Jorge Marichal, presidente de la patronal hotelera y extrahotelera en la provincia tinerfeña (Ashotel), no pierde la costumbre de ser directo y espontáneo en sus respuestas. En esta entrevista para Tenerife Ahora ocurre tal cosa. En ella, el joven y experimentado responsable de Ashotel repasa con detalle la situación que afecta de forma directa e indirecta al motor de la economía en Canarias: el turismo.
Marichal habla de los conflictos laborales más recientes en hoteles de Tenerife, de la coyuntura económica del sector, de la evolución de sus datos macroeconómicos, del Brexit, de la apuesta por la calidad, de la capacidad de carga en la isla, de sostenibilidad, de empleo, del nuevo convenio laboral...
También de lo que ocurre con el naciente alquiler vacacional. Marichal, como siempre ocurre en las charlas que se tienen con él, contesta a todo, y aquí está el resultado del intercambio realizado el miércoles 27 de febrero pasado en la sede de Ashotel en Santa Cruz de Tenerife.
Según el estudio sobre la estructura hotelera de Tenerife que presentó la Cátedra de Turismo CajaCanarias-Ashotel-Universidad de La Laguna hace unas semanas, el 82% de las plazas hoteleras de la isla está en manos de las grandes cadenas hoteleras. Además, el 40% de ellas se concentran en Iberostar, Meliá y H10. ¿No cree que esos datos evidencian un reparto muy desigual del negocio hotelero?
Eso depende de cómo lo consideremos. Si tenemos en cuenta que los primeros que apostaron por las islas en una modalidad turística hotelera de gran calidad en complejos de cuatro y cinco estrellas fueron esas cadenas, nacionales en la mayoría de los casos, yo creo que bendito el momento en el que decidieron arriesgar su patrimonio e invertirlo en estas islas para poder ayudar a su desarrollo. Si no hubiese sido por ese ejemplo, el de esas grandes cadenas que ahora se han convertido en multinacionales, pues gente como yo no estaría en este negocio colaborando en el desarrollo de las islas.
¿Puede tener alguna repercusión en el desarrollo endógeno y futuro del turismo en la isla el hecho de que la mayor parte del negocio hotelero esté en manos de grandes cadenas?
No creo que tenga nada que ver con el desarrollo futuro de Canarias. Al contrario, si las camas hoteleras están en manos de empresas que son solventes, potentes y que tienen una experiencia notable a lo largo de su desarrollo y encima estamos hablando de que son empresas multinacionales, que son punta de lanza en la actividad turística mundial, pues creo que tenemos que estar contentos. A mí me gusta ver que tenemos un banco de camas profesionalizado de gran calidad y sobre todo en manos de empresas que, cuando hay que renovar, reformar y cambiar estándares para mejorar, tienen el músculo financiero suficiente para poder hacerlo. Creo que eso nos da una tasa de competitividad alta, puesto que hace que los demás también nos movamos. Luego, al final, tenemos un destino turístico que no es para presumir, pero sí para estar orgullosos. En cuarenta años hemos construido entre todos y con la ayuda inestimable de esas cadenas de fuera -aunque para mí también son canarias- un destino turístico de primer orden mundial.
La semana pasada vimos la protesta de las camareras de pisos en el Hotel Be Live Orotava Palace, en Puerto de la Cruz. Denuncian acoso laboral por parte del gerente y la gobernanta y el incumplimiento del convenio provincial de hostelería al estar subcontratado ese servicio, que debe ser prestado directamente por el hotel. ¿Desde Ashotel se han puesto en contacto con la dirección de ese establecimiento para saber qué es lo que está ocurriendo? ¿Pertenece esa empresa a Ashotel?
Ashotel siempre firma el convenio para cumplirlo. Esa instalación no está asociada a Ashotel. A nosotros nos gustaría que las cosas se recondujesen y que cumpliesen el convenio, que tiene un ámbito provincial y lo firmamos como patronal para que lo cumplan todos los que se dedican a esto, pero está claro que nuestra labor termina ahí y luego tiene que continuar la de las administraciones públicas y los responsables que deben seguir tanto con las inspecciones como con las negociaciones.
