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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

Los repetidores de telefonía muestran los movimientos de Tomás Gimeno la noche de los crímenes de Anna y Olivia

Agentes de la Guardia Civil remolcan la embarcación del padre de Anna y Olivia. EFE/Ramón de la Rocha/Archivo

Tenerife Ahora

17 de junio de 2021 11:34 h

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Antes de desaparecer en la madrugada del 28 de abril, los repetidores de telefonía móvil ubicados en la plaza del Adelantado en La Laguna captaron la señal del móvil de Tomás Gimeno. En esas primeras horas de la madrugada realizó llamadas a familiares, escribió a varios amigos y telefoneó a Beatriz Zimmermann, madre de Olivia y Anna. Así lo recoge el último auto emitido este miércoles, 16 de junio, por la jueza titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Número 3 de Güímar en el que formalizaba su inhibición en favor del Juzgado de Violencia sobre la Mujer de Santa Cruz de Tenerife.

El documento explica que varios repetidores de telefonía ubicados en distintos puntos captaron la señal del teléfono móvil de Gimeno entre las 01:30 y las 02:28 horas del 28 de abril, mientras se desplazaba y alejaba de la Marina de Santa Cruz. Esa noche se le perdió la pista y desde entonces se le busca, primero como desaparecido, y después, tras hallarse el cadáver de su hija Olivia, como presunto autor de dos delitos de asesinato y uno contra la integridad moral en el ámbito de la violencia de género.

Según la cronología de aquella fatídica noche expuesta en el último auto judicial, sobre las 22.30 horas, Tomás arrojó al mar las bolsas de deporte que contenían el cuerpo sin vida de Olivia y, presuntamente, el de la pequeña Anna. Fueron arrojadas al mar frente al puerto de Santa Cruz, a unas dos millas de la costa, quedando depositadas a más de mil metros de profundidad.

Escasos minutos después, Tomás llamó a la madre de las niñas para decirle, entre otras cosas, que no podía permitir que sus hijas crecieran sin él. Poco duró la llamada, ya que a las 22.44 horas, se desconectó el móvil por falta de batería. Esto le motivó a volver al puerto de Santa Cruz de Tenerife, pero fue interceptado, a las 23.15 horas, en la bocana de la dársena pesquera, por una embarcación del Servicio Marítimo Provincial de Tenerife, tripulada por agentes de la Guardia Civil, quienes le sancionaron por incumplimiento del toque de queda vigente. A las 23.21 horas, Tomás tenía en sus manos aquella sanción.

El auto desvela que los agentes le pidieron que atracara en el pantalán A y que Tomás bajó del barco para buscar en su coche documentación. Además, le preguntó a los agentes si podría volver a su casa, aunque, finalmente, les avisó de que prefería quedarse a dormir en el barco.

La embarcación del Servicio Marítimo volvió a partir rumbo norte, hasta la Punta de Anaga, regresando a la base a las 02:30 horas. En ese camino, según recoge el auto, no volvieron a observar ninguna embarcación.

Tras el percance con los agentes de la Guardia Civil, Tomás se dirigió a la oficina del vigilante de seguridad para pedirle un cargador de móvil, pero este no contaba con uno que fuera compatible con su terminal. Por este motivo, Gimeno se desplazó a las 23.45 horas hacia la gasolinera Disa Balneario II, fuera del puerto, donde, además del cargador, compró una cajetilla de cigarros y una botella de agua.

Según el auto, a las 23.58 horas, volvió a la marina para cargar por fin el móvil en la oficina del vigilante de seguridad. Tres minutos después vuelve a su barco, mientras se terminaba de cargar el teléfono. A las 00.13 horas desconecta el aparato y le pregunta al vigilante hacia dónde cree que ha ido la patrullera. Este le indica que “pudieran estar en la zona de San Andrés”, al norte. A los pocos minutos vuelve a su lancha y zarpa a las 00:27 horas.

A las 00:41 y a las 01:01 horas, el teléfono vuelve a estar operativo, tal y como quedó registrado en los repetidores. En ese momento, Tomás se encontraba presumiblemente en el mar, en la zona de Añaza y Barranco Grande, barrios situados en la zona sur de Santa Cruz de Tenerife. A partir de las 02:00 horas, los repetidores a los que se conectó su teléfono están en la zona de la TF-2 y en la zona metropolitana de La Laguna, tierra adentro, aunque su alcance llega hasta el mar. De hecho, la última comunicación ocurre a las 02:38 horas y fue recogida por el repetidor ubicado en la plaza de El Adelantado, en pleno centro de La Laguna. Esto no significa que Gimeno estuviera en ese lugar, sino que la señal de su móvil, en ese momento, se conectó a ese repetidor en concreto.

A las 01:28 horas mantiene una conversación en la que su interlocutor intenta disuadirle de un supuesto plan de fuga, diciéndole que las niñas necesitan a su madre a lo que él contesta que “sabía que eso le iba a costar, pero que con el tiempo estarían bien con él, ya que tenía suficiente dinero para vivir”. A las 02:11 horas vuelve a realizar una segunda llamada para despedirse definitivamente.

Previamente, sobre las 01:30 horas, vuelve a llamar a Beatriz, madre de las niñas. Hablan de su relación y le insiste en que se irá lejos y no volverá a ver a Anna y Olivia.

Sobre las 01.51 horas, también mandó mensajes a sus amigos en los que apuntaba que les dejaba su moto, su quad y su embarcación. Cinco minutos después, llamaría a su padre pidiéndole perdón, “que lo sentía pero que él necesitaba esto y que por fin estaría bien y como quería”. El último mensaje se mandó a las 02:27 horas, en ese momento, se pierde su rastro.

Poco más se sabe sobre lo que ocurrió después de esa última comunicación, hasta que, a las 17:37 horas del fatídico 28 de abril, se lograra localizar su barco a la deriva, frente al Puertito de Güímar, sin nadie en su interior, sin ancla. En el trayecto de remolcar la lancha de nuevo hasta Santa Cruz de Tenerife se localizó un maxi cosi flotando en el mar, que pertenecía a Anna.

Búsqueda de Anna

El 10 de junio, el buque oceanográfico Ángeles Alvariño logra rescatar las dos bolsas de deporte, una de ellas rota; la otra, con el cuerpo sin vida de Olivia, la mayor de las hermanas. Desde entonces se busca el cuerpo de Anna y también el de Tomás. Primero se rastreó la zona en la que se hallaron una botella de gas comprimido y una funda nórdica; después, algo más al sur. Tras una avería de dos días, el Ángeles Alvariño regresó a la primera zona de búsqueda y luego volvió a desplazarse hacia el sur, frente a la costa de Añaza y algo más lejos de la costa, a casi 4 millas náuticas.

Este miércoles se prorrogó por cuarta vez la estancia del barco en aguas tinerfeñas después de unas intensas gestiones realizadas desde la Delegación de Gobierno, ya que estaba previsto que a las 19.00 horas de este miércoles, el barco regresase a sus labores de investigación en otras partes del país.

Ante la posible marcha del buque, la familia de las niñas ha lanzado una campaña en change.org para recoger firmas para que el barco no se marche hasta haber rastreado completamente las zonas donde los investigadores creen que podría estar la pequeña Anna o su presunto asesino, Tomás Gimeno. Esta petición ha logrado reunir más de 50.000 apoyos en apenas 15 horas.

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