La conducción del emisario submarino de aguas residuales situado junto al espacio protegido de Montaña Pelada, en el municipio tinerfeño de Granadilla, ha vuelto este fin de semana a dar problemas, y ya son tres problemas de ese tipo documentados. Si en agosto esta misma conducción fue noticia por dos vertidos, este sábado se ha producido otra vez un derrame de aguas negras en plena orilla, donde parece estar roto el tubo, por el que ha salido un burbujeo maloliente. Todo ha ocurrido en verano, cuando las zonas de baño están más concurridas.
Como muestran los vídeos captados por la Asociación Buga (Barrios Unidos de Granadilla), las aguas residuales han salido a presión a través de esa aparente rotura, vertiéndose en plena orilla y arrastradas luego por un litoral donde hay bañistas, no solo en la playa de Montaña Pelada, sino en otras zonas de baño cercanas o anexas como La Jaquita y el Cabezo.
El presidente de ese colectivo vecinal, Gregorio Gaspar, lamentó la “dejadez y el abandono” con que están tratando este asunto tanto el Ayuntamiento como la empresa concesionaria del servicio de aguas, Entemanser, pues ya son reiterados los vertidos que se producen incluso en la orilla, esta vez más visible porque ha coincidido con marea baja.
Tal es la indignación de estos ciudadanos que este sábado su portavoz pidió la dimisión del concejal de Medio Ambiente, Marcos José González (PP), debido a la reiteración de este problema sin que, desde su punto de vista, se adopten las medidas urgentes necesarias.
A Gaspar le llama la atención el que no se haya cerrado de forma cautelar la playa de Montaña Pelada a pesar de la evidencia de ese vertido, y mostró a este diario una conversación por wasap con una madre que frecuenta esa playa en la que le comentaba enfadada que su hija había tenido que acudir al médico tras bañarse en ese lugar, supuestamente contaminado, porque le salió un “sarpullido, con ronchas por todo el cuerpo”, al tiempo que tacha lo ocurrido de “tercermundista”.
El anterior episodio contaminante ocurrió a finales de agosto, y el Ayuntamiento explicó que se taponó la salida del emisario submarino, por lo que se procedió a destaponarlo con buzos. Sin embargo, ya entonces esta asociación vecinal indicó que se había visto el burbujeo en la orilla, indicio de que también se salía la conducción por ese punto.
El propio Gobierno municipal granadillero (CC-PP) reconoció entonces que la solución definitiva a estos problemas vendrá con la construcción de una estación depuradora de aguas residuales (EDAR), pues lo único que existe ahora es una instalación de tratamiento que solo separa los sólidos antes de salir al mar por el emisario.
De “patético” tacha el presidente vecinal la situación que viene sufriendo esta parte del litoral granadillero, y advierte de que la persistencia de este problema y la localización de los derrames “empiezan a ser ya una cuestión sobre la que convendría plantearse si no debe ser puesta en conocimiento en algún momento de la Fiscalía de Medio Ambiente”.