Nosotros entendemos que, si eso se está produciendo, no es bueno. Primero, porque no cumplen un convenio y va en contra de la estabilidad y de la paz laborales que hemos tenido en este sector durante muchos años. Y segundo, porque va a llevar el malentendido a la gente. Usted me está preguntando a mí por algo de lo que nosotros no somos responsables, pero le tengo que dar explicaciones. Creo que las explicaciones quien las tiene que dar es la dirección de esa empresa y sobre todo la Inspección de Trabajo y las demás administraciones públicas que tienen que ver con esto, para que hagan que ese convenio, firmado por la gran mayoría del sector, se cumpla.
En Arona, los trabajadores del hotel Annapurna han anunciado una huelga indefinida que llevan a cabo desde el 3 de marzo por impago de salarios, finiquitos y liquidaciones. ¿Sabría usted decir a qué se debe esa deuda de cerca de 500.000 euros que parece que mantiene el hotel con sus trabajadores y antiguos empleados? ¿Cómo se siguen dando estas situaciones?
Al hotel Annapurna le hemos pedido, a través de una carta certificada, que retiren el anagrama y la placa de Ashotel que hay en la fachada del establecimiento, porque no están asociados y, por lo tanto, tampoco nos sentimos responsables. Yo por lo menos no me siento en absoluto responsable de ninguna actividad que realice ese hotel, que, desgraciadamente, está en los medios de comunicación últimamente.
Me llamó la atención que Juan Pablo González, gerente de Ashotel, dijera esto hace poco: “El alquiler vacacional no supone una amenaza para los hoteles porque no ofrecen los mismos servicios que estos, como restauración, animación, limpieza…”. Sin embargo, hace unos días La Opinión de Tenerife publicaba esta otra noticia: “Ashotel pide ayuda al Ayuntamiento de Santa Cruz. El Consistorio prevé aprobar antes de mayo la ordenanza de alquiler vacacional”. Además, los datos de 2018 reflejan un descenso en los visitantes alojados en los hoteles de la capital tinerfeña… ¿Es o no es el alquiler vacacional una amenaza real para los hoteles?La Opinión de Tenerife
Ashotel es una amalgama de situaciones diferentes unidas bajo un mismo logotipo. Nosotros representamos a toda la actividad hotelera tradicional en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, entre la cual se encuentra no solo la actividad hotelera, sino también la extrahotelera. Hay realidades tan diferentes como la del sur de Tenerife, que es un destino vacacional de clima y eminentemente de turismo internacional, y la de la zona centro, que engloba a Santa Cruz y La Laguna, donde las llegadas que reciben son más bien de carácter laboral, gente que viene a pasar unos días por cuestiones de trabajo.
No pedimos ayuda; lo que pedimos a todos los ayuntamientos es que de una vez por todas entiendan que el alquiler vacacional es una actividad económica y que, como tal, tiene que estar regulada y parametrizada, tal y como lo está la actividad hotelera tradicional. Lo que no es justo es que para hacer un hotel en Santa Cruz tengas que ir al Cabildo y al Ayuntamiento a pedir un informe de compatibilidad, para que te digan si puedes o no hacer un hotel. Esos informes están tardando más de un año y, en la mayoría de los casos, son negativos.
Sin embargo, tú ahora compras un edificio y montas treinta viviendas vacacionales, pides una licencia de obra menor, reformas el complejo, no le pides permiso a nadie, presentas un papel en el Cabildo y te pones a operar como un complejo de vivienda vacacional. ¿Es eso competencia leal? Están cargándose, desde mi punto de vista, la mayor fuente de empleo estable que tiene esta sociedad, el turismo, a favor del libre albedrío y de que todo el mundo haga lo que le da la gana.
Hay que recordar que, según el Gobierno de Canarias, más del 50% de las plazas alojativas en vivienda vacacional en Santa Cruz son ilegales; es decir, no están dadas de alta en ningún sitio, no pagan impuestos, no se sabe si contratan a alguien o no. Nosotros lo que decimos es que esto se tiene que regular como actividad económica.
¿Cómo ve el caos legal imperante hoy en día en esa actividad en Canarias, con la actual regulación, la que está en vigor, hecha trizas por los tribunales y con un nuevo intento de decreto que no contenta a casi nadie? ¿Cuándo el consenso?
