rota y es en la que también se guarda la comida, o todavía hay material abandonado de cuando la estación estaba en funcionamiento.
Con todos estos ingredientes, el personal entiende por qué en ocasiones no hay médicos para prestar el servicio. “Nadie se hace 24 horas de trabajo en una base abandonada por 300 euros a los que hay que restarle los impuestos, además, hay veces que las ambulancias también están en mal estado y no se tiene la medicación que se debería. No todo el mundo se siente preparado, también tienes que tener ganas de enfrentarte a cualquier cosa bajo mínimos”.
Teniendo en cuenta que fue hace 20 años cuando se realizó la última contratación de estos servicios, el Gobierno afirma que en estos momentos están trabajando en unos nuevos pliegos, aunque no responde si van a subrogar a estos trabajadores y tampoco dan fechas de cuándo estiman que el concurso salga a la luz.
La situación de los contratos autónomos del personal médico y enfermero de las ambulancias del Gobierno de Canarias no es nuevo. Ya en 2011 se desveló que el Ejecutivo autonómico y las empresas Iscan, Tasisa y Aeromédica dejaron de pagar 200.338,8 euros a la Seguridad Social al no abonar por este concepto por los 46 enfermeros de transporte sanitario de Tenerife a los que tienen contratados como autónomos cuando, de acuerdo con el Estatuto del Trabajador Autónomo, deberían ser personal laboral. A ello hay que añadir que en 2015 el Tribunal Supremo dio la razón a una enfermera que demandó a GSC por el mismo motivo y declaró que el vínculo que mantenía la trabajadora con la sociedad era laboral y no mercantil, como figuraba en el contrato suscrito entre ambas partes.
Requerida para dar su versión en esta información, la empresa Hospitales San Roque rechazó responder al cuestionario enviado alegando que “no tenemos relación laboral con los enfermeros y los médicos”.