Arrecife arrastra varios problemas urbanísticos históricos. Uno de ellos es Las Vírgenes, donde hay más de 80 viviendas. El nuevo Plan General las cataloga como construidas en suelo rústico y hay temor vecinal a derribos.
“Estamos como si no existiéramos”, se lamenta Gabriela, vecina de la calle Virgen de la Peña, donde unos bidones oxidados llenos de piedras y unos hierros hacen de porterías en medio de un llano con rofe, lo más parecido a un equipamiento público que hay en la zona.
Gabriela vive en la barriada de Las Vírgenes desde hace 19 años. Tiene “papeles” de la casa, paga el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) y la recogida de basura. “Aquí legales somos cinco”, afirma. El “aquí” es Las Vírgenes, una barriada de más de 80 viviendas distribuidas en ocho calles, algunas asfaltadas y otras no, donde conviven vecinos que pagan sus tributos, y tienen la documentación de sus casas, con otros residentes sobre los que pesan multas y órdenes de derribo.
El nuevo Plan General de Ordenación (PGO) que está en trámite no ofrece una solución urbanística para Las Vírgenes, a 40 metros de Argana. La calificación prevista como suelo rústico de protección territorial vuelve a dejar a los vecinos en el limbo en el que llevan viviendo desde hace décadas. En sus alegaciones al Plan General, el Partido Socialista, que lleva más de tres años controlando la Concejalía de Urbanismo, reclama una “adecuada alternativa” para esta zona.
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