El consenso en esta actividad va a ser complicado. ¿Para cuándo el consenso? Para cuando llegue una crisis; cuando llegue una crisis será cuando vayamos a ver realmente cuál es el alcance de todo esto. Nosotros entendemos que el nuevo decreto tiene que hacer alusión a esas sentencias; tiene que adaptarse. Pero además este tiene cosas muy importantes como la responsabilidad solidaria de las plataformas que no está contemplada hasta ahora y que tiene que contemplarse.
También entendemos que las islas tienen muchas realidades diferentes a las cuales va a ser muy difícil que ese decreto se pueda acoplar. Por lo tanto, consideramos que, al tratarse de una actividad económica, parte de esa regulación tiene que recaer sobre los ayuntamientos y los cabildos. Porque así, hasta dentro de los propios municipios, serán los ayuntamientos los que tengan que decidir de qué manera, de qué forma, en qué cantidad o dónde quieren relanzar esa actividad económica. Lo que pueden hacer las administraciones públicas es apoyarla para que sea más grande o controlarla un poco para que no crezca demasiado. Cada ayuntamiento o cada cabildo deberá entender cuál es su realidad, que a lo mejor no es la misma aplicación de la vivienda vacacional en la isla de La Gomera que en el sur de Tenerife, puesto que son realidades completamente diferentes. Yo creo que eso lo entiende todo el mundo.
¿Le ha sorprendido que Santa Cruz de Tenerife haya parado su ordenanza sobre el alquiler vacacional, que ya no estará antes de las elecciones, como había dicho el alcalde?
A nosotros nos ha sorprendido. Nos habían anunciado -en una reunión que mantuvimos hace dos semanas aproximadamente- que lo iban a sacar antes de que terminara el mandato actual. Pero, bueno, también hay anuncios de que se va a presentar el decreto territorial por parte del Gobierno de Canarias. No nos han dado explicaciones sobre por qué lo han parado y preferimos ser responsables y esperar a que nos den las explicaciones, porque a lo mejor se trata de que hay cierta conciliación entre una normativa y la otra y ello hace necesario que esto se pare. No lo sé. Ya le hemos pedido explicaciones al alcalde y una vez las conozcamos nos manifestaremos. Lo único que queremos nosotros es que haya una situación regulada, que se sepa qué es, cómo es y dónde está la vivienda vacacional, y que compitamos en igualdad de condiciones. Nosotros no queremos que se prohíba la vivienda vacacional. Nunca hemos pedido eso.
¿Comparte el contenido de ese borrador de ordenanza para Santa Cruz de Tenerife?
Bueno, ese borrador no se ha sacado. Hemos tenido algunas conversaciones en las cuales Ashotel ha estado presente y lo mejor de esto es que iba a haber una ordenanza que regulara la actividad. Ahora mismo las cosas están tan mal que más del 50% de la oferta de vivienda vacacional en la capital tinerfeña, como dije, es ilegal. O sea, que eso no ayuda a nadie.
El año 2018 no ha sido tan bueno en llegada de turistas como 2017, pero fue el segundo mejor de la historia en Canarias. ¿Qué lecciones saca de lo ocurrido el año pasado y cuáles son las previsiones para este 2019?
Bueno, la lección mayor es que nos acostumbramos a lo bueno pronto. Creo que lo que tenemos que tener claro es que miramos las cosas a través de unos prismas bastante sesgados, esto a veces. Tenemos que estar contentos pensando que hemos tenido el segundo mejor año de la historia de Canarias a nivel turístico, no solo en la llegada de turistas sino en el gasto de estos, que es lo más importante. Ahí van los impuestos y ahí va también el desarrollo de nuestra sociedad civil. Estamos un poco decaídos porque parece que la cosa viene peor, que viene el Brexit, que con las compañías aéreas hay problemas de conectividad, que están bajando las reservas...
Bueno, efectivamente. Pero ya nosotros sabíamos que esto iba a venir. Por lo menos desde Ashotel se ha advertido de que esto funciona de esa forma, que los ritmos económicos son así y que podíamos llegar a tocar techo. Creo que 2017 fue un año que ya será complicado igualar. No solo porque no quieran venir más turistas o porque no podamos, sino porque la infraestructura es la que es y las carreteras son las que son y las terminales de los aeropuertos son las que son.
