“Algunos estamos más tranquilos desde que usted no es consejero de residuos”. Eso es lo que le dijo el pasado 29 de noviembre, el presidente del Cabildo de Lanzarote, Pedro San Ginés, a su compañero de partido, Sergio Machín, durante un pleno de la Corporación. San Ginés le había retirado unos meses antes las competencias en residuos argumentando que llegaba un proceso complejo de adjudicaciones en Zonzamas que comprometía al Cabildo por 15 o 20 años y que requerían una solución directa desde la presidencia.
Ese episodio, que no fue explicado convenientemente, adquiere ahora una nueva dimensión, tras la detención de Machín, supuestamente, por la adjudicación de contratos desde el Cabildo. Antes de ese pleno Machín había decidido comenzar a votar en contra de su partido y evitó, junto a su compañera Mónica Álvarez, que se llevara a votación la aprobación de la tasa por el carburante, ante la situación de minoría del grupo de gobierno.
Sólo cinco meses después, en abril, Machín volvía al redil nacionalista, después de que Canal Gestión contratara a su hijo, tal y como denunció Alternativa Ciudadana, que llegó a decir que el presidente “había comprado el voto de Machín” a cambio de un enchufe en la empresa de aguas. En todo caso, no es el único familiar que trabaja en Inalsa o sus subcontratas. A principios de septiembre, Machín volvía como liberado al Cabildo pero sin área, asumiendo la portavocía del grupo nacionalista.
Los vaivenes de Machín dentro de sus propias filas no sólo no son nuevos sino que son su marca de identidad como político. Este maestro de escuela, originario de Soo, con plaza hoy en el IES Arrecife pero que ha pasado por varios centros educativos, como profesor de educación física, ha pisado poco las aulas en los últimos treinta años. Desde 1983, excepto un paréntesis de 1987 a 1991 y otro más breve, de 1999 a 2000, ha permanecido sentado en los plenos del Ayuntamiento de Teguise y del Cabildo de Lanzarote.
Machín se estrenó como cargo público en las elecciones de 1983 como concejal en Teguise. Las elecciones las ganó el PSOE que iba a gobernar pero el famoso pacto de las tuneras, liderado por Dimas Martín (sin haber fundado el PIL), el resto de fuerzas y un edil socialistas lo impidió. En la investidura, a Dimas le tiraron monedas. Fue un duro golpe para los socialistas, que se quedaron en la oposición. Si algo ha demostrado Machín a lo largo de estos años es que no guarda rencor. Años después acabaría en las filas del PIL y compartiría banquillo con Dimas en el juicio de los baños de Los Dolores, del que fue absuelto.
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