Una treintena de eurodiputados progresistas advierte al Gobierno canario de “los peligros” de la granja de pulpos para el medioambiente y la salud humana

La movilización de eurodiputados progresistas contra la granja de pulpos que la empresa Nueva Pescanova quiere impulsar en el puerto de La Luz y de Las Palmas en contra del criterio de los científicos se ha topado con un firme opositor: Vox. 31 parlamentarios europeos han enviado una carta al Gobierno de Ángel Víctor Torres en el que le piden que reconsidere la posibilidad de instalar ese criadero ante los “peligros” que encarna “no solo para el bienestar animal sino también para el medioambiente y la salud humana”. La preparación de esa misiva, con la que Los Verdes quieren presionar en contra de ese proyecto, conllevó un choque entre el representante de ese grupo al frente de la propuesta y el portavoz de Vox en el Parlamento, Jorge Buxadé, que le acusó de impulsar una “carta de contenido destructivo para con los intereses españoles” y salió en defensa de la “libertad de empresa” al señalar a los firmantes por “inmiscuirse en los planes empresariales” de la multinacional.

El eurodiputado Francisco Guerreiro envió un correo electrónico al resto de miembros de la Eurocámara en el que les pedía apoyo para trasladar al Gobierno canario la preocupación por el plan de abrir la primera granja de pulpos en Europa. “Estos planes colisionan con el Pacto Verde Europeo, que como sabéis tiene por objetivo hacer nuestro sistema alimentario sostenible. La industrialización de la cría de animales es dañina para los animales, los humanos y el medioambiente”, le decía a sus colegas sobre la ambiciosa política ambiental de la UE, contra la que se ha revuelto el PP europeo.

Unos días más tarde, el jefe de Vox en la Eurocámara respondió a ese mail, según el intercambio al que ha tenido acceso elDiario.es, reprendiendo al eurodiputado ecologista por lo que consideraba un ataque a los intereses españoles y defendiendo a la compañía. El parlamentario de la extrema derecha aseguraba que la oposición a ese plan supondría la paralización de una inversión de 65 millones de euros que se supone que crearán 300 puestos de trabajo y acusaba a los firmantes de trabajar para que “se impida avanzar hacia la necesaria soberanía alimentaria de España”.

“El 70% del pulpo que se consume en España procede de Mauritania y de Marruecos, países terceros cuyo respeto por las normas sociales, medioambientales y sanitarias son prácticamente inexistentes”, agregaba Buxadé, que reprochaba a Los Verdes que hubieran votado a favor de la modificación del Acuerdo de Marrakech que articula la concesión de subvenciones a la pesca a países menos desarrollados. Para el dirigente de la extrema derecha eso supone una “una merma en la competitividad de este sector en los países miembros de la Unión Europea”.

“La iniciativa no está influenciada por intereses sectoriales/económicos, sino por las opiniones de aquellos que nos eligieron”, respondió Guerreiro: “Es posible que sepa que la UE ya está regulando varios sectores para proteger los ecosistemas y la salud de nuestros ciudadanos. Entiendo que tal infraestructura daría empleo a esa región de su país, pero cuando los planes de las empresas multinacionales chocan con los intereses de los ciudadanos (potenciales peligros para la salud, buen estado de los ecosistemas, producción ética de alimentos y bienestar animal), entonces veo todo el derecho y el deber de que los políticos planteen sus preocupaciones o, como usted dice, interfieran en los planes comerciales y la libertad de empresa”.

Respecto al pulpo procedente de los países del norte de África, el eurodiputado ecologista le contestó que no se cría y, sobre el acuerdo para los subsidios, le recordó que la mayoría de su grupo parlamentario (ECR) se posicionó a favor de la iniciativa.“ Sin entrar en demasiados detalles, para mí fue probablemente el mejor acuerdo sobre subsidios a la pesca que pudo lograr la OMC en 2022, por lo que, aunque no es suficiente, es mejor que ningún acuerdo”, expresaba Guerreiro, que se mostraba partidario de que prosigan las negociaciones para “eliminar gradualmente los subsidios que contribuyen a la sobrecapacidad y la sobrepesca”.

Críticas desde el inicio

Los planes de la compañía radicada en Galicia generaron un aluvión de críticas por parte de grupos animalistas desde el año pasado, cuando comenzaron a conocerse los detalles del proyecto. En concreto, rechazan criar en acuicultura a estos animales porque no los considera aptos para esta práctica. Al catalogarlos como seres sintientes, estiman que condenarlos a la cautividad les causaría daños psicológicos y físicos, unas tesis respaldada por estudios científicos.

Esta práctica es ahora posible porque desde 2018 un grupo de investigación del Instituto Español de Oceanografía dio con la clave para mejorar el cultivo larvario, que hasta entonces era inviable al no hallar una alimentación adecuada que permitiera su desarrollo. Entonces, Nueva Pescanova se hizo con la patente.

El rechazo se intensificó después de que el medio británico BBC, a raíz de una filtración de la organización Eurogroup for Animals, informara sobre las previsibles condiciones en la que estarán los pulpos dentro de la granja. Las criaturas se alojarían en unos 1.000 tanques comunitarios de agua en un edificio de dos plantas en la capital grancanaria, por lo que habría entre 10 y 15 especies conviviendo por cada metro cúbico. Además, recibirían luz artificial durante horas y serían alimentados con pienso de pescado.

Además, Nueva Pescanova pretende sacrificar a los animales introduciéndolos en recipientes de agua a -3 grados centígrados, una técnica que puede provocar estrés y dolor potencialmente intenso antes de la muerte, según diversos estudios. Si bien, la UE avala esta metodología y aún no existe normativa respecto a la manipulación de pulpos en investigación.

Por otro lado, desde la empresa se defiende que la cría en cautividad del pulpo es antigua y que se trata de una especie capaz de adaptarse a dichas condiciones; también se señala que ha desarrollado un biomarcador con el que van a poder medir las condiciones de estrés de los animales. Además, Investigadores del Instituto ECOAQUA, de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, preparan un código de buenas prácticas para la matanza del pulpo de crianza, usando un método que no causa dolor, angustia o sufrimiento, en lugar de sacrificarlos en tanques de agua a -3 grados centígrados.

El proyecto de Nueva Pescanova fue publicado en el Boletín Oficial del Estado el 2 de julio de 2021, en el que se anunciaba la solicitud de la entidad a la Autoridad Portuaria de Las Palmas para la concesión de dominio público. Pedía los permisos para ocupar una superficie de 52.691 metros cuadrados de superficie, 713 m2 de subsuelo y 517 m2 de espacios sumergidos.

La granja de pulpos ocuparía más de 50.000 metros cuadrados en el Puerto de La Luz y Las Palmas de Gran Canaria y produciría unas 3.000 toneladas anuales. El volumen total equivaldría a más del 10% de la producción nacional y a cerca del 43% de toda la acuicultura de Canarias.

El Gobierno de Canarias estudia actualmente la evaluación de impacto ambiental del proyecto de Nueva Pescanova y aún se desconoce cuando comenzaría su implantación, que defiende la Autoridad Portuaria de Las Palmas.