Sinceramente, la capacidad de carga que posee la isla respecto a las infraestructuras vacacionales que tenemos dan para pararse a pensar. Creo que la buena noticia es que seguimos manteniendo el gasto en destino, porque tratándose de islas y sabiendo que tenemos que pensar en la sostenibilidad, en cuidar el medio ambiente, los paisajes, que son los que nuestros turistas quieren: el clima, la gastronomía y las tradiciones, tampoco es bueno, con las infraestructuras que tenemos, pensar siempre en el número de llegadas. Es bueno pensar en la estancia media de las llegadas, es decir, que con menos gente se tenga mayor número de noches de hotel y que el gasto de la gente que venga sea uno que haga que nosotros podamos progresar más como sociedad.
Seguimos sin tener nada claro sobre el Brexit. ¿Qué conclusiones podemos sacar a día de hoy acerca de posibles impactos en el flujo de británicos, el mercado emisor dominante en Canarias, de manera especial en Tenerife?
Respecto al impacto hay una cosa que está clara: la depreciación de la libra ya está prácticamente descontada. Esto nos explica un poco qué piensa el mercado internacional del Brexit. Han perdido capacidad adquisitiva. Fuera de Europa van a pasar un poquito más de frío que dentro de Europa, y eso lo tienen claro. Pero los efectos que va a tener el Brexit, desde mi punto de vista, no serán por el Brexit en sí, sino por la incertidumbre. Si nosotros tuviésemos claro que habrá un Brexit, y quizá esto que voy a decir sea un poco osado, aunque fuese un Brexit duro, si supiésemos a qué atenernos por lo menos la gente podría hacer sus planes de contingencia de manera razonable.
Ahora mismo estamos con la espada de Damocles encima. No sabemos si el 29 de marzo salen de una manera dura, si se hace una prórroga para la semana siguiente, si se hace un nuevo referendo... Creo que esto lo que deja a las claras es que tenemos clases políticas a nivel internacional que, desde mi punto de vista, dejan mucho que desear. No se puede meter a un país entero en un asunto como el Brexit sin tener una hoja de ruta clara y sin tener todo calculado hasta el último milímetro, y sobre todo sin tener un consenso amplio. No se puede hacer un Brexit o un proceso catalán con el 49%-51%. Esto es de locos. Y aunque se diga que es mayoría, eso no es democracia de verdad, sobre todo para unas decisiones tan importantes.
¿Para cuándo la vuelta al nivel de peninsulares de los ejercicios gloriosos anteriores a la crisis? ¿Qué está fallando ahora para aún no alcanzar la cifra de dos millones al año?
Ya... Ya estamos teniendo esos números. La gran noticia después de Fitur es que el mercado nacional existe y está ahí, nos conocen y nos valoran. Habían tenido problemas para venir debido a que la gran demanda internacional que existía hacía que esas camas -por lógica, porque al final es un mercado con mayor poder adquisitivo- subiesen de precio. La buena noticia es que, a medida que esas camas aparecen, empieza a volver ese mercado nacional que ha servido y está sirviendo para compensar las bajadas que estamos teniendo en emisores como los nórdicos, los británicos o los alemanes.
Usted calificó 2018 como un año aceptable para el turismo en Canarias porque, si no recuerdo mal, lo importante no es el número de llegadas sino el gasto per cápita en el destino de los visitantes, que subió el año pasado. ¿Hacemos lo suficiente para que los turistas consuman más en las islas?
Cada día hacemos más y cada día seguiremos haciendo más. La prueba son los números: los 1.400 millones de euros en la recualificación de la planta alojativa dicen a las claras qué es lo que ha hecho el sector alojativo en Canarias en los últimos cinco años. Tenemos unos planes de modernización que en algunos sitios no han funcionado, pero en otros sí. Estamos aumentando ese volumen de ingresos por turismo prácticamente con la aparición de escasos productos nuevos. Lo que se ha hecho es aumentar en los últimos cinco años el 25% de las plantillas en los hoteles. Estamos hablando de muchas personas. Sin embargo, no ha crecido en el mismo porcentaje el número de hoteles.
