El Juzgado de los Social nº2 de Santa Cruz de Tenerife ha condenado al Ayuntamiento de Candelaria a abonar el salario de cinco meses al primer ilustrador del cómic Antón Guanche. El encuentro entre dos mundos, el artista Luis Eduardo Fierro, quien demandó a la administración local por el trabajo que realizó durante ese periodo sin contrato y sin cotizar a la Seguridad Social.
La sentencia del denominado caso Cómic es favorable a Fierro, quién en su demanda contra el Ayuntamiento de Candelaria y su exalcalde, Gumersindo García, reclamaba el derecho a percibir el salario de dicho periodo por sus servicios prestados.
La sentencia también constata que el Ayuntamiento no regularizó a Fierro por ocho meses, desde marzo a noviembre de 2010, en los cuales realizó trabajos por encargo del exalcalde, el cual no le contrató hasta meses después por Epelcan, empresa subsidiaria del consistorio.
Precisamente, el entonces gerente de la empresa declaró a favor de Fierro y corroboró el perjuicio que se le hizo, sobre todo cuando el exalcalde le instó a ceder todos los derechos de explotación de sus acuarelas de guanches, casi 200, que no le han devuelto nunca o le despediría, lo cual sucedió al negarse el ilustrador a firmar lo que consideraba “una clara coacción” e incumplimiento de lo pactado.
Según Fierro, se le prometió ilustrar cinco cómics más, cobrar los meses impagados de 2010 y la devolución de sus acuarelas. El artista indica que sí hubiera firmado la cesión de explotación para el único fin contratado, pero se le instó a firmar la cesión “exclusiva”, con la cual hubiera perdido todos los derechos sobre la obra.
El artista denuncia las “irregularidades” cometidas por el Ayuntamiento, “como constatan las grabaciones” que el demandante aportó al juicio. Recuerda, además, que fue él quien no estuvo de acuerdo con el resultado del trabajo que iba a imprenta, sin contar con su opinión, en el que registró hasta 132 fallos ajeno. Finalmente el cómic se repitió posteriormente, con un segundo ilustrador y el consiguiente doble gasto.
Señala también que recurrirá la sentencia pues considera una cantidad “irrisoria” lo que va a percibir, y no contempla “los perjuicios, desprestigio y daños colaterales que su denuncia le ocasionará en el futuro” pues no incluye indemnización ni intereses por casi cinco años transcurridos desde el inicio de los hechos.