José Alberto Díaz (CC): “Pedir que nos vayamos del Gobierno lagunero es una ficción de película”

Tras la aprobación de los presupuestos municipales para 2017 y haber contemplado el intento frustrado por parte de la oposición, al menos hasta ahora, de presentar una moción de censura contra él, el alcalde de La Laguna (de Coalición Canaria), José Alberto Díaz, responde a algunos asuntos que afectan en la actualidad al consistorio, como son la estabilidad del Gobierno local, el caso grúas o la polémica sobre el IBI.

¿En qué se diferencian los presupuestos de 2017 de los del ejercicio anterior y cuáles cree que son las partidas más destacadas?

Se puede decir que estos son unos presupuestos con marcado carácter del equipo de gobierno. Se trata de unas cuentas con crecimiento moderado, de casi el 7%, en las que el aspecto social es un rasgo importante. El área de Bienestar Social es, de los distintos bloques de trabajo, la que tiene una relevancia más especial. Además, hay un nivel de crecimiento del empleo muy importante, si se compara con otros municipios, y el nivel de dificultad económica está por debajo de la media de los municipios de Canarias. Entendemos que es importante hacer que este municipio sea inclusivo; por eso, le queremos dar mucha importancia al área de Bienestar Social, por ejemplo a la vivienda. Una de las cuestiones planteadas en los presupuestos de forma sustancial, y ello va en la misma línea del crecimiento, es la dotación para los barrios y los pueblos. Vamos a arreglar 1.300 viviendas, y además arreglaremos el entorno de los barrios, plazas, ámbitos deportivos... Es una mejora en la calidad, y también hay una demanda, que no hemos respondido con la rapidez que me hubiese gustado, relacionada con la reposición del asfaltado en algunas zonas. Creo que estos son los aspectos fundamentales de esas cuentas: la cuestión social, la vivienda, la educación (con una inyección importante en la mejora de los centros de enseñanza), el bienestar social, el ámbito deportivo y las infraestructuras.

¿Cómo ha sido la aprobación de las cuentas, teniendo en cuenta la coyuntura de esos días, con la moción de censura planeando sobre el Ayuntamiento...?

Cada uno puede decir lo que le dé la gana, pero lo que cuenta son los hechos. Ese acto de una aparente moción de censura solo es la voluntad de una parte de la oposición o de un grupo de concejales que no están contentos y creen que ellos lo pueden hacer mejor y que el que gobierna no es el adecuado. Por lo tanto, es lógico que quieran presentar una moción, pero lo que es irracional es presentar ahora una iniciativa y estar año y medio hablando de lo mismo sin haber conseguido la mayoría legal para hacerlo. Además, la mayoría de la ciudadanía en La Laguna quiere que se mantenga este pacto [CC-PSOE, con solo el apoyo de tres de los cinco ediles de esta última fuerza], que es el resultado de la suma de voluntades del PSOE y CC, este el partido más votado. No ha sido ningún asalto a la Bastilla [el que CC gobierne en La Laguna], que es lo que pretenden algunos que parezca, y es legítimo presentar la moción si consiguen 14 firmas, pero pedir que nos vayamos, sin más..., esto es una ficción de película. Soy respetuoso. Si consiguen las firmas, que las presenten, pero también pido que sean ellos respetuosos con nosotros.

¿Considera que hay estabilidad en el Gobierno local? ¿Cree que podrá aguantar todo el mandato?

Tengo ilusión por que podamos trabajar para que haya menos desempleo y se reparta mejor la riqueza en el municipio. Es uno de los motivos clave para estar aquí: mejorar la vida de las personas. En esa línea trabajamos. Para otros la ilusión es quitar al que está para ponerse ellos. ¿Estabilidad? Yo he aprendido desde el minuto uno tras las elecciones que, a pesar de ser la fuerza más votada, no tenemos mayoría para gobernar en solitario. Por lo tanto, hay que buscar consensos, acuerdos, escuchar, hablar, ser humildes... Espero que sigamos con este nivel de consenso y nos mantengamos, y que otros se sumen. Los laguneros no se merecen este juego de tronos. Eso queda para la televisión.

Pero ¿buscará nuevos apoyos, por ejemplo, incorporando al PP?

