Catorce años y más de un millón de euros después, este sábado a primera hora ha desaparecido del paisaje de Las Palmas de Gran Canaria el mástil de 50 metros que hizo instalar José Manuel Soria en 2006 cuando era presidente del Cabildo de la isla y del Partido Popular de Canarias. El desmontaje se adjudicó el pasado mes de diciembre por algo más de 12.000 euros e incluye también su troceamiento y su envío a la chatarra.
Desde el primer momento los técnicos del Cabildo apreciaron problemas de seguridad en la ocurrencia de José Manuel Soria, que quería instalar en la plaza de los Fueros de Gran Canaria, más conocida popularmente como de la Fuente Luminosa, una bandera de 300 metros cuadrados que emulara la que ondea en la plaza de Colón de Madrid. Solo que esta última no está sometida a las inclemencias del viento y de la maresía que hace de las suyas en la Avenida Marítima de Las Palmas de Gran Canaria y que ya provocó a poco de su instalación que la de esta ciudad cayera providencialmente de madrugada y no en una hora punta y se evitaran así graves consecuencias sobre la integridad de viandantes o conductores.
El mástil retirado fue instalado en 2006 y tuvo un coste de 360.000 euros, a los que se han sumado todos estos años más de 40.000 anuales de mantenimiento. A la inauguración acudieron un millar de personas que arroparon a Soria y a las demás autoridades que entonces gobernaban en las instituciones de la isla. Fue entonces y refiriéndose a la bandera que había puesto a ondear cuando el entonces presidente del Cabildo pronunció una de sus sentencias más pendencieras: “Y al que no le guste, se la va a tener que tragar”.
José Manuel Soria se vio obligado a dimitir como ministro de Industria y a abandonar la política activa en abril de 2016 tras descubrirse que mantenía activas empresas y negocios en paraísos fiscales. Ahora se sigue dedicando a los negocios alejado de la primera línea política.