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Santa Lucía del Trampal: una joya desconocida de la España visigoda

Viajar Ahora

31 de diciembre de 2020 20:20 h

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A sólo unos kilómetros de la antigua Vía de La Plata (la ruta romana que comunicaba el sur de la Península Ibérica con las zonas mineras del Bierzo –hoy reconvertido en uno de los ramales más famosos y transitados del Camino de Santiago). Se yergue una de las grandes joyas del patrimonio arquitectónico español. Pese al pequeño tamaño del edificio, su importancia histórica es capital, a la altura de otros grandes monumentos españoles. Pero la Basílica de Santa Lucía del Trampal es una gran desconocida para el público en general y hasta estuvo a punto de desaparecer pese a ser la única superviviente de las iglesias visigóticas del sur de la Península Ibérica. Ya sólo por eso, debería ser una visita obligada para todos los que visitan Extremadura (está apenas a 39,9 kilómetros de Mérida y 53,3 de Cáceres –desde ambas poblaciones con excelentes comunicaciones a través de la Autovía de La Plata). Pero aún así, El Trampal es una gran desconocida para el gran público.

La historia de la basílica visigótica se inicia mucho antes de que los ‘bárbaros’ llegaran a la Península Ibérica. El edificio se encuentra a muy poca distancia de un manantial de agua (El Trampal) y la presencia en el edificio de bastantes sillares con epigrafía romana que hace referencia a la diosa Ataecina, una deidad prerromana adorada en la Península Ibérica (pero más intensamente en la Bética y la Lusitania) y vinculada con el renacimiento natural de la Primavera, la salud y la fertilidad. Lo más seguro es que en el lugar existió un santuario anterior (algunos expertos mantienen que éste fue uno de los centros de peregrinación vinculados a Ataecina más importantes de toda la Península) que fue ampliado y mejorado durante época romana y cristianizado con posterioridad. A la iglesia, desde tiempos inmemoriales, se la conoce en la comarca como ‘el convento’, por lo que es muy posible que formara parte de algún cenobio desaparecido con la invasión musulmana.

El edificio que nos ocupa data del siglo VII aunque fue sometida a varias obras de modificación a lo largo de los siglos (se cree que la última gran actuación en el inmueble se produjo en el XIV) hasta que se produjo su restauración definitiva en 1994. Hasta ese entonces, pese a ser un lugar conocido en la comarca, no había llamado la atención de especialistas e historiadores. Algo insólito si se tiene en cuenta su capital importancia patrimonial. La historia de Santa Lucía del Trampal se relaciona directamente con la importancia de las diócesis de Mérida y Coria en los siglos posteriores a la caída del Imperio. En torno a estas dos ciudades surgió una intensa actividad monástica que tuvo como una de sus consecuencias la construcción de pequeños templos y ermitas en los alrededores de la vieja Vía de la Plata.

El Trampal es un pequeño templo de tres naves separadas mediante arquería con una cuidada fábrica que comprende cuerpos de mampostería y el uso de sillarejos y sillería de gran calidad en las esquinas. El resultado es un edificio muy armónico que culmina con una cabecera con planta de tridente (en realidad, tres capillas independientes) que la emparenta de manera directa con otros templos visigodos como San Juan de Baños, en Palencia. Una vez dentro, podrás ver que el templo tiene dos partes bien diferenciadas. La nave del coro, el crucero y el tramo que va hasta las capillas absidales es la original visigoda con todas las particularidades de este estilo: arcos con un ligero perfil de herradura, construcción a base de grandes bloques de piedra perfectamente escuadrados. Las tres naves que dan acceso a esta zona original son de estilo gótico y datan del siglo XIV, como decíamos con anterioridad. Las cubiertas de todo el templo no son los originales. Según los historiadores, la parte visigoda debía estar cubierta con bóvedas de arista con fábrica de ladrillo, mientras que la cubierta medieval debía ser de artesonado de madera. Junto a los muros exteriores pueden verse los restos de estancias que servían como almacenes y dependencias del templo.

Como sucedió con numerosos edificios eclesiásticos históricos, El Trampal pasó a manos privadas con la desamortización del siglo XIX y vivió décadas infames como cuarto de aperos y establo para ganado. En la década de los 80 del pasado siglo fue redescubierta por la academia, adquirida por el Estado y restaurada. También se construyó un acceso y un pequeño centro de interpretación que facilitan la comprensión del espacio.

DATOS PARA LA VISITA

Basílica de Santa Lucía del Trampal: Camino Camino de Santa Lucia del Trampal km 4 (Acceso desde calle de la Fuente del Castaño –Alcuescar-; Teléfono: (+34) 927 185 531 y (+34) 608 258 780; E-mail: No consta; Tiene centro de visitantes.

Cómo llegar: Alcuescar se encuentra junto al trazado de la Autovía de La Plata (A-66) a 39,9 kilómetros de Mérida y 53,3 de Cáceres. Desde Trujillo dista 48,3 kilómetros por la EX381. La distancia con Madrid es de 308 kilómetros y con Sevilla 225. La Línea 52 de Media Distancia de Renfe une Mérida y Cáceres con Madrid; la Línea 74 hace lo propio con Sevilla. El aeropuerto más cercano es el de San Pablo (Sevilla) a 230 kilómetros. La empresa de Autobuses Solís conecta Mérida y Cáceres con Alcuescar.

Horario del monumento: Desde el 1 de junio al 30 de septiembre de Martes a Sábados de 10.00 a 14.00 horas y de 17.00 a 20.00. Domingos de 10.00 a 14.00 horas. Desde el 1 de octubre al 31 de mayo, de Martes a Sábados de 10.00 a 14.00 horas y de 16.00 a 19.00 horas. Domingos de 10.00 a 14.00 horas. Lunes: Cerrado.

Precio de la Entrada: Gratuito

Patrimonio Mundial de la UNESCO: No

Fotos bajo Licencia CC: Ángel M. Felicísimo