La clave está en que, a través de esa gran inversión privada, hemos recualificado los hoteles convirtiendo los apartamentos de dos llaves en hoteles de cuatro estrellas. Eso significa no solo que mejora el producto, no solo que mejora la tarifa media... sino que, por lo tanto, el gasto del turista es mayor porque generalmente los que gastan más en alojamiento también lo hacen en el destino. Además, las plantillas de esos hoteles se están multiplicando.
En Tenerife el colapso del tráfico es algo ya casi estructural. Las inversiones públicas en infraestructuras se demoran y ello genera al menos una mala imagen para el visitante. ¿Qué ha pasado y cómo se sale del atasco tan notable en inversiones, principalmente en carreteras?
Bueno, no se puede achacar a una sola cosa. Hay diversos factores: podemos hablar de temas medioambientales, de plataformas -que siempre salen- del no a todo, y podemos hablar de que otras islas han hecho las cosas mejor y más rápido, y que en un momento dado se llevaron el gato al agua con las inversiones. Eso hay que tenerlo claro y hay que tener envidia sana de esas islas, pues eso nos permitirá seguir luchando por nuestro progreso.
Y bueno quizá también tengan que ver unos condicionantes políticos que en aquellos momentos -hablo de hace ya algunos años- hacían que las inversiones se focalizasen más en unos sitios que en otros. Parece ser que ahora el clamor es tal que las inversiones deben focalizarse en la isla de Tenerife. Entendemos que llevamos muchos años de retraso y estamos pidiendo que ese convenio de carreteras se centre en Tenerife, que de una vez por todas se empiece a trabajar en esos proyectos que están encima de la mesa, no solo en carreteras, sino también en la terminal del aeropuerto sur y los puertos.
Creo que es el momento de Tenerife, que ya está bien de cachondeos. Perdona que lo diga así de claro, pero es el momento de esta isla y los responsables públicos lo tienen que entender. No hace falta sino darte una vuelta por otras islas para ver que Tenerife se ha quedado atrás.
Usted se manifestó a favor de que las competencias en Costas pasaran a la Comunidad Autónoma tras el cierre de varios establecimientos sin licencias en las playas del sur. ¿Cómo está este asunto y de qué manera se va a resolver?
Pues el problema es que con la misma normativa que tenemos en este país resulta que una actividad que se permite en la costa andaluza o en Baleares no se permite en el sur de Tenerife. Esto pasa porque estamos dependiendo de razones subjetivas de ciertos personajes. Unas veces tienes la suerte de que te toca un personaje que tiene una apreciación positiva de la actividad turística y ello permite que las cosas fluyan. Y luego puede darse el caso de que haya gente que no lo tenga tan claro o que no entienda la realidad turística que tenemos... Yo he tenido recientemente alguna entrevista en el Ministerio, a nivel de Secretaría de Estado, y sinceramente, no conocen nuestra realidad. Los invitamos a que vengan, a que se sienten con nosotros a pasear por nuestras avenidas, a que entiendan cómo está estructurada nuestra sociedad y de qué vive. Nos dan largas.
Nosotros lo único que entendemos es que será mucho mejor la toma de decisiones por personas que estén más cerca de la realidad que se quiere regular que por personas que no tengan ni idea. No es la misma realidad la que tiene la costa de Asturias que la que tiene la costa de Adeje. Muchas veces tenemos a personas que conocen muy bien la costa de Asturias aplicando normativas en la costa de Adeje y eso no puede ser.
¿Qué impacto social, en trabajadores, y económico, en generación de riqueza, ha tenido esa decisión en la comarca sur?
A nivel de imagen es como un harakiri. Es que le estamos diciendo a un señor de Estocolmo que viene en invierno a Tenerife, porque allí tiene menos de diez grados centígrados, que no puede tomarse algo sentado mirando al mar, o que no le pueden servir la comida en la hamaca, o que no puede casarse en la playa, o que no se puede hacer una cena para un congreso de incentivos en una playa urbana, artificial, hecha en el sur de Tenerife y que tiene un complejo de cinco estrellas al lado. Todo por una apreciación subjetiva de una persona que dice no.
Sinceramente, son cosas que no están adecuadas a la realidad. Cuando una persona va a un beach club, que están tan de moda y funcionan tan bien, se pone en una hamaca y entendemos que lo más lógico sería que, si queremos, nos sirvan la comida en la hamaca. Es algo que al cliente le gusta. ¿Por qué no lo vamos a hacer? Esto no tiene un pase. Nadie entiende este tipo de cosas y desde Ashotel, por supuesto, vamos a seguir luchando.
