Eran exactamente las 20:46:34 horas del 19 de marzo de 2014. Desde el barco Meteoro de la Armada, un miembro de la tripulación escuchó por última vez una frase entrecortada procedente del helicóptero del SAR que se estrelló esa noche con 5 personas a bordo a 37 millas náuticas de Gran Canaria cuando realizaba un entrenamiento nocturno. “Hemos abortado ma… la… posici…” Tres minutos antes, el helicóptero había pedido al avión de apoyo que tenía que iluminarle la zona que lanzara en ese momento exacto una bengala porque estaba en una posición “fantástica”. No llegó a ser lanzada porque el sistema se encasquilló. Tres minutos después, la frase entrecortada daba paso al silencio. El Súper Puma dejó de responder y pareció borrarse del mapa, tragado por la oscuridad.
La transcripción de las comunicaciones entre el buque, el helicóptero y el avión de apoyo deja constancia de que, en la media hora precedente, la tripulación del Súper Puma había pedido al menos seis veces que se encendieran luces en la cubierta y los laterales del barco y que se corrigiera la posición en el lanzamiento de bengalas para mejorar su percepción visual del complejo escenario nocturno, donde sin referencias es imposible saber dónde acaba el cielo y dónde empieza el mar. Tras el fallo de la bengala citada, el Súper Puma decidió abortar la maniobra, pero ni siquiera pudo comunicarlo con detalle al barco. Se interrumpió todo contacto. La transcripción revela además otro dato que hasta ahora no había trascendido: justo cuando el helicóptero trataba de alejarse supuestamente del Meteoro, en el buque se escuchó un golpe que incluso llevó a sus tripulantes a inspeccionar la cubierta. En medio del absoluto desconcierto, así lo comentaron más tarde desde al barco al avión de apoyo: “En la salida del helo, junto en la salida, oímos un golpe, como contra cubierta. Hemos investigado a bordo, no hemos visto ningún daño estructural, en principio”. En el barco no había rastro de daños. Pero el helicóptero se había estrellado contra el mar.
En el código de comunicaciones, el barco de la Armada era aquella noche Foxtrot Echo (FE). A su vez, el helicóptero era COTO 24B, un nombre muy similar al del avión (COTO 242) que debía asistirle con bengalas para orientarse porque el Súper Puma carecía de medios autónomos de iluminación.
La transcripción de las comunicaciones son muy explícitas sobre la importancia esencial que aquella noche tenía para la tripulación del helicóptero la iluminación con medios externos del área de maniobras, donde según los informes preliminares, la visibilidad era aquella noche “nula”. El entrenamiento nocturno consistía en el descenso y ascenso mediante la grúa del Súper Puma de un fardo hacia la cubierta del Meteoro, a modo de simulacro de rescate. Y desde el helicóptero se pidió en varias ocasiones tanto el refuerzo de la iluminación del barco, como algunos cambios de orientación en el lanzamiento de bengalas. Lo primero para identificar bien los perfiles del buque. Lo segundo, para tener referencia clara de dónde estaba el agua.
El ejercicio se realizó en dos tandas. Y ya desde la primera, el diálogo no dejaba lugar a dudas. Así consta:
(20:18:27)
HELICÓPTERO: “Para iniciado de maniobra vamos a esperar a la siguiente bengala”
(20:19:31)
HELICÓPTERO: (al barco) “¿Sería posible el encendido de focos laterales para tener más sensación de profundidad?”
BUQUE: Sí, voy a poner las del hangar para que tengáis… veáis la puerta.
(20:19:55)
BUQUE: Coto de torre pregunto si veis así por ejemplo ya bien el fondo del hangar.
(20:20:08)
HELICÓPTERO: Afirma se ve… Se ve algo mejor, muchas gracias.
(20:20:22)
HELICÓPTERO: Quizás las laterales estarían… Mira unas laterales para que se viera mejor la figura del barco en general.
(20:20:40)
BUQUE: Voy a… voy a probar con una… con las que tengo de obstáculos, que están en el contorno alto y exterior de la… de la… de la superestructura de la cubierta cero tres.
(20:21:06)
BUQUE: Pregunto si esas os sirven de algo.
(20:21:16)
HELICÓPTERO: Sí, sí, perfecto, la verdad que muy buena, muy buena para nuestra referencia.
La primera tanda del ejercicio concluye siete minutos después. En esa primera fase, la tripulación del Súper Puma hace varias indicaciones al avión sobre el lanzamiento de las bengalas de iluminación general que este ejecuta desde 3.300 pies de altura. Así, en varias ocasiones, el helicóptero pide que se lance “un poco más abierta” o “un poco más cerrada”. La última de ellas en esa primera tanda la describe como “perfecta”.
A las 20:28:14, el Súper Puma da por concluida la primera fase y comunica que se alejará del barco, para regresar después a una segunda tanda. Y especifica con toda claridad en qué momento volverá a necesitar bengalas: “Hasta que no volvamos a dar la vertical para el tráfico, no requerimos más bengalas”.
Nueve minutos después, el helicóptero ya está de regreso y empieza a pedir de nuevo correcciones en el lanzamiento de bengalas. Lo hace en tres ocasiones: primero, “un pelín más cerrada” y la siguiente “más abierta”. A las 20:43:21, el helicóptero le indica al avión que está en la situación idónea para lanzar otro elemento de iluminación. “En vuestra posición actual sería fantástica”.
Pero algo sucede en el avión de apoyo y, un minuto después, el helicóptero le responde “copiado, copiado”. ¿Qué le comunicó el avión al Súper Puma? Esta frase no consta en las transcripciones. Se deduce que éste fue el momento en que se produjo el fallo en el sistema de lanzamiento de bengalas que indujo al helicóptero a cancelar la maniobra, un fallo cuya existencia aparece corroborado en el informe preliminar de la Comisión Técnica de Investigacción de Accidentes de Aeronaves Militares (CITAAM). Un fallo que dejó al Súper Puma a oscuras, con las luces del barco como única referencia y sin poder identificar la superficie del océano.
Sin embargo, la comunicación literal del avión no consta en las transcripción. Y lo siguiente que ocurre ya es la antesala de la tragedia que se saldó con cuatro muertes y un único superviviente. A las 20:46:34, el buque pregunta al helicóptero qué está haciendo (“pregunto operación normal e intenciones”) y el Súper Puma trata de comunicarle que ha decidido cancelar la maniobra. Veintidós segundos después, el barco reitera la petición de información. Siguió intentándolo hasta en siete ocasiones seguidas durante tres interminables minutos. Pero al otro lado ya solo encuentra silencio.
Toda la información sobre este accidente está disponible en el blog de Teresa Cárdenes y en la página web ATCPress.