Yo me planteo cualquier cosa. Tenemos un pacto con el PSOE y con esto estamos bien. Creo que es el mejor pacto para La Laguna. Para incorporar a un nuevo partido tiene que existir acuerdo entre los socialistas y nosotros, y no estamos en el mejor momento para hablar de incorporar a nadie más. Estoy más que dispuesto a llegar a acuerdos sobre materias concretas, pero, para entrar en el Gobierno local, habría que buscar fórmulas. Agradezco el nivel de colaboración y de escucha que tienen algunos grupos sin estar dentro del Gobierno y sin hacer ruido mediático. Por ejemplo, con los presupuestos el PP votó sí y Ciudadanos se abstuvo. Hubo que hablar y ver lo que ellos aportaban. Al final se han aprobado, y es verdad que son los presupuestos del equipo de Gobierno, pero todas las aportaciones de esos grupos son parte integrante de las mejoras que se han aplicado a las cuentas. Quiero que todo el mundo aporte y espero que podamos terminar el mandato pensando en cómo sumamos para resolver los problemas del municipio.

Sobre la deuda del municipio, ¿va a tomarse alguna medida adicional para reducirla?

No es cierto lo de la deuda; es una mentira que, repetida muchas veces, al final se la cree todo el mundo. ¿El Ayuntamiento tiene deuda? Sí, como todos los ayuntamientos de España y como la mayoría de los ciudadanos. Pero ¿puede hacer frente a esa deuda? Sí, porque de cada 1.000 euros que se cobran se pagan nueve de deuda, con lo que es asumible. No tenemos que anticipar pagos a ningún banco. Se dicen muchas cosas por parte de algunos que no son verdad. La Laguna ha dado un salto en calidad de vida muy importante en los últimos años, un salto que se inició en un periodo de carácter expansivo. Hemos mejorado los barrios, tenemos 107 instalaciones deportivas en un municipio de 102 kilómetros cuadrados, 49 centros ciudadanos (no hay ningún municipio en Canarias que tenga esa dimensión de participación ciudadana), se han arreglado muchas zonas de los barrios, se hicieron piscinas... También se consiguió un avance importantísimo en La Laguna. Fue la época de Ana Oramas, y era un momento expansivo. Ahí se invirtió bajo criterios políticos para mejorar la ciudad. Luego empezó la crisis y, cuando se recortaron los ingresos, no se podía hacer frente a la deuda. Pero se mejoró la calidad de vida de los ciudadanos. Según la oposición de izquierdas, habría que haber guardado ese dinero para cuando no hubiera, pero los que gobernaban en ese momento consideraron que se podía invertir (en parte porque se decía mucho aquello de “no va a haber crisis”). Lo que hizo el Ayuntamiento fue acogerse a un plan de proveedores que estableció el Gobierno de España para todos los municipios que quisieran. Lo que este hacía era convertir la deuda a proveedores en deuda a entidades financieras. Se pagó a los proveedores y además se pudo ampliar el plazo del pago a los bancos, con lo que se consiguió un desahogo. De hecho, en el informe de auditoría de la Comunidad Autónoma, el promedio de presión bancaria está en el 28%, y el nuestro está en el 8%. Nuestros intereses los negociamos hace mucho tiempo y son bastante bajos. La deuda es fruto de una mejora en el municipio que callan quienes hablan de la deuda.

Estas mismas personas que “hablan de la deuda” vinculan la reciente subida del IBI con un intento de aumentar ingresos para poder hacer frente a ese pasivo. Lo llaman “catastrazo”. ¿A qué se ha debido la subida de ese impuesto?

No se ha subido. Es otra mentira. Hay una regularización de los bienes en el conjunto del Estado español, no solo en La Laguna, acordada por el Ministerio de Hacienda. Lo que nosotros hacemos es establecer un porcentaje sobre un valor de los bienes. El Estado dice cuál es el valor de una casa, y lo que hace el Ayuntamiento es establecer qué porcentaje se paga, que en este caso es del 0,53%. No hemos subido del 0,53%; es más, lo hemos bajado porque estaba en el 0,56% hace unos años. El Catastro, cada cierto tiempo, revisa la información que tiene sobre los inmuebles y terrenos. Y lo que ha hecho es una regularización de los valores catastrales de 8.700 propietarios. Si han construido una planta más o un garaje, o ha cambiado el uso del inmueble, se les ha comunicado ese cambio.

