La pandemia de la COVID-19 ha disparado la exclusión social en Canarias, que en 2018 afectaba al 29% de la población del archipiélago, según el último informe Foessa, y en la que ahora se ha visto sumida por esta crisis sanitaria buena parte del 30,8% que entonces estaba integrada “en precario”.
Así lo han manifestado el obispo de la Diócesis de Canarias, Francisco Cases, y la secretaria de Cáritas Diocesana de Canarias (en la provincia de Las Palmas), Caya Suárez, en una rueda de prensa por videoconferencia donde han incidido en que el coronavirus ha agravado las condiciones de pobreza y exclusión social entre los más vulnerables.
Por ello, piden a las administraciones un cambio de política social, ya que el Obispo apuntó que si bien hay quien cree que “esto lo arregla el Ingreso Mínimo Vital”, en su opinión no se puede tener “mucha esperanza” ya que posiblemente a las personas con las que trabaja Cáritas “no” llegue ese Ingreso Mínimo Vital.
En este sentido, la secretaria de Cáritas Diocesana en Canarias, Caya Suárez, ha subrayado que actualmente la realidad en el archipiélago “es superior” a lo que se cuenta, por ello consideró que si las políticas públicas no cambian, las ayudas “no” llegarán a los colectivos con los que suelen trabajar, ya que para poder acceder a medidas como el ingreso mínimo vital, expuso, es necesario, entre otros, tener una cuenta bancaria, no tener ingresos mínimos, estar en desempleo, “un sinfín de condiciones” que, por ejemplo, entiende que hará que no alcance a grupos como personas en situación irregular.
Por ello, opina que el cambio de la estrategia pública debe estar en procesos socioeducativo para “llegar a los últimos, a los que están fuera de la sociedad” y con una intervención a largo plazo.
Datos de la exclusión social en Canarias
El VIII Informe FOESSA sobre exclusión y desarrollo social en Canarias, presentado en septiembre de 2019, ya dejaba datos como que 619.000 personas se encontraban en situación de exclusión social en el archipiélago, es decir, un 29%, mientras que un 30,8% estaba integrada de forma precaria y ante una crisis podía resentirse.
De este modo, indicó Suárez, a finales de 2019 existía una pobreza estructural a pesar de la mejora del contexto socioeconómico, así como otra parte que “es vulnerable a situaciones del contexto y es la primera que ha caído ante una crisis” como la del coronavirus donde la economía se ha visto afectada por el cierre temporal o definitivo de muchas empresas.
Así, dijo que esta crisis “ha agravado” la situación de “muchas personas y familias” que estaban sin hogar, así como a mujeres relacionadas con la prostitución y víctimas de tratas, además de extranjeros y familias monoparentales.
El perfil de hogar al que se ayuda está encabezado por una mujer, de entre los 40 y 59 años, española, con hijos a cargo, estudios primarios y sin empleo, si bien durante 2019 también se produjo un aumento significativo de hogares encabezados por personas migrantes, así como un repunte de personas llegadas por embarcación a las costas canarias y a las que se suma personas del continente americano principalmente de Colombia, Venezuela y Cuba.
Agregó que si en 2019 Cáritas asistió a 7.975 hogares y más de 24.000 personas en la provincia de Las Palmas, con la COVID-19 solo en el primer mes del estado de alarma se incrementó la atención a 1.390 hogares nuevos con diferentes realidades y esta cifra aumenta hasta los 3.050 hogares durante el estado de alarma.
Así, Cáritas atendió a 7.163 hogares en el primer semestre de este año en la provincia de Las Palmas, lo que supuso 2.300 más que en el mismo periodo de 2019.
Otro dato que apuntó Suárez es que durante el estado de alarma se asistió a 512 personas que se encuentran sin hogar en la provincia de Las Palmas, al tiempo que manifestó que solo en Las Palmas de Gran Canaria se ha pasado de dar 90 comidas a 308 durante la crisis de la COVID-19.
En cuanto a la provincia de Santa Cruz de Tenerife, Cáritas Diocesana atendió a 5.175 familias y 15.593 personas (entre ellas 3.967 menores de edad) en el año 2019 a través de los 17 arciprestazgos que conforman la Diócesis Nivariense, así como de los diferentes programas y proyectos que desarrolla.
La labor que realiza Cáritas, han resaltado tanto el obispo de la Diócesis de Canarias, Francisco Cases, como la secretaria de la organización es gracias a las donaciones de particulares y empresas privadas, lo que ha permitido que en este tiempo de crisis se haya podido destinar unos 300.000 euros para atender a quienes lo necesitaban, cantidad que Cases dijo que se necesitaría para afrontar el segundo semestre.
El obispo se mostró confiado de que conseguirán tener esas ayudas que “sale de gente humilde”. Actualmente Cáritas no tiene financiación, “lo que tiene es de proyectos anteriores”.
La labor de Cáritas la desarrollan en la provincia de Las Palmas 1.154 voluntarios y 113 contratados, al tiempo que señalan que en este tiempo de crisis han recibido 2.146 donaciones económicas y en especies recibidas.