Mucho se habla día a día de la revolución digital, también en el turismo. ¿Está Canarias apostando lo suficiente por servicios inteligentes, por espacios adaptados a los nuevos tiempos, por las smart cities…? ¿Hay suficientes apoyos públicos para liderar estos avances desde un destino puntero en el mundo como es el de Canarias?smart cities
Sí. Creo que la inversión que se está haciendo y sobre todo la que se va a hacer por parte de algunos será muy importante. Las oficinas turísticas están digitalizadas. Y la verdad es que se ha hecho una gran inversión en promoción a través de medios que están al alcance de la globalidad, como las redes sociales. Creo que esto es muy importante porque, sin duda, el viajero del futuro va a ser un viajero digital y, si no estás ahí, estás perdido.
¿En qué quedó la idea de tener una aerolínea propia en las islas? ¿Es un proyecto definitivamente abandonado? ¿Por qué falló ese plan?
Lo sigo teniendo en la cabeza como idea. Creo que no es una idea: es una necesidad. Tenemos una aerolínea propia que todos conocemos que está haciendo pinitos, saltando y haciendo algunas operaciones nacionales [en alusión a Binter]. Es verdad que tuvo algunas experiencias internacionales que no salieron bien. Creo que eso lo tienen un poco marcado, pero desde luego nosotros tenemos un talón de Aquiles con la conectividad aérea y los canarios o nos damos cuenta de esto o nos harán darnos cuenta. Es mejor que te des cuenta por ti mismo y que no venga alguien con un martillo a darte en la cabeza cuando las compañías aéreas decidan poner los morros de los aviones dirigidos a otro sitio…
Nosotros aquí podemos ser muy buenos; podemos tener muy buenos hoteles; podemos hacer un uso adecuado de nuestra costa; podemos ofrecer una experiencia maravillosa; podemos tener una terminal nueva y unas excelentes carreteras, pero si la gente no puede venir... ¿Para qué queremos todo esto? Creo que la integración vertical del negocio turístico en Canarias tiene que producirse, porque no va a quedar más remedio.
¿Cuáles son las claves para seguir haciendo sostenible el negocio turístico en Canarias?
La clave es la calidad, en todos los sentidos. Y el valor añadido. Nosotros tenemos que tener claro que, si queremos ser competitivos en la vertiente precio, estamos perdidos. Porque todos queremos servicios sociales, queremos que los trabajadores cobren más y que vivan mejor, pero después, cuando nos vamos a Egipto o al Caribe, no pensamos en las condiciones laborales que tienen los trabajadores de esos hoteles. Entonces somos un poco hipócritas en esto. Un poco no, muy hipócritas.
Pero, bueno, aquí estamos bajo el paraguas de la Unión Europea y hay que competir con una serie de requisitos y normativas que nos restan competitividad respecto a otros destinos como Turquía, Egipto o el Caribe. Por lo tanto, tenemos que ir a buscar la excelencia a través de la formación y a través de la infraestructura en los servicios. Desde luego la calidad y el valor añadido son los que nos van a asegurar seguir siendo competitivos en el futuro y sobre todo también tener en cuenta el asunto de la sostenibilidad.
¿Cómo medimos la capacidad de carga o ponemos límite a un crecimiento excesivo que se vuelva en contra del negocio? ¿Qué peligros se avecinan…?
Un crecimiento excesivo es peligroso si se crece demasiado en poco tiempo. Creo que el crecimiento tiene que ser siempre estable, porque los crecimientos excesivos en cortos periodos de tiempo siempre dan lugar a distorsiones que hacen que el modelo se quiebre en algún momento, pues no son sostenibles en el tiempo. Desde luego nosotros tenemos que crecer, pero yo siempre digo que también se puede crecer hacia dentro.
Es decir, crecer no significa hacer más hoteles, ni hacer más carreteras ni nuevos aeropuertos. Significa recualificar lo que tenemos y convertir, a través de procesos de renovación, esos complejos antiguos en productos nuevos con más valor añadido y adaptados a las nuevas necesidades. Se trata de tener camas mejores y conservar el número de turistas, pero haciendo que gasten más.