Pero ¿hubo gente que recibió la famosa carta indicando que tenía que pagar y que no debía haberla recibido, y de ahí que hubiera cierta polémica con este asunto?

El follón que se montó fue por el discurso permanente de la oposición de que nosotros estamos subiendo los recibos. Pero si alguien tenía un solar y ahora tiene un edificio de tres plantas... Lo que hemos hecho desde el Ayuntamiento es, sin importar cuánto tiene que pagar, darles dos años de plazo para hacer frente al pago. Pero no me parece justo que alguien que tenía dos plantas en su casa y construye otra pague menos que el que tenía tres y está pagando por esas tres. A eso lo llaman catastrazo y que hemos subido el IBI. No hemos subido nada, simplemente cada uno paga conforme a lo que tiene, y al que no pueda pagar, estamos aquí para echarle una mano. Para mejorar los servicios sociales, las infraestructuras, etcétera, hacen falta recursos. Nos dicen que bajemos el IBI y hemos quedado en mirarlo, en analizar el tema para ver si se puede hacer algo. Pero La Laguna es un referente en servicios y hay que mantenerlos.

Sobre el caso de la empresa que gestiona el servicio de grúas en el municipio, ¿también se ha explicado mal o se pudieron haber hecho las cosas de otra manera?

Es un ejemplo modélico de cómo responder a un conflicto atendiendo a los intereses generales del municipio. No hay nada que ocultar en el tema de las grúas. Tanto es así que, por imposición legal, yo tendría que presidir la comisión que investiga el caso y he renunciado a ese puesto porque no tengo nada que ocultar. Antes de que se iniciara la comisión, ya algunos miembros de la oposición me habían condenado sin haber leído nada del expediente. Lo único que puedo decir es que la intervención del servicio que se ha hecho es para garantizar el servicio público de grúas. Y se ha hecho correctamente, con informes de catedráticos de Derecho Administrativo, con informes de catedráticos de Derecho Fiscal en la Universidad de La Laguna y con los funcionarios del Ayuntamiento trabajando a pleno rendimiento. ¿Se podría haber hecho mejor? No lo sé. En una coyuntura de crisis, cuando a una empresa se le exige un número de trabajadores y a cambio no se le garantiza un mínimo de dinero, si el nivel de servicios baja lo que hay es un desequilibrio. O sea, se les pide que tengan 14 trabajadores y lo normal sería que la Administración local le diera a la empresa por esos trabajadores un dinero. Pero en este caso no; se les dice ustedes cobran por el volumen de servicio. Entonces, si ese volumen baja, la empresa tiene que seguir pagando a esos 14 empleados y puede que no tenga dinero para hacerlo. Y eso es un enriquecimiento injusto por parte de la Administración. Sobre el asunto de que si algunos empleado se llevaban piezas, eso es un problema interno que no tiene que ver con el servicio. Una empresa gana un concurso con la Administración y, si luego tiene problemas con sus empleados, ahí nosotros no podemos entrar. Si no hay ninguna denuncia sobre el robo de piezas... Nosotros no tenemos conocimiento de eso, al menos mientras yo estaba de concejal.

Pero tampoco cumplían el pliego de condiciones para ganar el concurso público... Les faltaba la tarjeta de transporte...

¿Ese requisito era esencial para prestar el servicio de grúas? Me dijeron que no. ¿Y cuál es la causa de que no la tengan? Pues que no estaban al día en los pagos a la Seguridad Social, y no están al día como consecuencia de lo que hablábamos de los pagos a los 14 trabajadores. Los técnicos plantean entonces: si se les exigiera ese tema en ese momento, cuando estamos reconociendo que no se le pagaba a la empresa lo que se debería, al final se está reconociendo una especie de fraude.

¿Y eso no es un agravio comparativo respecto a otras empresas que sí cumplían en ese momento el pliego de condiciones?

