Más de 100 años de historia con añadidos y reformas
La Casa Consistorial de Santander cumplió su centenario en 2007. El edificio de lo que hoy en día es el Ayuntamiento de Santander es la suma de dos construcciones casi idénticas pero construidas con 60 años de diferencia entre una y otra. En el año 1907 se inauguró la primera de ellas, la más antigua, y que ocupa algo más de la mitad del edificio actual. En el año 1936 se derribó la iglesia del S.XVII, antigua parroquia de San Francisco de Asís, que hasta entonces estaba adosada al Ayuntamiento en su fachada este. Esto permitió que, posteriormente, en 1963 se construyera la ampliación de la entonces Casa Consistorial que se inauguró en 1967.
El edificio consta de tres plantas y bajo-cubierta. Sus fachadas son muros de carga de piedra labrada. La estructura portante se conforma en la parte antigua mediante forjados sobre muros de carga interiores y fachadas, y con una combinación de estos con pilares en la zona ampliada en 1967, lo que permite diafanizar el gran espacio central de operaciones rematado por un gran lucernario cenital. El proyecto de rehabilitación estructural contemplaba actuaciones para cada una de las partes del edificio actual, ya sea la parte antigua o la más reciente.
En cuanto a la parte antigua, se preveía la rehabilitación de la cubierta, mediante la limpieza de todas las cerchas metálicas aplicando un tratamiento contra la oxidación y proyectando posteriormente mortero ignífugo para dotar a la estructura metálica de una protección contra el fuego.
Se desmontaron las placas de pizarra y la impermeabilización a base de tela asfáltica; se llevó a cabo una revisión de toda la estructura de madera (tillado y viguetas) sustituyendo aquellas zonas que se encontraban dañadas; se colocó un nuevo aislamiento así como una nueva impermeabilización; y se instaló un nuevo acabado de cubierta a base de placas de zinc.
En el forjado del suelo bajocubierta, que se trataba de un espacio inutilizable al no permitirlo la altura a la que se encuentran los tirantes de las cerchas metálicas de cubierta, lo que se propuso en el proyecto era rellenar los encuentros entre la rasilla y la vigueta metálica con mortero de arlita.
Se contempló asimismo un refuerzo metálico de toda la zona del forjado en la que se encuentra el archivo para que pueda soportar correctamente el peso transmitido por los armarios.
Además, se planteó la colocación de pasarelas de tramex sobre el lucernario situado sobre el salón de plenos, así como líneas de vida que permiten el aseguramiento tanto de los operarios como de la maquinaria de limpieza.
En cuanto a la parte más reciente, se procedió a la rehabilitación de la cubierta puesto que se trataba de la parte más dañada y con mayores patologías, lo que, unido a una mala solución estructural en cuanto a su diseño, hizo necesario su demolición y la construcción de una nueva.
La nueva cubierta tiene una estructura metálica sobre la que se colocó un nuevo aislamiento, así como una nueva impermeabilización. También se instaló un nuevo acabado de cubierta a base de placas de zinc.
En los lucernarios, se sustituyeron las placas traslúcidas por otras de policarbonato multicelular que tienen mayor resistencia y mejor aislamiento tanto acústico como térmico.
Finalmente, se contempló una sustitución de todas las carpinterías exteriores de la planta baja, como una primera fase de renovación completa de las carpinterías del inmueble.