Pedro Sánchez ha puesto a un tinerfeño, Héctor Gómez, al frente de Turespaña, el organismo estatal encargado de la promoción exterior del país como destino turístico. Este sector Gómez lo conoce por formación, pues es diplomado en Turismo; por actividad profesional, en el área de reservas de establecimientos para el alojamiento, y por sus inicios en política, en el primer decenio del siglo, cuando fue concejal de Desarrollo Local y de Turismo en el Ayuntamiento de Guía de Isora, en el sur de Tenerife.
Licenciado en Derecho y en Ciencias del Trabajo, Gómez ha dejado su cargo de diputado en el Parlamento de Canarias, donde era secretario segundo, para dar el salto a un puesto directivo en el Gobierno estatal. Presidió la gestora del PSOE en Tenerife, que condujo al partido hasta las primarias a la secretaría general insular que ganó Pedro Martín, alcalde isorano.
Gómez, que además es secretario de Relaciones Internacionales en la Ejecutiva federal del PSOE, desgrana en esta entrevista sus primeras impresiones y propósitos como director general de Turespaña.
Uno de los asuntos más polémicos que debe afrontar el sector turístico en el país es la regulación del alquiler vacacional de viviendas, debate en el que se enfrentan quienes abogan por dar vía libre a esta modalidad de alojamiento y quienes la quieren restringir al mínimo. ¿Usted en qué punto se sitúa?
Se trata de una competencia de las comunidades autónomas. Pero el Gobierno de España, en una reciente Conferencia Sectorial con los gobiernos autonómicos, ha previsto una mesa con las comunidades para coordinar la legislación que se implantará en cada territorio, de modo que guarden ciertos parámetros de equilibrio. Existen diferentes velocidades en los proyectos de ley por regiones, unas más permisivas y otras mas restrictivas. Lo que pretende el Gobierno estatal es liderar este proceso, siendo conscientes de que existe esa diferente orientación legislativa, según qué comunidad autónoma, para lograr un marco de cierta igualdad en los parámetros.
Pero es difícil ponerle puertas al campo en el alquiler vacacional...
Se trata de una actividad que experimenta un crecimiento con las plataformas online de contratación, pero el objeto de este Gobierno es que esté perfectamente regulada y en un marco que ofrezca y garantice seguridad al turista y a los servicios. Y que esta oferta ayude a potenciar el destino y la condiciones en que se presta este servicio, pues no podemos dar un paso atrás en calidad turística. Hay que regular el alquiler vacacional para que esté a la altura de la regulación que tiene la oferta de alojamiento ya vigente, y que sea una normativa garante para los usuarios de esos alojamientos.
¿Va a hacer cambios en la promoción de la marca España?
Estamos revisando el plan de marketing que nos dejó aprobado el anterior Gobierno, del PP, y queremos reorientarlo con una estrategia moderna, diferenciada, inteligente, hacia el turista cosmopolita, con el fin de mantener la posición líder de España en el contexto internacional. Todo ello, por supuesto, de la mano y de forma coordinada con las comunidades autónomas. Turespaña tiene 33 oficinas en el exterior, lo que nos permite desarrollar una estrategia internacional desde cada mercado emisor. Ese trabajo se va a ver impulsado en los próximos ejercicios, por presupuesto y por la orientación también hacia mercados lejanos donde queremos hacer hincapié, no solo el asiático sino el americano, y potenciar mucho el mercado europeo, que es nuestra principal fuente de turistas y en el que hay que mantener la pujanza de España como destino seguro.
¿Y ha visto esa misma voluntad de coordinación en todos los gobiernos autonómicos?
En la Conferencia Sectorial sí hemos testado de primera mano la voluntad de los gobiernos autonómicos de trabajar de manera coordinada. La promoción exterior es competencia del Gobierno de España y colaboramos con las comunidades autónomas. Yo he percibido predisposición de trabajar de manera efectiva, porque el diálogo es la mejor medida que se puede adoptar en política. Hemos afrontado situaciones como la inestabilidad por la crisis política vivida y sentencias como la de la Audiencia Nacional sobre financiación irregular del PP, así como la situación en Cataluña, que hemos ido superando con diálogo.
España ha batido récords en llegada de turistas y el pasado año rebasó los 82 millones, solo superada por Francia. ¿El objetivo es crecer aún más o es un sector que se está desbordando?
La situación es buena desde el punto de vista turístico y, en efecto, somos segunda potencia, y creo que se va a mantener esa competitividad que hemos alcanzado. Además, es un sector en el que pivota la economía de España. Pero tenemos que empezar a valorar estos buenos datos y orientar más el análisis al gasto que hagan los turistas en nuestro país. Ahí hay margen de mejora. La orientación natural de España como destino tiene que ser a mejorar criterios cualitativos, porque desde el punto de vista cuantitativo la situación es inmejorable. Así que el objetivo, insisto, no debe ser crecer más en número de turistas, sino en el gasto. Para ello tenemos una oferta de alojamiento de primer nivel, y una oferta cultural, deportiva y de ocio importante.
