Cada año el Carnaval de Santa Cruz de Tenerife congrega a miles de personas de todo el mundo. Fiestas, diversión, amigos y sed. Mucha sed. Unos optan por los clásicos cubatas, otros prefieren refrescos, pero todo lleva a la misma cuestión: la necesidad fisiológica de orinar.
Bien es sabido por los habitantes de la isla que en las semanas posteriores al Carnaval aún se pueden observar plumas en la calle, lentejuelas y hasta un olor que cuesta que abandone la capital. A pesar de estar rodeados de urinarios, que nunca resultan suficientes, muchos optan por hacer sus necesidades en los portales, entre dos coches, en un callejón o en un arbusto.
Este año, el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife ha querido recordar que orinar en la calle estos será sancionado con multas de 750 euros.
Con el objetivo de que se reduzcan estos incidentes se han instalado 325 urinarios repartidos por varias zonas del centro de la ciudad que, según informan, contarán con las frecuencias de limpieza “necesarias” para evitar el uso de la calle. En ese sentido, el concejal de Fiestas y responsable del Carnaval 2023, Alfonso Cabello, ha explicado que los usuarios de restaurantes y bares también “tienen derecho” a utilizar el baño privado de estos establecimientos, siempre y cuando “consuman allí”.
El Ayuntamiento asegura que desplegarán también una patrulla ambiental que se “encargará de velar por el bienestar de las calles, y cuadrillas que operarán en las zonas de quioscos y barras, más propensas al botellón”, ha indicado Carlos Tarife, el concejal responsable de Servicios Públicos y Medio Ambiente.
“Además, otros 100 trabajadores y 40 vehículos con diferentes maquinarias trabajarán en cada una de las noches del carnaval en la calle”, afirma. Finalmente, el concejal ha avanzado que se realizarán campañas de sensibilización y se ofrecerán charlas y talleres en institutos de la capital “que fomenten el reciclaje” y “el cuidado de las calles”.
El alcalde de la ciudad, José Manuel Bermúdez, ha concluido indicando que todo este operativo “no puede sustituir” la colaboración ciudadana, y ha instado a los participantes a “no ensuciar más la ciudad en Carnaval que el resto del año, sino mucho menos”, ya que el buen resultado del presentado plan, a su juicio, depende “de todos”.