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Salvador Alba, el “Villarejo de Canarias” que intercambió correos “con un asesino”

Salvador Alba y uno de sus abogados. (Alejandro Ramos).

Iván Suárez

Las Palmas de Gran Canaria —

Si el empresario Miguel Ángel Ramírez comparaba este lunes las actuaciones del magistrado Salvador Alba con “la mafia de Estados Unidos en los años 30”, este martes Victoria Rosell ha tildado al procesado como el “Villarejo de Canarias”, en referencia al polémico excomisario de la Policía Nacional vinculado a las denominadas “cloacas del Estado”, porque “miente y publica y da igual”. La jueza en excedencia y diputada de Podemos ha pronunciado estas palabras durante su comparecencia como testigo y víctima en el juicio contra Alba, al que ha acusado de urdir una operación para perjudicar su carrera y “ayudar” a José Manuel Soria, exministro de Industria y expresidente del PP canario, en la querella que presentó contra ella en plena campaña electoral de 2015, a la que ambos concurrieron como candidatos por la provincia de Las Palmas.

En su comparecencia, Rosell ha relatado las falsedades insertadas en los informes remitidos por Alba al Poder Judicial y al Tribunal Supremo para atribuirle irregularidades en la tramitación de la causa por delito fiscal contra Ramírez, ex presidente de Seguridad Integral Canaria, y un incumplimiento del deber de abstención por las supuestas relaciones comerciales de este empresario con el periodista Carlos Sosa, director de Canarias Ahora y pareja de la jueza.

La testigo explicó que la animadversión de Alba llegó a tal extremo que fue capaz de intercambiar correos con “un asesino”, una persona “con antecedentes penales por homicidio, tenencia ilícita de armas, extorsión…”, con la única finalidad de obtener la información que este le ofrecía para perjudicar a Rosell y a otros importantes miembros de la judicatura en Canarias.

La magistrada ha relatado que fue un juez de vigilancia penitenciaria, José Luis Castro, quien le advirtió de la “obsesión” de un preso en contra de ella. Se trata de Francisco Arnau de la Nuez, conocido como ‘La Araña’, un antiguo confidente policial con quien la propia Rosell tuvo un incidente durante una guardia en 2010, cuando advirtió de que iban a “asesinar” a un magistrado que en la actualidad ejerce en la Audiencia Provincial de Las Palmas“.

El intercambio de correos entre Alba y Arnau de la Nuez, destapado a raíz de la presentación de una denuncia del juez que incorporaba parte de esos mensajes (no aquellos en los que el ahora procesado se interesaba por la información comprometedora para Rosell que decía tener su interlocutor), le demostró, según la diputada de Podemos, que estaba ante “un tipo sin escrúpulos que había cruzado todas las líneas”, por lo que decidió reforzar las medidas de autoprotección, entre ellas acceder a la Ciudad de la Justicia por la parte del público en general y no por el circuito restringido para jueces y fiscales para evitar toparse con Alba.

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