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Nueve meses para una consulta cardíaca con equipos de hace 20 años: razones de la revuelta de pediatras en Gran Canaria

Iván Suárez

Las Palmas de Gran Canaria —

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La “necesidad urgente de un cambio de rumbo” llevó a un nutrido grupo de pediatras de los servicios de hospitalización y consultas externas del Materno Infantil de Gran Canaria a difundir a finales de junio un comunicado en el que solicitaban la destitución de su actual jefatura, en el cargo desde hace una década. Este hospital es el de referencia para la población de 0 a 15 años de la provincia de Las Palmas y una de sus unidades, la de cardiología infantil, lo es de toda Canarias. Antes de emitir ese escrito, los especialistas habían remitido otro a la gerencia que contenía las deficiencias advertidas en cada una de las unidades y las reivindicaciones de sus profesionales. Los problemas vienen de lejos. 

“De manera progresiva en los últimos años, y con diferentes gerencias, lo que vemos es una mala gestión de pediatría. Son problemas que transmitimos a la jefatura, que creemos que afectan a la asistencia de los niños y niñas, que es el problema real, y que hasta ahora nunca llegaban arriba”, afirma uno de los firmantes de ese comunicado. 

Ya en octubre de 2021 dos médicos del Materno Infantil de Gran Canaria trasladaron al Parlamento regional las deficiencias. “Los menores que sufren el trance de enfermar y de ser hospitalizados lo hacen en un entorno decadente, deteriorado y muy poco acogedor”, dijeron entonces. La pediatra María Teresa Angulo explicó que hay habitaciones donde pasan la noche hasta ocho personas (cuatro menores y cuatro adultos) y donde, por tanto, “preservar la intimidad de un niño o de un adolescente con una cortina entre uno y otro es imposible”.

“Nada ha cambiado desde entonces”, afirma un facultativo. La Consejería de Sanidad confía la solución a la nueva torre pediátrica. El proyecto, una vieja aspiración de los profesionales, ya ha sido adjudicado, Prevé la construcción de un edificio de nueve plantas junto al principal del Materno. Sin embargo, el personal advierte: “la torre no es la solución a todo el problema. Si no se planifica, mudaremos los problemas a un edificio nuevo”. “Las listas de espera no van a bajar si no se invierte en recursos humanos y materiales”, señalan.

Uno de los servicios con más necesidades, a tenor de las reivindicaciones de los y las pediatras, es el de cardiología pediátrica, referencia para toda Canarias y el único con cirugía cardiaca para la población infantil en el Archipiélago. El personal médico de esta unidad reclama la contratación de otro facultativo a tiempo completo para poder hacer tardes y bajar la lista de espera para las primeras visitas, puesto que las demoras se cifran en nueve meses “de manera habitual”. “Si la interconsulta llega e enero, el menor no va a ser visto hasta septiembre u octubre”, explican los profesionales, que también reclaman poder ampliar la cartera de servicios hacia la rehabilitación de niños y niñas con patologías cardiacas.

Otras reivindicaciones se vinculan con la renovación de los obsoletos equipos. El ecocardiógrafo Philips IE33 que se utiliza para obtener imágenes en movimiento del corazón es de hace veinte años, está descatalogado y “se rompe con frecuencia”, lo que implica la suspensión de las agendas. Los profesionales lamentan que para este año no esté prevista inversión alguna en electromedicina y que se estén utilizando monitores Holter (las máquinas que registran el ritmo cardíaco de forma continua) con la licencia vencida desde 2006 mientras siguen sin tener disponible un equipo “comprado hace meses”.

El servicio de cardiología pediátrica del Materno de Gran Canaria también “tiene dificultades” para realizar los cateterismos preferentes programados. La razón es la falta de anestesistas, un problema que afecta también al resto de unidades. “En ocasiones las pruebas radiológicas se retrasan uno o dos años, porque los niños a veces necesitan anestesia para algún TAC o alguna resonancia, y eso alarga todo. El servicio de anestesistas es corto”, informan las mismas fuentes. La pasada semana, por ejemplo, se tuvieron que suspender todas estas pruebas en pacientes hospitalizados por “falta de asignación” de especialistas de esta rama.

El documento de reivindicaciones redactado por los pediatras que trabajan en las áreas de hospitalización y consultas externas del Materno de Gran Canaria incorpora demandas de otras unidades. En Neumología, por ejemplo, se reclama la suspensión de la orden de no programar una espirometría (estudio del volumen y ritmo del flujo del aire en los pulmones) en la primera visita, además de una estabilización o incremento de la plantilla y la adquisición de distintos equipos. En Gastroenterología, contar con un anestesista fijo una vez por semana para realizar endoscopias digestivas altas y bajas o el uso exclusivo del gastroscopio y del colonoscopio para pacientes pediátricos, ya que a veces es utilizado “en pacientes adultos con patología muy diversa y que, en ocasiones, son portadores de bacterias multirresistentes”.

También se quejan de que la unidad de Cuidados Paliativos, creada en 2019, está infradotada y solicitan un trabajador social, un psicólogo y una segunda enfermera fija. En Endocrinología, los profesionales piden material para el desempeño de nuevas consultas (pesa, tallímetro, tensiómetro...). En Alergología, un compromiso “firme y mantenido” de suspender el proyecto para fusionar los servicios de adultos y de menores. Ese proyecto fue uno de los detonantes de la revuelta de pediatras. Los profesionales sostienen que el Materno debe tener una unidad independiente para el tratamiento de la patología alérgica en niños y adolescentes, “de igual forma que el resto de las áreas de capacitación específica de la especialidad”

Los pediatras demandaron, además, tres pediatras “a tiempo completo y formados en el campo” de las enfermedades infecciosas y eliminar la burocracia en la dispensación de medicación extranjera para niños migrantes. Aluden, en concreto, a un antiparasitario, el Praziquantel, “dado el volumen de pacientes que lo precisan con indicación adecuada”.

En neurología pediátrica, otra de las unidades en que la primera consulta se puede demorar durante meses, reclaman un quinto facultativo para reducir la lista de espera y la sobrecarga asistencial. Además, se quejan de las demoras en la realización de resonancias magnéticas porque precisan sedación por parte de los anestesistas y en las pruebas genéticas (hasta dos años en ser valorados, según las fuentes consultadas), que “hacen duplicar las visitas”.

Tras el comunicado difundido a finales de junio, donde el personal médico exigía “devolver a la pediatría al lugar crucial que le corresponde” y restablecer “una comunicación fluida y respetuosa entre los responsables de gestión y los profesionales del servicio”, la gerencia y la dirección médica ha mantenido ya algunas reuniones con distintas unidades para escuchar sus demandas.