El soldado detenido como presunto autor del robo de diez pistolas del Arsenal Militar de de la Base Naval de Las Palmas de Gran Canaria, E.A.M., de 28 años, tenía antecedentes penales por un delito similar del que no tenía constancia la Armada y que cometió siendo ya militar.
El otro detenido en esta operación, denominada Pañoles, el civil G.A.S.D, de 30 años, también tenía antecedentes por tráfico de drogas y contra la propiedad y era amigo del soldado, según ha informado este viernes el coronel jefe de Comandancia de Las Palmas, Ricardo Arranz, en una rueda de prensa ofrecida junto a la delegada del Gobierno en Canarias, María del Carmen Hernández Bento.
El destino de las diez armas sustraídas, que fueron halladas en una finca situada en el barrio del Salto del Negro de Las Palmas de Gran Canaria, era, al parecer, su venta en el mercado negro, ha indicado Arranz, quien ha señalado que podrían tener un valor de entre 500 y 1.000 euros cada una.
Los dos presuntos autores del robo se enfrentan a una pena de entre 2 y 8 años de prisión y, en el caso del militar, a la expulsión del Ejército, ha manifestado Arranz, quien ha informado de que la operación ha sido tutelada por el Juzgado Togado Militar Territorial número 52 de Las Palmas y dirigida y coordinada por la Policía Judicial de la Comandancia.
El soldado, que se encuentra en prisión preventiva, hizo una copia de la llave del pañol (almacén) donde se guardan las armas para conseguir las pistolas y las sacó de la Base Naval en su coche el pasado día 25 de junio y se las entregó a su cómplice, según la versión ofrecida por Arranz.
La noche del 24 al 25 de junio saltó la alarma del pañol, pero en un principio se pensó que se había tratado de una falsa alerta, si bien al efectuarse el control regular del depósito de armamento, el pasado día 1 de julio, se advirtió la desaparición de las pistolas, por lo que se inició la investigación a partir de la incidencia registrada en el almacén, ha explicado Arranz.
Todas las sospechas se dirigieron hacia este soldado, porque cuando saltó la alarma del pañol, la madrugada del día 25, se encontraba dentro del almacén, ha añadido el coronel jefe de la Comandancia.
Así mismo, ha detallado que las armas, de la marca Star, modelo 30M, en un principio fueron ocultadas en una casa, situada en el barro de Costa Ayala de la capital grancanaria, propiedad de uno de los detenidos, si bien tras conocerse la desaparición de las pistolas en los medios de comunicación, estos las trasladaron a una finca del municipio de Valleseco, ha apuntado el coronel.
Tanto la casa como la finca situada en la localidad de El Zumacal, fueron registradas sin éxito con el apoyo del Batallón de Zapadores XV del Ejército de Tierra, y miembros de Infantería de Marina de la Armada, que después colaboraron para su localización en el Salto del Negro, donde fueron halladas el pasado día 30, y a donde las trasladaron porque la anterior propiedad fue alquilada.
El soldado detenido llevaba seis años en la Armada y la Base Naval ha sido su único destino.
Hernández Bento ha subrayado que el robo de estas pistolas es un hecho “aislado que no se puede vincular a nada” y que la Armada es ajena al comportamiento del militar detenido por este suceso, que ha causado alarma social y que se ha podido esclarecer en un mes escaso.