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Un par de días en Macao: la perla portuguesa del lejano Oriente

En los tiempos en los que ir a Oriente a por las mercaderías más exclusivas exigía un larguísimo viaje en caravanas desde Estambul a China, los portugueses decidieron probar la ruta marítima. Pocos años antes la puerta de las riquezas de Asia se había cerrado por la caída de Constantinopla en manos de los turcos y los europeos tuvieron que idear otras vías de comunicación para llegar a las famosas tierras de la especiería. Los españoles, por ejemplo, lo hicieron hacia poniente topándose, por casualidad, con América y los lusos hicieron el viaje contrario –algunas décadas antes- circunnavengando Asia y conectando, por primera vez, las costas asiáticas y europeas por vía marítima. Portugal inició así una carrera hacia oriente que culminó con el establecimiento de colonias en La India y China. En 1557 los portugueses tomaron posesión de una pequeña isla en el extremo sur de la desembocadura del Río de Las Perlas, a apenas un par de jornadas a pie de la ciudad Cantón. Al principio, los lusos alquilaron la isla como puerto comercial a la dinastía Ming y en 1887, en el contexto de la Guerra del Opio, Macao se convirtió de facto en territorio portugués con estatus de colonia. En 1999 se integró en China con un estatus de autonomía similar a la vecina Hong Kong, situada al otro lado del estuario del río (no hace falta visado, por ejemplo aunque será necesario para pasar al territorio chino hoy unido a Macao por un istmo artificial).

Macao es una ciudad contradictoria; como sucede con todas las urbes de este lado del mundo. En los últimos tiempos, bajo la administración china, se ha convertido en un polo de desarrollo urbanístico brutal; y como los rascacielos ya no caben en ningún sitio se han lanzado a la tarea de construir islas artificiales para dar cabida a más gente. Y eso que es ya la ciudad con mayor densidad de población del mundo. Los casinos de lujo, su principal actividad económica, rivalizan con la mismísima Las Vegas y por doquier se levantan torres de cristal y cemento (algunas de bastante dudoso gusto), pero aún así Macao es especial. Conserva una buena parte de esa herencia portuguesa (es que cuatro siglos y medio dan para mucho) que va mucho más allá de su precioso casco histórico (declarado por la Unesco Patrimonio Mundial) y se manifiesta en su gastronomía, su cultura, su forma de ser resistiendo a duras pena lo que supone ser un destino de ocio masivo de chinos y escenario de ese capitalismo salvaje a lo oriental.

Una buena forma de empezar la visita es acercarse hasta la Torre de Macao (Rua da Torre de Macao), una aguja de más de 330 metros de altura situada en el extremo sur de la península de Macao y desde la que se puede ver todo este pequeño universo de poco más de 28 kilómetros cuadrados en el que se apelotonan casi 450.000 almas. Desde los miradores de la torre Macao no dista demasiado de otros caos chinos: edificios altos que se mezclan con barrios de casas pequeñas con azoteas destartaladas; barrios lujosos con grandes hoteles aderezados, en este caso, con la arquitectura excesiva de los casinos (hacia el sur). Pero basta con acercarse hasta el Largo do Senado para que todo cambie y tome un aire familiar. Uno mira al suelo y se topa con la típica calçada portuguesa hecha con pequeñas piedras blancas y negras como si estuviéramos en Lisboa misma. El Largo do Senado nos traslada de inmediato a las calles de la Rua do Comercio de Lisboa, por ejemplo.

Las casas de ese particular estilo barroco portugués se suceden en fachadas porticadas pintadas en tonos pastel o en inmaculado blanco como La Casa de la Misericordia (Travessa da Misericórdia, 7; Tel: (+853) 2833 7503), una curiosa mezcla de iglesia y palacio que hoy alberga un curioso museo centrado en el legado luso de la ciudad y su relación con el resto de China (impresionante la colección de porcelana). Los edificios coloniales portugueses se suceden regalando joyas como la Iglesia de Santo Domingo (Travessa da Santo Domingo, sn), un ejemplo perfecto de barroco luso (también alberga un museo de arte sacro) que fue el primer templo católico en China. El casco histórico es un rosario de edificios preciosos. La gran atracción de la ciudad portuguesa es la portada de la Iglesia de San Pablo, una maravilla en piedra del mejor barroco portugués en la que se combinan la iconografía católica con dragones chinos. Portada fantasmagórica ya que de la iglesia nada quedó tras un incendio y que comparte espacio con el pequeño templo de Na Tacha en una muestra de esa convivencia religiosa tan propia de los lugares en los que el comercio importa más que la teología. Desde aquí la ruta más lógica sube hasta el Fuerte del Monte, antigua batería de artillería de época colonial desde la que no sólo puedes ver todo el casco histórico desde las alturas, sino también la Fortaleza da Guia, donde, a parte de una capilla de especial devoción marinera y una de las muchas fortalezas de la ciudad los portugueses construyeron el primer faro de China –con muy buenas vistas también-.

