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Takbar Haddi suma más de tres meses de lucha frente a la Delegación del Gobierno en Canarias sin obtener respuestas

La familia de Lamin Haidala, el joven activista que murió el pasado 8 de febrero tras recibir una paliza en Marruecos, continúa luchando porque se esclarezcan estos hechos y reclamando que se abra un proceso judicial contra los culpables. Su madre, Takbar Haddi, que llegó a protagonizar el pasado mes de junio una huelga de hambre de 36 días frente al consulado marroquí, se presenta desde el pasado 28 de julio cada día ante la sede de la Delegación del Gobierno en Canarias, en la capital grancanaria, donde recauda firmas para “exigir justicia”, asegura. 

Cinco personas solidarias con la causa se turnan cada jornada para que este pequeño puesto de recogida de firmas se mantenga en pie. Su objetivo es que este caso no caiga en el olvido. Además, pretenden obtener una respuesta del Gobierno de España, puesto que consideran que “como administrador del Sáhara Occidental, tiene el deber de interceder con Marruecos”, asegura Saleh, el marido de Takbar Haddi. 

La causa ha estado respaldada por la Asociación Pro Derechos Humanos de España, que en palabras del responsable de la campaña de denuncia contra los acuerdos de Madrid, Eugenio Sánchez, la solución es “sencilla” y reitera que el Gobierno tiene la obligación de buscar una solución a estos ciudadanos. 

Sánchez insiste en que su asociación ha demostrado la “ilegalidad de los acuerdos de Madrid” y señala que tras la dictadura franquista, el pueblo saharahui ha sufrido una “gran represión” por parte de Marruecos. Por ello, añade que el caso de la familia de Takbar Haddi es uno de otros tantos. “Después de 40 años de la dictadura no puede ser que no se le haya puesto solución”, aclara. 

La Asociación Pro Derechos Humanos de España envió una carta al presidente del gobierno, Mariano Rajoy,con el objetivo de que dé cuenta sobre este asunto. La misiva recogía además de las demandas de Takbar Haddi las de todo el pueblo saharaui y exponía la situación de “opresión” en la que viven y de la que hacen responsable también al Ejecutivo español. 

Takbar Haddi y su marido reclaman los restos de su hijo y que se le practique una autopsia que les aclare de qué murió exactamente y que les permita abrir un proceso judicial. Y es que, según relatan sus padres, Mohamed Lamin Haidala fue agredido en El Aaiún el pasado 31 de enero por cinco marroquíes que trabajaban en una tienda cercana a su casa. El joven de 21 años, que era un activista muy comprometido con la causa saharahui, recibió golpes y pedradas en el pecho y los brazos, además de una herida más grave que le hicieron en el cuello con unas tijeras y que su madre muestra a través de las fotos que siempre la acompañan. 

Además, la familia sostiene que la ambulancia tardó en llegar y que, una vez atendido en el hospital, no se le hizo ninguna prueba para comprobar el estado de los golpes tras coser la herida “sin anestesia”. Más tarde, fue detenido por la policía que le tuvo hasta 48 horas en el suelo y sin mantas. Finalmente, el 8 de febrero este joven murió. 

Sin embargo, la versión de Marruecos es otra y aseguran que el muchacho murió por las complicaciones de las heridas que sufrió en una reyerta.

El matrimonio sostiene que, a pesar de las dificultades, seguirán con su lucha, aunque Saleh añade que espera que su mujer no tenga que volver a la huelga de hambre. “Seguiremos presionando hasta que nos hagan caso”, afirma este hombre que no esconde su decepción con que las autoridades “miren para otro lado” ante casos como este. 

“El gran problema de los saharahuis es nuestra posición geográfica, pues estamos situados junto a Marruecos”, señala. 

No obstante, a pesar del cansancio de los meses, el matrimonio sigue positivo en que algún día se hará justicia y agradecen a las personas que han prestado su apoyo en todo este tiempo. Saleh aclara que el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y el Gobierno de Canarias han hecho “todo lo que les concierne” y que en lo que se les ha pedido han colaborado. Por ejemplo, les han prestado su ayuda en la renovación de los permisos para poder mantenerse fuera de la Delegación del Gobierno cada día recogiendo firmas, que aunque no las han contabilizado, explica que se trata de “miles” de muestras de apoyo. 

Por otro lado, reitera que hay partidos políticos que también se han volcado en la causa, aunque es del Gobierno de España de quien esperan respuestas y una involucración en este asunto. 

Para Eugenio Sánchez, cada vez que un partido está en la oposición se compromete a resolver la situación del pueblo saharahui, pero cree que cuando llega al poder no toman cartas en el asunto. No obstante, aclara que hay varias formaciones políticas que se han comprometido y agrega que se trata de un tema con el que cada vez hay más personas concienciadas. 

Mientras, Takbar Haddi, su esposo, así como todas las personas que les apoyan seguirán acudiendo a la sede de Delegación del Gobierno en la capital grancanaria hasta que se les escuche.