Espacio de opinión de Tenerife Ahora
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El Partido Socialista en el Cabildo de Tenerife tiene problemas. Unos problemas que no se diluyen aunque sean la mano izquierda de los nacionalistas en el Cabildo insular, ni aunque apoyen las políticas de Carlos Alonso. Ni siquiera se van a diluir aunque en el PSOE decidan encomendarse a la virgen de Candelaria. Son tantos los frentes que tienen abiertos que, aunque mañana decidieran hacer honor al nombre del partido que representan, pasarían sudores fríos y saldrían mal parados.
No es un secreto que José Antonio Valbuena forma parte del problema. Antes de que conociéramos el caso Piscifactoría o caso Aguamansa, Valbuena era conocido porque estuvo compaginando al menos durante un año su trabajo como consejero de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Seguridad con su actividad privada como tasador. Lo sé, para ser consejero de Seguridad no da mucha confianza. Pero Valbuena acabó asumiendo el error porque lo pillaron con las manos en la masa, bueno, y porque Podemos pedía su cabeza.
Caso Piscifactoría
Caso PiscifactoríaTras esa incompatibilidad, conocimos el caso Piscifactoría, un caso en el que el consejero llegó tarde y mal, y en el que, también, lo pillaron. Valbuena se vio de la noche a la mañana envuelto en un escándalo que le podía costar el puesto, aunque ya sabemos que para que Carlos Alonso tome esa decisión tiene que bajar dios y cantarle por Whitney Houston.
Las posibles irregularidades cometidas en Aguamansa, donde se realizaron vertidos sin depurar ni control al canal del Norte de Tenerife con sustancias que podían ser nocivas para la salud humana, han dejado de ser acusaciones de un medio de comunicación para pasar a ser un caso donde hay personas investigadas. Hace unas semanas conocíamos que la Guardia Civil había confirmado las anomalías que el propio técnico del Cabildo denunciaba en el informe interno que daba origen al caso.
Mucho se ha criticado la falta de responsabilidad política de José Antonio Valbuena en ese asunto, ya que todas las personas investigadas son técnicos de la Corporación insular. Se trata de un asunto en que Valbuena ha fingido que es algo ajeno a su responsabilidad como consejero. Valbuena nos soltó un “Yo soy afiliado por Almería, muchas gracias”, en versión canaria y low cost. El consejero de Medio Ambiente ha conseguido pasar inadvertido, no porque el caso no tenga relevancia o porque no tenga responsabilidad política, sino porque los asuntos que lo rodean sirven de cortina de humo.
Por eso, cuando a Valbuena le preguntan por las técnicas de manipulación mediática de Carlos Alonso o por el hecho de que el presidente del Cabildo comparta cargo con la virgen de Candelaria, contesta con evasivas. Valbuena sabe que el PSOE le debe varios favores a Coalición Canaria en el Cabildo.
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