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Un vertido de nitrato como el que transporta el 'Cheshire' puso en alerta roja las playas de Costa Rica

Iago Otero Paz

Las Palmas de Gran Canaria —

El hundimiento en 2015 de una barcaza con 180 toneladas de fertilizantes de nitrato de amonio en Costa Rica hizo que el Gobierno del país centroamericano tuviera que declarar una alerta roja que obligaba a evacuar las playas e impedía el baño en las mismas y la pesca. Es el mismo compuesto químico que carga el buque británico MV Cheshire, que desde el pasado 14 de agosto navega a la deriva en el sur de Canarias con 40.000 toneladas de este compuesto químico combustionando en su interior.

En Costa Rica la alerta roja se mantuvo menos de 24 horas, ya que al día siguiente del incidente se rebajó a amarilla y la Comisión Nacional de Emergencias aseguró que el riesgo para la población al entrar en contacto con el agua era reducido. Eso sí, se mantuvo la veda a la pesca hasta que se dieran los resultados de los análisis realizados. Inhalar nitrato de amonio puede causar tos, dolor de cabeza y dolor de garganta, pero si se consume provoca dolor abdominal, labios y uñas azuladas, piel azulada, convulsiones, diarrea, vértigo, vómitos y debilidad y si entra en contacto con la piel causará irritación, al igual que si entra en contacto con los ojos, tal como recogía el periódico costarricense El Mundo.

En la jornada de este martes el MV Cheshire ha sido remolcado en dirección a El Hierro por el Red Sea Fos el VP Hispania y el Jacque 2, además del Miguel de Cervantes de Salvamento Marítimo. La portavoz de Bibby Line Limited, compañía dueña del buque, ha explicado que la idea que se tiene en estos momentos es apagar del todo la combustión que está sufriendo la carga y para ello se está intentando actuar en los puntos calientes. En un principio intentaron acceder los técnicos de la empresa a bordo del barco el pasado 16, pero las malas condiciones del mar lo impidieron. Este mismo martes, dadas las mejoras meteorológicas, estaba previsto que estos técnicos accedieran a la cubierta del MV Cheshire para ver qué recursos pueden aplicar con el fin de acabar la combustión.

La portavoz señalaba que la idea era acercar el buque hasta unas 30 millas náuticas de la costa de El Hierro, donde tienen un helicóptero con más material para ayudar en la extinción de la combustión. Sin embargo, la compañía admite que los planes están cambiando según la situación de la embarcación y del tiempo y de hecho, este mismo miércoles, Salvamento Marítimo anunció que el barco será remolcado a 40 millas náuticas al sur de Gran Canaria, lugar al que llegará durante la tarde noche de este jueves.

Respecto al fuego, la compañía ha explicado que las bodegas tres, cuatro y cinco ya se han apagado y la carga se ha descompuesto, mientras que las bodegas uno y dos están ahora activas. Esta situación ha impedido la subida de los técnicos al MV Cheshire debido al calor y al humo. Se calcula que tardará de seis a ocho días hasta que el incendio se apague por sí mismo, si no se puede desactivar antes, recoge Europa Press.

Por su parte, el Gobierno de Canarias apunta que por ahora ellos están expectantes viendo cómo evoluciona este incidente. Por el momento confían en que se pueda controlar la alerta y que no tengan que tomar parte del asunto ya que esto sería la peor noticia. Y es que el Ejecutivo autonómico solo sería parte de los efectivos de emergencia en caso de que un posible vertido alcanzara las costas de las Islas, para lo que activaría su Plan de Contingencias por Contaminación Marina de Canarias (Pecmar), empleado por última vez el pasado mes de junio en Gran Canaria.

Un vertido de nitrato, según expertos consultados, afectaría a la cadena trófica desde su primer nivel. En estos momentos el barco británico, que partió de Noruega con la carga y su destino era Tailandia, tiene unas altas concentraciones de este compuesto químico que, aparte de para la industria agrícola, se emplea para fabricar explosivos. Según estos expertos, en estos momentos ya ha existido contaminación por dos motivos: por un lado por la propia expulsión de los gases a la atmósfera y por otro por el agua empleada para refrescar la cubierta de la embarcación de 385 metros de eslora. Precisamente una de las tareas más delicadas en las labores de extinción de la combustión es el de refrescar la carga y la cubierta ya que el aporte de agua puede inundar y desestabilizar el buque. De todos modos, desde Bibby Line matizan que cuando el buque está siendo remolcado no es posible ni enfriar la carga desde los remolcadores ni abordarla, ya que el movimiento de lado a lado del barco es impredecible.