Por cierto, ¿qué piensa usted sobre que El Hierro tenga un parque nacional marino, el primero de España? ¿Cómo ve este asunto, demorado por el Cabildo de esa isla?
Me parece una magnífica idea. El remate a eso sería que El Hierro tuviera una conexión marítima y aérea sostenible y regular, y que esto permita a quienes quieran planear ir al Hierro con seis meses de antelación aventurarse y hacerlo. Con la situación actual, un turista centroeuropeo muchas veces tiene que jugársela en el último momento para poder disfrutar de iniciativas maravillosas como esa.
¿Cómo se ha corregido la calificada discriminación salarial por el Tribunal Supremo entre camareras/os de piso y camareros/as de bares en el nuevo convenio provincial?
Vamos a ver... Es que nunca ha habido tal discriminación. Lo que pasa es que estaban llamándose con el mismo nombre a cosas diferentes. Nosotros entendemos que cada actividad laboral dentro de los hoteles requiere de una serie de aptitudes necesarias para desempeñarla. En este caso, estábamos poniendo dentro del mismo casillero dos cosas que eran completamente diferentes. Son dos maneras de trabajar completamente diferentes. Son características distintas las que desempeñan en los diferentes puestos de trabajo y la gente tiene que entender que yo no voy a decir ahora cuál es la brecha que tiene que existir.
La gente tiene que entender que no es lo mismo trabajar de camarero o camarera de piso que trabajar de camarero o camarera de bar, entre otras cosas porque son labores completamente distintas. Es verdad que nos están criticando por intentar hacer cursos de idiomas para nuestras camareras y camareros de pisos, incluso algunos sindicatos -bueno, pseudosindicatos- nos critican por eso. Pero no es menos cierto que para ser camarero o camarera de bar es imprescindible que hablen idiomas, porque si no ¿cómo se van a poder comunicar en un acto de servicio directo con el cliente?
Todas estas cosas hay que tenerlas en cuenta: las camareras de bar también tienen quebranto de moneda, porque tienen que trabajar con dinero y tienen una responsabilidad añadida. Además, los turnos de trabajo son completamente diferentes, pues los de estas son generalmente turnos partidos.
En definitiva, son trabajos diferentes y lo que hemos hecho en el convenio colectivo es llamar a cada cosa por su nombre. Y no lo hemos dicho solo nosotros. Lo han dicho también los propios sindicatos dentro del Acuerdo Marco de ámbito estatal para el sector de la hostelería (ALEH), que también establecía esa diferenciación.
Nosotros lo que hemos hecho es adaptar un convenio colectivo antiguo, no adaptado a las realidades de hoy, al Acuerdo Marco de Hostelería a escala nacional. Por lo tanto, lo que hemos hecho es dar una solución sensata y llamar a cada cosa por su nombre, respetando a todas y teniendo en cuenta que, en la cadena de valor, todas son igual de respetables.
¿Y teme que el convenio provincial sea recurrido o incluso tumbado por la Justicia? Lo digo por el anuncio ya hecho por CCOO.
No, porque si no no lo hubiésemos firmado. Los informes de la Inspección de Trabajo y del Gobierno de Canarias hubiesen sido negativos y, si hubiese sido así, no se habría publicado. A mí me resultaría curioso que un sindicato como CCOO fuera ahora a denunciar un convenio que ellos mismos suscribieron hace cuatro años. Porque yo estaba firmando ese convenio y sé quién lo firmó. Ellos firmaron ese convenio que, por cierto, no voy a decir que es clavado, pero prácticamente en el 98% es el mismo.
Lo único que se ha hecho es adaptar esas tablas a un convenio de marco nacional, que también está suscrito por CCOO. Creo que a lo que estamos asistiendo es a una lucha entre sindicatos [Sindicalistas de Base, escisión de CCOO, y CCOO] y lo único que queremos nosotros es estabilidad, que los derechos de los trabajadores sigan mejorando.
Creo que algunos pseudosindicatos que quieren ser sindicatos y otros sindicatos que se están convirtiendo en pseudosindicatos lo que tienen que hacer es velar por la mejoría de las condiciones de los trabajadores y dejarse de luchas internas, que se me están pareciendo cada día más a los partidos políticos.