Sin embargo, parece que una parte nada desdeñable de ese crecimiento turístico de los últimos años viene dado por desgracias ajenas: la conflictividad sociopolítica de destinos competidores de España en el Mediterráneo... ¿Ha aprovechado el sector turístico español esa coyuntura para fidelizar clientes o se ha dormido en los laureles?
En algunas regiones, en efecto, el crecimiento del turismo viene determinado por esa inestabilidad en países como Turquía, Egipto... Pero al margen de ese factor, España sigue siendo una referencia turística líder. Esta marca nos permitirá continuar siendo competitivos. Nuestro tejido empresarial turístico es bastante maduro y profesionalizado, y está trabajando mucho en promoción exterior y en mejorar la oferta de alojamiento. Y también hay que mejorar luego el espacio turístico en muchas zonas del litoral. Estos objetivos se han visto afectados por limitaciones económicas en los últimos años, pero hay que trabajar para lograrlos, porque queda mucho margen para avanzar aún más en competitividad.
Tras años de recortes por la crisis, ¿habrá más dinero el próximo año para promoción y mejora de zonas turísticas?
Estamos trabajando en los presupuestos de 2019 y vamos a elevar una propuesta de crecimiento en todos los ámbitos: en la promoción, en la estrategia de coordinación con las comunidades autónomas, en conocimiento y en inversión. Pero luego habrá que negociar esos presupuestos en las Cortes, porque la aritmética parlamentaria ya sabemos cómo es. Turespaña lleva a cabo inversiones en paradores y en mejora del destino con fondos de modernización de infraestructuras turísticas y del espacio turístico. Así que mi intención es trasladar una propuesta de incremento en todos los ámbitos de acción del turismo.
Cataluña recibió el pasado año más de 19 millones de turistas. La declaración unilateral de independencia y toda la polémica que ha generado, ¿cómo ha afectado y cómo puede afectar al sector turístico, no solo catalán sino en el conjunto de España?
Analizamos el impacto de las situaciones susceptibles de condicionar el flujo de turistas, como lo ocurrido en Cataluña, que sí ha tenido repercusión negativa en el ámbito económico y en el turismo en general, por la incertidumbre que genera, pero como ha ocurrido también en el pasado con los atentados terroristas. Pero, afortunadamente, el impacto de esa inestabilidad y la inseguridad ha sido el menor posible en el turismo, y se ha superado muy bien. Hay que devolver la normalidad a las instituciones. Es cierto que ha condicionado la actividad de las empresas y ha creado una incertidumbre como destino, pero reitero que se ha hecho un esfuerzo notable para normalizar esa situación.
¿Y cómo espera que sean las relaciones con el Gobierno de su tierra natal, Canarias?
Los conflictos políticos en otros países han generado un trasvase a otros territorios, como Canarias. Canarias es una de las comunidades punteras como destino, con mucha trayectoria y con una estructura en gestión y promoción del destino avanzada. Es una empresa compleja coordinar a siete islas y con municipios muy destacados. Pero con Turespaña hasta ahora se están sentando bases de coordinación orientadas a mejorar la estrategia de promoción, y ahí Canarias tendrá a un aliado muy potente en el Gobierno de España. Las cifras del turismo son inmejorables para Canarias y ahora hay que dar prioridad al destino y los espacios turístico públicos, e impulsar acciones que modernicen la oferta de alojamiento.
¿Qué le parece que surjan uniones de ayuntamientos como la Asociación de Municipios Turísticos de Canarias? ¿Es bueno que cada uno vaya por su lado?
Es bueno que existan movimientos que provoquen reflexión y análisis, y la renovación y reinventar acciones entre administraciones públicas, pero también siempre es deseable que todas estas acciones estén coordinadas porque al final el destino es España y Canarias, y ahí el ámbito privado juega un papel preponderante. En promoción internacional hay que atender a estrategias orientadas a promocionar el destino país o territorio. Pero algunos ayuntamientos están haciendo un esfuerzo para mantener la competitividad y dar un mejor servicio al turista. Ese tipo de asociaciones en Canarias se debe interpretar como un reto y en ningún caso interpretarlo en otros códigos que provoquen disfunciones o dificultades para gestionar estas políticas. Son una oportunidad para incorporar a gente a la reflexión de que todo es mejorable; es bueno que haya masa crítica dentro de las propias administraciones públicas, porque eso nos hará mejorar aún más la promoción turística.
Canarias ha roto también todos los pronósticos en estos últimos años, con 16 millones de turistas en 2017. Pero unos 150.000 extranjeros han dejado de visitar las islas en la primera mitad de este año. ¿La época de las vacas gordas puede dar paso a una caída si se recuperan los países competidores?
Hay que analizar datos y ver cómo evoluciona el año, y analizar las pernoctaciones y el gasto, que determina el impacto del turismo en el territorio. Lo que está claro es que la recuperación de otros destinos nos obliga a seguir siendo competitivos. Pero sabemos que esta situación se podía dar porque nuestro crecimiento sobresaliente en turismo se debe también a que otros destinos están en crisis. Aun así son datos en Canarias todavía extraordinarios y toca interpretarlos para poder mejorar aspectos fundamentales en un destino líder y fidelizar a los visitantes.