Tienen libre concurrencia. Les quedan 15 años de concesión administrativa. ¿Era causa suficiente entonces para rescindir el contrato con esa empresa? No se estimó así. En este momento ya están sacadas las tarjetas. Tampoco tenía relevancia desde el punto de vista jurídico para rescindir la concesión. No hay ningún chanchullo y tengo total tranquilidad con este asunto.

¿No hubo entonces trato de favor?

No, no, ¿por qué? Lo que nos movió fue el interés general. Al contrario, habría habido trato de favor si se hubiera rescindido el contrato. Nos hubiera demandado la empresa y les habríamos tenido que pagar por los años que quedaban de contrato, a razón de 600.000 euros. Eso es lo que hemos evitado.

Los bomberos del Consorcio de Tenerife han iniciado una huelga indefinida, entre otros motivos, por la construcción de un parque para voluntarios aquí, en La Laguna. ¿Qué le parece que habiendo un parque profesional se construya otro para voluntarios? ¿Lo considera necesario?

Cuando fue concejal, estuve en la ejecutiva del Consorcio de Bomberos. Son un colectivo al que hay que defender y dignificar. Yo creo que dicen que la huelga es por eso, pero no está puesto así en los papeles del preaviso. La realidad de los bomberos voluntarios se da históricamente y son un elemento complementario. Creo que a los voluntarios hay que apoyarlos. Hemos aumentado la partida del Ayuntamiento en casi 800.000 euros anuales sobre lo que ya se daba al Consorcio. Entre los compromisos que históricamente hemos tenido con los voluntarios, está el del parque de bomberos. Yo quiero cumplir ese compromiso y el presidente del Cabildo se ha comprometido también a dar una partida sin detraer del presupuesto de los bomberos profesionales. Los respeto, pero no comparto las formas.

Del viejo proyecto de unir Santa Cruz y La Laguna, ¿qué queda?

No estamos en ese proyecto ahora. Estamos más bien en una idea de unir La Laguna con La Laguna, entre los barrios, los pueblos. Es una visión nacionalista en la que planteamos que Canarias tiene que ser mejor atendida conforme a su realidad y a la existencia de diferentes condiciones respecto al resto del país. Mi postura es clara: que los barrios y los pueblos tengan el mismo nivel de vida y calidad que en el centro de la ciudad.

Sobre las colas de la TF-5, ¿hay alguna idea nueva para solucionarlas?

Carlos Alonso ha reiterado que es un tema crucial. Yo he planteado que la autopista sea soterrada, haciendo un bypass en Guamasa. Esa propuesta se va a estudiar, con lo que se ahorra un millón de metros cúbicos de suelo rústico. Si se consigue, habría una movilidad de tráfico en superficie que no tendrá que coger la autopista para pasar de un lado a otro. Esa cremallera que separa La Laguna en dos partes se cerrará y fluirá el tráfico de una manera diferente porque se cargará menos la autopista. Esa es nuestra aportación, que ahorrará suelo rústico.

La UE ha interpuesto una multa a España por que 17 municipios no depuran correctamente sus aguas. Uno de ellos es La Laguna. Siendo una competencia del Cabildo, ¿ustedes han presionado para que se solucione este asunto?

Sí. Tenemos una visión clara para que este municipio sea el primero en tener conectadas todas las aguas residuales al alcantarillado. Estamos al noventa y pico por ciento. Aquí no puede haber una bronca política, sino soluciones. Hasta donde yo sé, el Cabildo ha puesto recursos para ello. Pero nuestra postura es conseguir que no se tire ni un litro de agua sin depurar al mar.

¿Cuál considera que es el proyecto más importante que hay que lograr en este mandato?

Son muchas cosas... Tenemos proyectos para la zona costera, carreteras, zonas del casco, el mercado, recuperar la montaña de Taco... Pero fuera de lo que son obras, el proyecto sería conseguir que nos enamoremos más de La Laguna. Algunos solo ven el bache, el fallo. Pero, siendo conscientes de que hay fallos, hace falta ser productivos. Tenemos un montón de cosas buenas: mucha cultura, cultivos, la costa, unos vinos estupendos, una ciudad que es Patrimonio, la universidad... La Laguna es muy potente. Eso es lo que tengo en mente.