CRÍTICA DE CINE

Amor y sensualidad en estado puro

- Película: Llámame por mi nombre (Call me by your name), 2017

- Director: Luca Guadagnino

- Reparto: Timothée Chalamet, Armie Hammer, Michael Stuhlbarg, Amira Casar, Esther Garrel, Du Bois

Qué difícil es hablar de amor, con todo lo que eso representa: miedo, ternura, deseo, irracionalidad, sexo… Hay que saber dar con la tecla para no resultar cursi al hablar de ternura ni ordinario al hacerlo sobre el sexo. Como digo, no es nada fácil. Luca Guadagnino (Cegados por el sol) lo consigue a la perfección en su último trabajo, Call me by your name, en una historia a primera vista nada sencilla: el amor homosexual entre un adolescente francés y un ayudante universitario americano invitado por el padre del primero a pasar el verano con ellos en Italia.

La cinta es larga, más de dos horas; es lenta, con pocos personajes, poca acción, pero es maravillosa: la belleza de las imágenes en la casa de campo al norte de Italia, la tranquilidad que trasladan tanto la estancia como sus personajes, relajados, tranquilos… Serenos como el guión maravilloso de James Ivory, que hace imprescindible ver y disfrutar de esta cinta.

Ivory, con sus casi 90 años, no abandona su amor por el cine y, si ya fueron conocidas sus películas (Lo que queda del día, Regreso a Howards End o Una habitación con vistas) en su faceta de director, ahora se adentra, junto a Guadagnino, en la adaptación de la novela de André Aciman con una elegancia digna de un gran escritor.

Pero esta película tan intimista y personal no podría ser posible sin sus dos actores principales. Para mí, en ambos casos, un grato descubrimiento. Sobro todo Armie Hammer, del que hasta ahora solo había visto Uncle, Blancanieves Mirror, Mirror o Animales nocturnos. Su expresión era siempre la misma y su imagen partía desde la premisa de su gran presencia masculina, lejos de destacar como buen actor. Nada que ver con esta cinta.

Toda esa presencia física (mide más de 1,90 metros ) y su aspecto tan masculino no los pierde en la interpretación, y consigue que eso se convierta en dulzura, timidez y ternura. Lo mismo que el joven Timothée Chalamet, actor en boga por su participación en otra película muy homenajeada este año, Lady Bird, que también está, junto a Call me by your name, nominada a los Oscar.

Chalamet trasmite a la perfección esa fragilidad típica de la edad, mezclada con las ganas de descubrir sensaciones nuevas y con mucha mucha frustración. Además, la química entre ellos es brutal.