La Macao china

El otro núcleo colonial portugués de Macao se encuentra al otro lado de la Avenida Almeida Ribeiro. En torno a la Plaza de San Agustín se arremolinan un par de edificios de época colonial: elConvento de San Agustín; elSeminario de San José y el Teatro de Don Pedro V, que tiene el honor de ser el primer teatro a la europea construido en China. China… Porque estamos en China; y más allá de los pequeños núcleos de peso portugués la ciudad se muestra china por los cuatro costados. Y no es cosa de los últimos años. La Rua da Felicidade nos recuerda a los Hutongs de Pekín. Calles de casas bajas de estilo tradicional chino que, durante décadas, fueron el ‘barrio chino’ de la ciudad en el mal sentido de la palabra. Aquí se rodaron las primeras escenas de Indiana Jones y el Templo Maldito. Entre los edificios, más o menos destartalados hay muy buenos ejemplos de arquitectura tradicional oriental algunas visitables como La Casa del Mandarín (Macao Antonio da Silva, 10; Tel: (+853) 2896 8820; E-mail: mandarinshouse@icm.gov.mo), impresionante casona tradicional que fue vivienda de Zheng Guanying, una de las figuras de la literatura china. Otra visita inexcusable es el Templo de A-Má (Plaza de Barra; Tel: (+853) 2836 6866), un precioso templo taoísta del siglo XV –de antes de que China alquilara la isla a los portugueses- dedicado a la diosa Mazu, protectora de las gentes del mar formado por varios pabellones y patios que son una maravilla. Es costumbre realizar alguna ofrenda antes de hacer alguna travesía por mar para garantizar una feliz travesía.

VER GUÍA DE LOS HUTONGS DE PEKIN

Pueblos portugueses frente a la Gran Venecia

La isla de Taipa se ha convertido, en los últimos años, en el casino más grande de Asia. Los chinos se ufanan de que los beneficios de las casas de juego del lugar superan con mucho a los de Las Vegas. Para la masa de turistas chinos que rebosan Macao todos los fines de semana y las fiestas más importantes del país, la joya de la corona es el The Venetian, el mayor casino de la ciudad y, también, el más espectacular; por lo menos para los chinos. Un verdadero pastiche que imita algunos de los espacios más emblemáticos de la ciudad de los canales: palacios, la mismísima Plaza San Marcos y hasta los canales con góndolas y todo. Verlo, hay que verlo, aunque te pueda parecer un auténtico horror y una oda al mal gusto y a esa manía tan china de imitar (en este caso a otro horror que es Las Vegas). Salas de juego, hoteles de lujo, restaurantes a la última…

Y justo en frente se encuentra la Villa de Taipa, para nosotros el lugar más auténtico de Macao y, también, el que mejor refleja el pasado portugués de las islas. Esta pequeña villa está llena de casitas al más puro estilo portugués que servían como segundas residencias a los habitantes europeos de la ciudad. Es una maravilla. Y aún más cuando entre casas de sabor alentejano o algarvino aparece una construcción tradicional china o un templo que linda con la iglesia. Es el lugar ideal para mamar esa convivencia de culturas que se desarrolló aquí durante siglos. Las islas de Taipa y Coloane eran el pulmón verde de la colonia; esta última aún conserva sus bosques y hasta alguna playa… Pero Taipa ha sucumbido a la fiebre de los casinos. Y la Villa es el último vestigio de ese pasado cercano cercado por la fiebre inmobiliaria y el juego. Las Casas da Tapia Casas da Tapia (Avenida da Praia; Tel: (+853) 8988 4000; E-mail: info.mm@icm.gov.mo) es la mejor manera de acercarse a esta época. Varias casas de la Avenida da Praia se han habilitado como museo mostrando el estilo de vida de las clases acomodadas. Estas construcciones datan de 1921 y fueron construidas para dar albergue a altos funcionarios del gobierno colonial . Y hoy son un activo centro cultural y de exposiciones que explora la identidad local a través de la mezcla entre portugueses y asiáticos. Aquí también se encuentran los mejores restaurantes portugueses de la ciudad.

COMO LLEGAR : lo primero es lo primero. Macao cuenta con un pequeño aeropuerto internacional, pero sólo opera con destinos chinos o de los países limítrofes. La mayoría de los viajeros llegan hasta Macao desde Hong Kong. Turbojet y Cotai Water Jet tienen conexiones marítimas muy frecuentes entre ambas ciudades (cada 15 minutos entre las 7.00 y las 23.59) y las tarifas rondan los 20 euros por trayecto y la travesía es de 55 minutos. Los puertos de salida desde Hong Kong son Central, en la isla de Hong Kong y Tsim Sha Tsui si estás en Kowloon. Para los que puedan permitírselo hay una opción más exclusiva: el helicóptero. Sky Shuttle Helicopters ofrece conexiones cada media hora. Las salidas desde Hong Kong se realizan en Shun Tak Centre y la terminar en Macao está junto a la terminal de ferrys. El vuelo dura 15 minutos. Eso sí, el precio sube a 360 euros por trayecto.

EXCURSIONES DE UN DÍA DESDE HONG KONG : Es la opción elegida por la mayoría de los viajeros que llegan hasta este rincón del mundo. En Hong Kong hay varias agencias que ofrecen la excursión que, en la mayoría de las veces, incluye la comida, los traslados y las visitas a las principales atracciones turísticas de la ciudad. Eso sí, a las corridas. Las excursiones suelen durar entre 9 y 12 horas (incluidas las dos travesías de 55 minutos). Los precios rondan los 120 euros por persona.

REQUISITOS DE ENTRADA : Como sucede en Hong Kong, para entrar en Macao sólo hace falta un pasaporte en vigor. Eso sí, si quieres pasar al territorio chino (Macao es un territorio con un estatus especial) necesitarás el visado correspondiente.

Fotos con licencia CC: Andrew Moore ; Dennis Wong ; travel oriented ; Tomoaki INABA ; Francisco Anzola ; chee.hong .