La portada de mañana
Acceder
La guerra entre PSOE y PP bloquea el acuerdo entre el Gobierno y las comunidades
Un año en derrocar a Al Asad: el líder del asalto militar sirio detalla la operación
Opinión - Un tercio de los españoles no entienden lo que leen. Por Rosa María Artal

Recetas del Mundo: Pollo con Almendras

El pollo con almendras es un clásico de la cocina cantonesa y también uno de los platillos fijos de las cartas de los restaurantes chinos a lo largo y ancho del mundo. Este platillo ligeramente agridulce (por la combinación de ingredientes como el jengibre, la salsa de soja y el azúcar moreno) no sólo es fácil de hacer y de preparación rápida, sino que también es barato. En apenas 40 minutos puedes tener listo este bocado de la cocina oriental que te pasamos a explicar en detalle.

Ingredientes: ½ kilo de pechugas de pollo; dos zanahorias; una cebolla grande; 150 gramos de almendras peladas crudas; 250 ml de caldo de verduras; Salsa de Soja; Una punta de jengibre fresco rallado (unos tres centímetros); una cucharada de azúcar moreno o miel; aceite de oliva virgen extra; una cucharada de maicena.

Preparación: El primer paso es macerar el pollo. Cogemos las pechugas, retiramos los excesos de grada y cortamos en dados de unos tres o cuatro centímetros de grosor. La idea es que los trozos no sean ni muy pequeños no muy grandes para lograr una buena cocción. Rallamos el jengibre y lo mezclamos con la salsa de soja y el azúcar moreno (con miel también sale muy bueno y aún más intenso). Mezclamos bien este marinado oriental y metemos el pollo. Tapamos con film y reservamos, al menos, media hora en la nevera para que la carne se empape del sabor.

Tostamos las almendras, previamente peladas. Para retirar la piel de este fruto seco, basta con sumergirlas durante unos 20 segundos en agua hirviendo y la cáscara saldrá con una ligera presión de los dedos. Una vez secas, las tostamos en la sartén o wok en la que vayamos a saltear las verduras. Es importante usar siempre la misma cacerola para que, poco a poco, vaya incorporando los sabores de los sucesivos ingredientes.

Seguidamente cortamos la cebolla y la zanahoria en trozos medianos. La receta tradicional deja la cebolla en tacos de unos dos centímetros. Nosotros preferimos cortarla en una juliana que no sea demasiado fina para evitar que se deshaga en la salsa. Salteamos la cebolla y la zanahoria en aceite de oliva virgen extra unos cinco o seis minutos. La idea es marcar la zanahoria (por eso la metemos con la cebolla), no cocinarla entera. Retiramos y reservamos. Posteriormente, cortamos el calabacín de igual manera y, recuerda, salteamos en el mismo wok o sartén en la que hemos hecho la cebolla y la zanahoria.

Cuando el calabacín está marcado, añadimos la cebolla, la zanahoria y el pollo con el marinado. Cocemos a fuego vivo por tres o cuatro minutos hasta que el pollo empiece a dorarse. Por último, añadimos las almendras tostadas y el caldo de pollo, bajamos el fuego y dejamos reducir durante unos 10 minutos. Si vemos que la salsa está muy líquida podemos añadir un poco de maicena o harina de maíz.