Este domingo a partir de las 10.00 tendrá lugar una nueva edición de Organic Meeting Point. Sus impulsoras, Yamnia Calle Rodríguez, creadora y directora y Cristina Arencibia Sarmiento explican que es muy importante llevar una alimentación sana y consumir productos de kilómetro cero.
Yamnia Calle Rodríguez profundiza en esta entrevista en qué le llevó a organizar un evento de estas características que se ha convertido en referente como mercado ecológico.
¿Qué es Organic Meeting Point y cómo nace?
En cierto modo, parte de un modelo Bio Market urbano con raíces británicas, es una especie de mercado en el que se dan a conocer una serie de productos relacionados con una forma de vida sana y lo más allegada posible a ese mundo natural del que nos hemos ido distanciando. Organic Meeting Point nació en Las Palmas de Gran Canaria hace nueve años, tras haber sido plenamente consciente de la necesidad de transmitir a la sociedad la importancia de llevar una alimentación sana y de consumir productos ecológicos, lo más alejados posible de pesticidas y abonos sintéticos que ofrece la gran industria de la alimentación.
Conmigo se lanza a esta aventura mi socia Cristina Arencibia Sarmiento, otra persona luchadora y con experiencia en la organización de eventos, que al igual que yo, vive en la conciencia de que debemos abrir nuestras puertas hacia nuestra madre común; la naturaleza.
OMP se hizo por primera vez en la TAO Garden y también hemos realizado con gran éxito los domingos en el Muelle Deportivo, con motivo de la Regata ARC. Luego, hemos ido descubriendo diferentes localizaciones, como este domingo que lo realizaremos en el British Club, esta vez con acento británico, junto con la Casa de las Semillas.También hemos trabajado con el Cabildo de Gran Canaria, con Gran Canaria ecológica y jute mes de marzo nos hemos estrenado en Tenerife y ya tenemos previsto ir a otras islas del Archipiélago.
¿Desde cuándo tienes conciencia de llevar una alimentación sana?
He vivido en una familia donde la alimentación ha preocupado siempre. Mis padres nos enseñaron a diferenciar los productos que “te alimentan”, los que de verdad nutren tus células de los productos procesados, que sólo te llenan el estómago. Así que la conciencia de cuidar, la tengo desde siempre.
Comencé a estudiar y a investigar todo lo relacionado con los cultivos en masa, y descubrí cómo se realizan las cantidades ingentes de productos altamente venenosos que se utilizan para la producción, cómo se pone veneno en muchas frutas. A lo largo de años de estudios y visto que la alimentación es una industria en manos de personas que sólo piensan en beneficios económicos y no tienen ningún tipo de reparo en destruir al medioambiente ni en enfermar a las personas, empecé a estudiar la alternativa ecológica y a tomar conciencia de que debía transmitir este mensaje a cuanta más personas fuera posible.
¿Qué nos ofrece Organic Meeting Point?
Aparte de productos alimenticios, ofrecemos talleres de divulgación ecológica y sostenible, clases de Yoga, productos de limpieza corporal y del hogar. Para los más pequeños, que disfrutarán del Día del Padre y le podrán hacer un pequeño regalito sostenible, disponemos de talleres de semillas en colaboración con la Casa de las Semillas. Así, colaboramos con Anatura, Casa de las Semillas, con el propósito de crear un market diferente que nos acerque algo más a la Naturaleza y en plena ciudad.
¿Qué nos puedes decir de los mitos y leyendas respecto a la alimentación?
La proliferación de científicos en todos los ámbitos de nuestras vidas, de especialistas en todo, que sobre todo en los últimos años, y gracias (o no) a las redes sociales tenemos más acceso a todos ellos, pone sobre el escenario que hay tal variedad de opiniones, sobre todos los temas que lo que para uno es bueno, para el otro es malo, que los productos que para uno son la panacea, los otros te los hacen borrar de tu vida. Esto ocurre desde la salud hasta las cosas más insólitas pasando naturalmente por la alimentación como las batallas sobre aceite de oliva si o no, el azúcar, las dietas...
¿Es caro lo Bio?
Ahí también habría mucho que discutir, yo siempre pregunto a continuación si comer Bio es caro, pero ¿y perder tu salud? ¿Qué precio le pones a la salud? Eso para empezar. Y en segundo lugar, si vas a cualquier frutería de barrio podrás observar cómo cada vez hay menos diferencia de precio entre frutas y verduras sean ecológicas o no. Y cuando la hay, de verdad que no es tan enorme, como para dejarla atrás.
Es cierto que, sobre todo en España, siguen siendo notablemente más caros los productos ecológicos, aunque cada vez la diferencia de precios es menor, pero si miramos a otros países europeos, veremos que esta diferencia es casi insignificante y que los productos de agricultura ecológica o de formas alternativas de alimentación, se han reducido hasta el punto de que en muchos países son casi imperceptibles.
Has nombrado las fruterías de barrio, ¿qué importancia crees que tienen pueden tener en el marco de una alimentación sana?
Sería importante volver al pequeño comercio, porque de esta manera, no sólo se reparte la actividad comercial entre más personas, sino que además se potenciaría el desarrollo de la agricultura local.
¿Y qué es kilómetro cero, del que tanto se habla?
Significa nutrirse de productos que hayan crecido en el lugar en el que resides, productos que no necesitan pasarse semanas en cámaras frigoríficas para llegar a su destino en buen estado, porque estos productos reciben además “dosis extras” de conservantes para mantenerse.
¿Qué dirías a personas que aún no se “han atrevido” con lo orgánico? ¿Cómo pueden empezar?
Lo primero es que analicen bien lo que llevan en la cesta de la compra ya que los supermercados nos ofrecen ingentes cantidades de atractivos productos, la mayoría de ellos destinados a complacer el gusto, productos cargados de azúcares, de colores llamativos, de tantas cosas que realmente son absolutamente innecesarias para nuestros organismos y no aportan nada nutricionalmente hablando. Yo propongo analizar muy bien al final de cada compra qué llevamos en el carro, y pensar, ¿esto lo necesito para estar bien nutrida? Y veremos que si el resultado es no, empiezas a eliminar estos productos. Luego sumas el resultado y te asombrarás de cuánto dinero ahorras.
Si limitamos nuestra cesta de la compra, como sucedía en épocas de nuestras madres y abuelas, a lo esencial para nutrirnos, podemos acudir a los productos orgánicos, si no queremos tanto, al menos a productos sanos, sin procesar. Esto no quiere decir que haya que erradicar por ejemplo todo lo dulce, o de vez en cuando un refresco (producto, por cierto, altamente inútil, porque es agua con ingentes cantidades de azúcar y colorantes artificiales, que sólo dañan tu organismo.).
Considero muy importante poner en la balanza dónde invertimos nuestros medios económicos, porque nuestro hígado, nuestros riñones o cualquier órgano interno no va a protestar si llevamos toda la temporada sólo dos pantalones, pero sí va a reaccionar mal y a enfermarse si les damos alimentos contaminados de pesticidas o productos procesados de los que no pueden extraer nutrientes, y su protesta ya sabemos hasta donde nos puede llevar.